jueves. 25.04.2024

El pasado 13 de febrero, el poeta, narrador, editor y galerista Manuel Arce Lago (San Roque del Acebal, Asturias, 1928) cumplió, entre un silencio bastante generalizado, noventa años de una fructífera existencia iniciada entre nosotr@s al finalizar la guerra civil en Cantabria. Estas breves palabras de recuerdo de esa entrañable efeméride personal que, debido a las cualidades sociales y políticas de su protagonista cobra unas dimensiones capaces de sobrepasar su propio entorno, fueron escritas por su firmante y amigo con tal motivo, y hoy nos unimos a su contenido dándolas a conocer en las páginas de eldiariocantabria.es.

Pretender definir en unas pocas líneas elogiosas la personalidad creativa de Manuel Arce Lago y su aportación a la modernización del conocimiento del proceso artístico a partir de la Cantabria del pasado medio siglo resulta una tarea infructuosa por lo insuficiente en este espacio.

Digamos que a Manolo le correspondió vivir y sobrevivir un tiempo que no era nada halagüeño entre nosotros para el ejercicio de las corrientes que ya imperaban en otros países de nuestro entorno, pero que debido a las consecuencias de la guerra civil habían quedado obstruidas en la España mediocre y provinciana resultante tanto del conflicto bélico como de la represión subsiguiente; una represión ideológica que se cebó principalmente en cualquier atisbo de progreso sociocultural que pudiera conectar a la España del nacionalcatolicismo con el leve paso dado adelante durante la España republicana y progresista.

Los primeros noventa años del calendario más personal de Manuel Arce suponen la constatación de una brillante aportación personal al enriquecimiento del ser humano, dentro de unas circunstancias difíciles pero que lograron verse superadas mediante el esfuerzo y el entusiasmo desplegados a la hora de romper cualquier tipo de impedimento levantado contra la libertad de pensamiento y de creación.

En estos momentos nuevamente tan delicados para la libertad, sirva el testimonio de algunos de sus amigos como una declaración de intenciones y perseverancia en la tarea común de crear y seguir creando.

Gracias, Manolo, por tu valiosa aportación. Y enhorabuena por tus largos y fecundos años de aprendizaje activo y, a la vez, de enseñanzas para el presente y la posteridad.

Manolo Arce, impulsor de la modernidad en el arte en Cantabria
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