jueves. 28.03.2024

El cántabro apareció en Primera División como un elemento sorpresa cuando Héctor Cúper, por aquél entonces entrenador del Racing de Santander, le convocó para las primeras jornadas de Liga. Su fulgurante inició le catapultó a los focos de la élite, pese al descenso de los cántabros a final de esa misma temporada. Jairo era un revulsivo frecuente, un agitador que intentaba aprovechar el cansancio de los defensas que le saliesen a su paso. Con un tren de gravedad bajo, eléctrico, explosivo y de gran gesto técnico, Jairo decidió quedarse en el equipo de su tierra al siguiente año de descender de Primera División. Diversas circunstancias (principalmente causado por un caos institucional), hicieron que el Racing bajase esa misma temporada al pozo de la 2ªB.

Sin embargo, Monchi (hoy director deportivo de la Roma) vio algo diferente en ese joven extremo que había marcado diez goles en los 38 encuentros que jugó. El Sevilla se hizo con una joven promesa que, sin embargo, no cuajó todo lo que debería para un equipo exitoso. Nunca dejó de ser el mismo revulsivo que fue en su temporada de debut. Así que, en 2014, Christian Heidel vio la misma oportunidad que parecía haber visto Monchi la temporada anterior y se lo llevó a Maguncia, hogar de la segunda cadena alemana (XDF) más importante del país, así como de un pintoresco carnaval, y le dio la bienvenida a un club eminentemente familiar que se había hecho famoso, la década anterior, gracias a Jürgen Klopp.

Visto en perspectiva, el 1.FSV Mainz  es un equipo que siempre dio oportunidades a la gente joven que se quedase sin minutos en otros equipos de la Bundesliga,  o una catapulta hacia la fama en la máxima competición germana. Jairo llegó sin demasiado ruido y con la promesa de hacerse importante en un equipo que se había clasificado a Europa League la temporada anterior. Tras dejar Tuchel el banquillo, llegó Kasper Hjulmand y el santanderino no terminó de hacerse con el puesto. Un técnico de la cantera, ante la mala marcha del equipo, se hizo cargo y se convirtió en su gran valedor en Alemania: Martin Schmidt. El  suizo le dio minutos pese a las repetidas lesiones musculares por las que atravesaba. Con esa premisa, Jairo terminó jugando 22 partidos, consiguiendo dos goles y cinco asistencias como cifras de una primera temporada entera en un equipo de la máxima categoría.

La temporada siguiente el Mainz consigue una plaza entre los mejores de la Bundesliga, siendo el extremo uno de los principales artífices: 31 partidos jugados, seis goles y ocho asistencias, ayudando a su equipo a clasificarse para la Europa League. Fue, de lejos, la mejor temporada en Alemania. A comienzos de la temporada 2016-17, Jairo se lesiona y se pierde todo el comienzo de la temporada. El equipo se resiente y el cántabro no termina de encontrarse a gusto. Öztunali, Frei y De Blasis le cierran el paso; Europa League pasa factura al equipo maguntino (así como la pérdida de jugadores como Baumgartlinger) y el Mainz pasa a luchar para salvar la categoría. Fue el comienzo del declive que le ha llevado a quedarse libre en el presente mercado de invierno y cambiar de club. La llegada de jugadores como Fischer o Bergreen le han terminado dejando sin minutos con Schwartz, quien sustituyó a Martin Schemidt en la marcha de éste a Wolfsburgo. A sus 24 años, el cántabro acumula tres temporadas y en torno a 80 partidos de experiencia.

¿Qué puede aportar Jairo Samperio a la UD? Todo dependerá de la idea que tenga Jémez para construir una identidad sobre la que cimentarse y que parece necesaria que encuentren los amarillos. Descriptivamente hablando, se trata un jugador eminentemente eléctrico con el balón en los pies, con continuos cambios de ritmo y facilidad para el regate o desborde en carrera. Solo se le puede parar en falta, cuando éste está inspirado. No se trata de un jugador individualista, sino que genera peligro a partir de la individualidad. Se mueve muy bien en escenarios con espacios y con equipos diseñados para brillar en fase de transiciones. No obstante, puede generar a partir de su desborde y cambio de ritmo, sin importarle ganar línea de fondo para ponerla al área, aunque en Alemania ha demostrado estar más hecho para explotar el fuera-dentro desde banda contraria a su pie natural. Así que no sería raro verle aparecer desde el costado izquierdo y conducir hacia dentro y así generar desequilibrios, o bien ir al espacio ante posibles pases en profundidad de Jonathan Viera, cuando el 21 se inclina a aparecer por banda izquierda.

Sus 173 centímetros de altura no le hacen parecer un dechado de virtudes en el apartado físico, pero sí que le permite, al tener el centro de gravedad bajo, agitar los partidos cuando más lo necesitara Jémez. No es flojo en el apartado defensivo, no le cuesta retroceder y partir desde más atrás, pero así se perdería esa frescura que tiene en fase ofensiva. Futbolísticamente es como una mezcla entre Tannane y Rèmy, pero con apellido castellano y ávido de tener minutos. Si se le da confianza desde el primer minuto y la UD camina hacia un fútbol más alegre, vistoso y arriesgado, Jairo tendrá protagonismo en esta segunda mitad de la temporada.

Firmará hasta junio de 2018, ligando así su futuro al de Paco Jémez. Se trata, sin duda, de una ambiciosa apuesta por darle al jugador el estatus que debía tener cuando llegó a Sevilla. Joven, desbordante y con facilidad para levantar al público amarillo. Un jugador que, además de potencia, tiene mucho control.

Jairo Samperio se incorpora a la UD Las Palmas
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