jueves. 28.03.2024

El primer viaje tuvo como protagonistas a 726 viajeros. Era un 21 de agosto de 1966, pero la inauguración no sería hasta algunas semanas después. Para entonces, el Teleférico de Fuente Dé transportaba ya una media de 300 personas al día. Estos son algunos de los datos que el pasado 20 de agosto el escritor José Ramón Saiz presentaba en su libro para conmemorar el acontecimiento. Según el autor, en estos 50 años de historia el funicular podría haber transportado en torno a 8 millones de personas.

Como señala el autor, el teleférico estuvo rodeado “de gran expectación”. Tanta, que según el dato oficial en sus primeras semanas se transportaron un total de 4.500 viajeros. En aquellos inicios, Francisco Sebrango, coordinador del teleférico, se encargaba de vender los billetes, mientras que era su hijo, José María Sebrango, el que coordinaba desde la estación superior. Cabe recordar que por aquel entonces “el 50% de la conexión eléctrica se realizaba desde allí, lo que obligó a acondicionar un pequeño local para los operarios". Una instalación que, debido a que la situación “se alargó los primeros años”, fue evolucionando e incorporando el acondicionamiento necesario, incluida una calefacción por propano. Aquel primer año no se descansó ni una sola jornada.

Ya en 1966 el éxito de la instalación obtenía repercusión regional e incluso nacional. Según ha explicado el autor, el 29 de agosto Hoja del Lunes se hacía eco de la inminente inauguración, que terminaría contando con la presencia de Franco. Para entonces el teleférico ya funcionaba, y la afluencia de visitantes “es extraordinaria”, siendo la “mayor atracción de los turistas que visitan los Picos de Europa en su vertiente de Liébana”.

Ya en 1966 el éxito de la instalación obtenía repercusión regional e incluso nacional

Según los cálculos de Cantur, la inversión realizada fue de 45,5 millones de pesetas, unos 273.446 euros, liquidadas en 1969 y 1977. Con una longitud horizontal de 1.202 metros, la longitud desarrollada aumentaba hasta los 1.419 metros, con una diferencia de nivel entre ambas estaciones de 753,50 metros.

La velocidad del cable de tracción de ambas cabinas estaba definida en los ocho metros por segundo, con una duración aproximada del viaje de tres minutos. El peso de la cabina con carga completa es de 1.385 kilos (825 solo con el operario), teniendo capacidad para siete viajeros en cada sentido.

Por aquel entonces, y según recoge el autor en su obra, los precios establecidos por billete fueron de 50 pesetas viaje de ida, y 75 pesetas ida y vuelta. Los menores de ocho años pagaban 25 pesetas y 35 el viaje completo.

Casi un mes después

La inauguración oficial finalmente se retrasó hasta el 12 de septiembre. Como paso previo, el día 8 el pleno de la Diputación provincial dio a conocer la visita a las instalaciones del jefe de la quinta región de transportes, quien firmaría la recepción de las obras como paso previo a dicha inauguración.

Pero no fue hasta la llegada de Francisco Franco cuando la comarca de Liébana tomó realmente conciencia de la “trascendencia que tenía esta obra para su futuro económico y social”.

8 millones de pasajeros en medio siglo de vida
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