martes. 19.03.2024

La jueza que investigaba la matanza de cinco lobos durante una cacería en Camaleño en diciembre de 2013, ha decretado el sobreseimiento provisional y archivo de la causa, en la que inicialmente estuvieron imputados un agente del SEPRONA de la Guardia Civil y otros cuatro cazadores.

Tanto la magistrada como el fiscal entienden que no se trata de un delito penal sino de una infracción administrativa por "extralimitación de lo autorizado" porque la batida contaba con autorización. Así, se argumenta que no es un supuesto de caza furtiva, al tratarse de una cacería autorizada de jabalí en la que se podía matar un lobo y se abatieron cinco ejemplares "de más".

Se señala además que el lobo no está catalogado como especie amenazada, que su caza no está prohibida sino sometida a régimen cinegético especial, y que la normativa regional permite abatir un ejemplar de lobo durante las batidas autorizadas de jabalí.

El auto de la titular del Juzgado de primera instancia e instrucción de San Vicente de la Barquera, al que ha tenido acceso Europa Press, está recurrido en la Audiencia Provincial por Ecologistas en Acción y la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL), dos de los colectivos ecologistas que denunciaron la matanza ante la Fiscalía.

Ecologistas en Acción y ASCEL sostienen que la caza de cinco lobos  fuera del cupo autorizado para la batida "no es una extralimitacion" sino una conducta "expresamente prohibida" por la normativa regional, que establece que la caza de esta especie es "excepcional". Su recurso ha sido rechazado por la jueza instructora por lo que han presentado recurso de apelación ante la Audiencia Provincial.

La jueza asume la postura del fiscal

El Ministerio Fiscal elevó la denuncia de los ecologistas al juzgado, lo que derivó en la apertura de diligencias de investigación por un presunto delito de fauna y flora silvestre. Sin embargo, tras la instrucción, la Fiscalía propone el archivo de la causa y la jueza asume "íntegramente" su argumentación.

Según recoge el auto, las diligencias han permitido probar que los cinco lobos fueron abatidos en la cacería autorizada de jabalí celebrada el 1 de diciembre de 2013 en la Reserva Regional de Caza Saja-Besaya, en la que participaron 34 cazadores, acompañados de un técnico auxiliar del medio natural. Igualmente, ha quedado probado que uno de los lobos fue abatido  con el arma del agente del SEPRONA de la Guardia Civil imputado.

En su recurso, los ecologistas censuran que al auto de archivo no diga nada sobre la participación en la batida de un agente del Seprona y técnicos auxiliares del medio natural, que según denuncian, "no dieron cuenta" de la matanza de los cinco lobos, sino que lo "ocultaron", como "se ocultó los cadáveres entre la maleza".

En este sentido, advierten que se trata de "autoridades con el deber de hacer cumplir la ley" y algunos específicamente leyes como la que en su opinión se vulneró, lo que a su entender constituiría un posible delito de prevaricación omisiva e incluso un delito de omisión del deber de perseguir delitos.

En su opinión, la decisión de sobreseimiento no tiene en cuenta que en Cantabria la caza del lobo ibérico es "excepcional", ni tampoco el "alto valor ecológico" de los ejemplares, que formaban parte de una misma manada, de forma que su desaparición supone "eliminar casi por completo el grupo de lobos de la zona, con consecuencias biológicas muy desfavorables".

Fotos en las redes sociales

Los lobos fueron encontrados días después de la cacería -el 19 de diciembre de 2013- en el paraje de Charco-Puerto, en Camaleño, muy cerca del Parque Nacional de Picos de Europa, tras circular por las redes sociales fotografías de los ejemplares muertos, colocados en línea.

Una vez encontrados, los cadáveres de los lobos fueron trasladados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Parque de la Naturaleza de Cabárceno, donde se les practicó una necropsia.

Los ecologistas sostienen que los lobos abatidos formaban parte de un mismo grupo reproductor que criaba de forma habitual en la vertiente leonesa del puerto de San Glorio y que formaba parte de los grupos reproductores atribuidos al Parque Nacional de Picos de Europa.

Según la asociación leonesa Gedemol, este grupo reproductor quedó "totalmente aniquilado" ya que además de los cinco lobos muertos encontrados el 19 de diciembre, otros tres ejemplares fueron abatidos en octubre de ese mismo año 2013 en un monte del pueblo de Cosgaya.

Los ecologistas aseguran que se trataba de una manada "de las menos conflictivas", en lo que se refiere a ataques al ganado, y que, por su área de campeo, jugaban un papel "impagable" en el control de los ungulados salvajes, especialmente ciervo, en los hayedos leoneses y de Camaleño, ayudando a conservar la biodiversidad del Parque Nacional.

Un agente de la Guardia Civil (SEPRONA) y cuatro cazadores salen impunes porque la...
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