viernes. 29.03.2024
ENTREVISTA

“Desde el primer momento Félix Álvarez se ha dedicado a hacer bandos, a dividir Ciudadanos”

El exdiputado de Ciudadanos Cantabria, Juan Ramón Carrancio, considera que la formación naranja no defiende ya las ideas con las que inicialmente se presentó en política, y considera que debe seguir formando parte del Grupo Mixto en el Parlamento de Cantabria.

Asegura que el partido le puso trabas para trabajar en proyectos como la inclusión de la financiación de Valdecilla en los Presupuestos, y considera que la imagen de Félix Álvarez para el partido, que recuerda que fue colocado a dedo, es “pésima”.

El exdiputado de Ciudadanos, Juan Ramón Carrancio
El exdiputado de Ciudadanos, Juan Ramón Carrancio

El 30 de junio el ahora exdiputado de Ciudadanos Cantabria, Juan Ramón Carrancio, ofrecía una rueda de prensa junto a varios dirigentes del partido para anunciar su renuncia, junto a la de unos 200 afiliados. El motivo era un viraje ideológico de la formación dirigida por Albert Rivera. Más de dos semanas después, y con cruces de acusaciones de todo tipo, tanto políticas como personales, Carrancio analiza su situación política actual, su posición en el Parlamento de Cantabria, donde pasa a ser diputado no adscrito y donde la Mesa deberá decidir si le mantiene como miembro del Grupo Mixto y algunas de las claves que han precipitado su salida del partido naranja, entre las que destaca la elección de Félix Álvarez como portavoz en Cantabria y como diputado nacional, algo que no se hizo por proceso de primarias.

Después de su rueda de prensa coordinadores como el de Camargo han seguido sus pasos y han renunciado a Ciudadanos. ¿Ha habido más movimientos en este sentido?

En el resto de España, sí. Ha sido un goteo constante, como lo ha sido antes. Hay que tener en cuenta que en poco más de un año Ciudadanos ha perdido más de la tercera parte de sus afiliados a nivel nacional, en torno a 12.000. Quizá lo nuestro se haya hecho más público porque nos hemos ido juntos, pero hay mucha gente. Y cargos muchos. En Cantabria la verdad es que no ha habido muchos más movimientos. Ya no es tanto el número, es que prácticamente, y salvo excepciones, nos hemos ido todos los que militábamos, todos los que trabajaban para que el partido funcionara. Ya no queda nadie para irse, solo quedan los muy fieles al señor Félix Álvarez o al diputado regional.
Hace poco Fran Hervías aseguraba que no se habían ido dos tercios, que de hecho estaban creciendo.

Una semana antes de comparecer desde la central de Ciudadanos dijeron que se habían ido 64. Luego 38. No lo entiendo, no sé si son números semanales. Lo que sí es cierto es que muchos afiliados están teniendo problemas para que se les dé la baja. Lo están teniendo que solicitar hasta siete veces. Es más, algunos de ellos han denunciado al partido porque no les dan de baja. Lo van a notar dentro de seis meses, porque muchos han dejado de pagar y es en ese plazo cuando se da baja en el partido por impago. No es solo que nos hayamos ido, sino que he hablado personalmente con los afiliados, y a mí me salen seis veces más que los treinta y tantos de los que habla Hervías.

En las segundas elecciones la única diferencia fue Félix Álvarez, colocado a dedo, y Ciudadanos perdió el 10% de los votos

¿Cómo cree que queda Ciudadanos tras su renuncia? En Santander, por ejemplo, ha perdido la representación institucional.

Han querido minimizar el impacto, pero en diez días ha pasado por Cantabria toda la cúpula de Ciudadanos. No han dado publicidad, pero ha venido todo el mundo. Y en una región olvidada como esta, que representa el 1% nacional, que de repente pasen todos igual es que algo sí ha pasado. El partido obtuvo representación en tres ayuntamientos, y ahora mismo les queda uno, Bezana. En el Parlamento queda Rubén, y ya.

Orgánicamente no sé cómo lo van a reconstruir. Las agrupaciones están vacías, con un afiliado. No tienen para hacer una junta directiva. Torrelavega y Bezana no se han resentido apenas, pero Santander, que era la mayor, se ha quedado tambaleando. Lo tendrán que reconstruir, pero ese es su problema. Dejó de ser el mío cuando tomamos la decisión de irnos. Me he liberado. El sentir que te están acuchillando desde tu propio partido es agotador.

No sé si se plantea crear un nuevo partido, pero ¿cree que hay espacio político para una nueva formación?

Lo hay desde el momento en que le había para Ciudadanos. Todos los que nos vamos tenemos bien claro que la ideología del partido nos gustaba, y tenemos muy claro también que ahora mismo no hay nadie que la defienda. Ciudadanos la defiende de discurso, pero los hechos son bien diferentes.

Que vayamos a montar un instrumento para ocupar ese hueco es algo que tenemos que decidir todavía. Esto ha sido una vorágine, pero tenemos pendiente sentarnos con esos afiliados que no se han ido pero que vienen a las reuniones y decidir lo que hacemos. Sea lo que sea, lo haremos en conjunto. No tendría sentido hacer una aventura unos por un lado y otros por otro.

Por el cargo que ocupaba yo tenía información privilegiada, y hacía tiempo que veía que esto no tenía futuro. Yo no vine a política para tener un puesto, vine para cambiar determinadas cosas de determinada manera, y veía que en Ciudadanos no se podía. Sin embargo, la decisión no se toma hasta que se habla con todos, en algunas reuniones con más de 100 personas. Y lo que decidamos, se hará de la misma manera.

El sentir que te están acuchillando desde tu propio partido es agotador

La Mesa del Parlamento decide el 27 si sigue formando parte de ella. ¿En qué posición queda dentro de la Cámara?

La Mesa tomará la decisión conforme al informe de los tres letrados de la Cámara. Yo la petición que he hecho es muy sencilla: hay que distinguir entre irse del grupo político e irse del grupo parlamentario. Y Ciudadanos no tiene grupo parlamentario, está en el Grupo Mixto. Mi intención es no irme del Grupo Mixto. De Ciudadanos evidentemente me he ido, pero si los letrados no lo deciden conforme a la ley, no pienso irme.

Creo que Cs confunde interesadamente los conceptos. Han acompañado su petición de un informe jurídico en el que confunden en varias ocasiones, y no creo que sea un despiste, el grupo político con el grupo parlamentario, y no es lo mismo.

El exdiputado de Ciudadanos, Juan Ramón Carrancio

En la rueda de prensa que ofreció Rubén Gómez se habló de mala relación personal con usted. ¿Cómo se ha deteriorado esa relación?

El deterioro fue casi desde el principio, y es porque Rubén hace cosas dentro del partido que a mí no me parecen éticas. Ni a mí ni a mucha gente, aunque yo pueda ser la cabeza visible. En varias ocasiones han intentado dejarnos sin poder orgánico, sin conseguirlo. No tienen el apoyo de los afiliados, como se ha visto ahora. La última vez que fuimos a las votaciones, la única en la que fuimos por separado, Rubén fue el sexto y Félix el séptimo. No tienen apoyo. Cuando alguien como Rubén, bajo mi punto de vista, está intentando hacer de esto su modo de vida, yo le estoy atacando a él personalmente, a su bolsillo. Yo ataco unas ideas o una forma de hacer política que no me gusta, pero si no sale victorioso se queda sin trabajo, y no tiene estudios ni tiene nada. Bajo este punto de vista, encuentro lógico que me odie.

Que vayamos a montar un instrumento para ocupar el hueco de Ciudadanos es algo que tenemos que decidir todavía

Sea cual sea la decisión de la Mesa, usted seguirá siendo miembro del Parlamento. ¿Qué objetivos se marca para el resto de la legislatura?

Intentar mejorar en lo poco o lo mucho que pueda las políticas de este Gobierno en beneficio de los cántabros. Lo mismo que me marqué al entrar. He estado en la Comisión del Suelo, y todo lo de urbanismo me toca a mí. Hemos modificado la Ley de Retorno y Realojo, y solo por eso merece la pena todo lo que ha ocurrido y lo que pueda ocurrir en estos cuatro años. Con esa ley se consigue proteger al sector más desfavorecido económicamente de la sociedad para que no se les robe legalmente. Ese es el motivo real de estar aquí, y me da igual Ciudadanos. El problema es que con ellos empezaba a tener problemas para hacer esto.

Yo siempre pongo el caso de Valdecilla. Tengo muchas llamadas a mis superiores cuando se negociaban los Presupuestos para solicitar que no se descuidara lo del Hospital, que tenía muy mala pinta. No se negoció nada, y esto es fácilmente entendible. Si sacaron más de 4.000 millones en políticas concretas, nadie se puede creer que 22 millones en un año no lo vaya a aceptar el PP, más cuando hay otro hospital en Barcelona en una situación similar de pagos y no ha habido ningún problema. Después de que no ocurre también llamo para que se ponga una enmienda. Tiene que ir, tiene que aparecer. Lo máximo que hace nuestro diputado nacional es pedir un millón de euros y luego decir que le ha engañado el PP.

Es un ejemplo de que mi propio partido no me deja hacer lo que hay que hacer. No hablamos de ideología, hablamos de algo que está ahí. El Hospital tiene que pagarse, es necesario para la sociedad.

Una de las cosas de las que le acusaba Rubén Gómez es precisamente de no trabajar lo suficiente en el Parlamento.

En teoría, el portavoz debería de llevarlo todo. El secretario primero debe leer el orden del día, pero la mayoría de las veces hay problemas y soy yo, como secretario segundo, el que lo hace. Cada vez que tengo que intervenir es un trajín, y tiene sentido que él sea el portavoz de todo. Pero una parte de las propuestas que llevaba se las preparaba yo. Las únicas que no defendía era porque no se sentía seguro. Pero todo era a petición suya. Era él el que repartía los trabajos. Había plenos en los que decidía que yo no llevaba nada, y otros en los que tenía que defender algo.

Usted ha llegado a asegurar que “Cantabria no quiere a Félix Álvarez”. ¿En qué se basa?

Hay dos cosas fundamentales. A nivel interno es evidente que los afiliados no le quieren, pero hay otra cuestión. En las primeras elecciones generales a las que concurrimos llevamos a Carlos Pracht, un señor entrañable, encantador pero que quizá no fue el mejor candidato. En las segundas, a dedo, nos colocan a Félix. Tragamos el sapo e hicimos la campaña con él. Era menos imprevisible que Pracht, pero perdimos el 10% de los votos. El mismo partido, con una campaña más engrasada, pero con la diferencia del candidato. Es cierto que se perdió porcentajes en muchas comunidades, pero fueron menos de un 1%. La única diferencia era el candidato, y uno de cada diez votantes dijo “se acabó”.

Todos los que se han ido lo han hecho por lo mismo, porque el partido no cumple las expectativas cuando creíamos que era un partido regenerador

¿Qué opinión le merece la gestión de Félix Álvarez en estos meses?

La interna del partido, para sus ambiciones, igual es buena, pero para el partido es pésima. Desde el primer momento se dedica a hacer bandos, a dividir el partido. Dice que viene a unir, pero no es cierto. En cuanto a la gestión parlamentaria, cuando ha tenido que defender algo importante no lo ha hecho. Él mismo ha colgado intervenciones suyas en las redes sociales, y lo que he visto no me parece bueno.

En una Podemos presenta una moción para quitar el IBI a los hórreos de Asturias. Él interviene que echa en falta que se quite también a los hórreos de Cantabria. En primer lugar no sabe cuántos hay ni cuánto pagan, pero es un agravio comparativo. Pero, ¿por qué no presenta una enmienda para que se haga extensiva a Cantabria? Así es como se hacen las cosas. Queda muy bonito decir que no se apoya, pero no hizo lo que legalmente podía hacer. Si eso me da la medida de su actuación en el Parlamento creo que es muy deficiente.

¿Va a haber algún tipo de coordinación política entre los concejales que han dejado Ciudadanos en el Ayuntamiento y usted en el Parlamento?

Queda por decidir si vamos a tener un proyecto juntos o uno que recoja lo que ya no defiende Ciudadanos. Lazos de amistad va a haber con los concejales de Santander, incluso aunque no exista ese proyecto político, por lo que estaremos en contacto. ¿Tanto como para coordinar? Yo no soy quien para decirles lo que tienen que hacer, y ellos tampoco a mí. Otra cosa es que podamos aconsejarnos. Pero ahora mismo no hay una directriz política. Sí sé que Cora Vielva se siente liberada para hacer lo que vino a hacer, que es trabajar por los santanderinos. Si eso incluye llevar la contraria al equipo de Gobierno de Santander, se la va a llevar. Hasta ahora no se llevaba porque había orden expresa de Ciudadanos Madrid.

Félix Álvarez ha afirmado que se había sido muy complaciente, y se ha dicho incluso que había intereses ocultos. Lo cierto es que cuando había cualquier cosa que no fuera el bordillo de una acera, los concejales de Santander me enviaban una pregunta escrita que yo rebotaba a la dirección. No se ha hecho apenas nada sin que se conociera desde Madrid.

La decisión de irnos se toma el domingo anterior a la rueda de prensa, pero hasta el día que me voy soy leal con el partido, y los concejales de Santander me consta que también. Se nos ha estado acosando desde dentro del partido. Nos han estado investigando en lo personal, en lo laboral, nuestras intervenciones, y no encuentran nada. Es entonces cuando se filtra la famosa historia del acta, curiosamente el mismo día en que se anuncia a Félix Álvarez como el nuevo barón de Ciudadanos en Cantabria. Es una casualidad, pero no creo que existan en política.

Es cierto que la fecha del acta está mal, pero cuando ven que eso no tiene recorrido dicen que no hubo reunión. Al ver que hay fotografías aseguran que no se habló uno de los puntos. No sé qué será lo siguiente si al final se demuestra que sí se habló. Nunca ha habido motivos para llamarnos la atención.

Los concejales de Santander entienden que ya no existe el partido por el que fueron elegidos, es un vehículo vacío, y van a estar defendiendo los intereses de los santanderinos. Igual que yo en el Parlamento, que no va a ser fácil.

¿Cree que se equivocó al presentarse por Ciudadanos?

No, en todo caso nos engañaron. Cuando me presento por Ciudadanos lo hago, primero, porque representa un espectro ideológico curioso que no había en España, que es el liberalismo económico. No hay nadie que lo defienda. El PP dice que lo hace, pero cualquier no se parecen en nada. Además, esto se unía con el aspecto socialdemócrata de no dejar a nadie en la cuneta en la carrera hacia la modernidad. A mí esas ideas me siguen pareciendo adecuadas. Y luego Ciudadanos unía en su propaganda la lucha por la regeneración. En España las familias funcionan muy bien, de hecho han sido el soporte durante gran parte de la crisis. El sistema empresarial español es mucho más potente de lo que la gente cree; tenemos más de 500 multinacionales y las empresas se han saneado. La única pega es el sector público, que está dominado por un sistema de partidos.

La principal bandera de Ciudadanos era venir a regenerar el sistema de partidos, y uno de los sistemas más potentes era las primarias. Yo sigo estando de acuerdo con todo eso. Lo que habrá que preguntarse es si ya entonces mentía Ciudadanos o han cambiado de idea después. Me refiero a la pequeña cúpula que lo maneja.

Los que se han confundido son ellos, y se han confundido al pensar que muchas personas que llegamos aquí a defender esas ideas, viendo después que no se defendían, íbamos a seguir en el barco. Todos los que se han ido lo han hecho por lo mismo, porque el partido no cumple las expectativas cuando creíamos que era un partido regenerador con unas políticas que pensamos que podrían traer prosperidad para todos, que es de lo que se trata. El fin último de la política es conseguir la prosperidad para el pueblo. Parece que se olvida a veces. Entendimos que Ciudadano era la manera de hacerlo, pero nos encontramos a medio camino que no creen en ello.

“Desde el primer momento Félix Álvarez se ha dedicado a hacer bandos, a dividir...
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