sábado. 20.04.2024

A falta de dos días para que se conozca quién será el nuevo secretario general del PSOE de Cantabria, Eva Díaz Tezanos o Pablo Zuloaga, algunos de los principales nombres del partido autonómico han explicado a este diario los motivos para apoyar a uno y otro candidato. El alcalde de Santoña y secretario general de los socialistas en dicho municipio, Sergio Abascal, destaca que su apoyo a la actual líder del partido se basa, fundamentalmente, en la palabra:

“Mi apoyo a Eva tiene mucho que ver con algo que yo considero esencial, la palabra. Fui uno de los miles de militantes que votó a Pedro Sánchez porque había cumplido su palabra. Y lo había hecho costara lo que costara.

Y hoy, estoy en el equipo de Eva porque siempre ha cumplido con su palabra. Eva es trabajo y humildad, es responsabilidad, es consenso, es inteligencia colectiva y es algo que para mí es esencial, lealtad. Lealtad personal, pero sobre todo, con la organización.

"Eva es trabajo y humildad, es responsabilidad, es consenso, es inteligencia colectiva y es algo que para mí es esencial, lealtad"

En estos tiempos de egos henchidos y ambiciones desmedidas, mi apoyo a Eva tiene mucho que ver con lo que es más importante para mí, que son los principios. Los socialistas sin principios no son socialistas. Y el cumplir la palabra dada es uno de ellos.

Y Eva lo ha hecho. Ha cumplido no sólo con los socialistas uniendo un partido que recogió fracturado, sino que ha cumplido con la ciudadanía poniendo en marcha todas aquellas políticas con las que nos comprometimos. Su acción directa permitió que de seis alcaldías con mayoría absolutas, muchos más proyectos socialistas pudieran llegar a los ayuntamientos y, así, cambiar la vida de nuestros vecinos y vecinas con políticas que paliaran el sufrimientos de cuatro largos años de pesadillas de políticas del PP. Y eso es algo que creo que no debemos poner en riesgo.

Durante todo el proceso de primarias generales se repitió hasta la saciedad que el proceso federal nada tenía que ver con el proceso regional. Llegado el momento, y tras ver lo sucedido hasta el día de hoy, sé que no ha sido así. Y, por tanto, partiendo de la base de la firme convicción de que respetaré siempre la decisión que libremente tome la militancia de mi partido, no puedo confiar en quien no cuenta la verdad a la militancia. 

Porque hubo pacto. Yo estuve en ese pacto. Yo soy uno de esos compañeros y compañeras que metidos en este proceso regional, consideraba que una lista de unidad y consenso, renovadora y con los cambios pertinentes que reforzara el partido para los retos presentes y futuros, nos fortalecería ante una ciudadanía harta de ver partidos políticos convertidos en “jaulas de grillos” como vemos en Cantabria, donde la vieja y nueva política se han convertido en el problema y no en parte de la solución de los problemas de la gente.

No fue posible porque una de las partes rompió el acuerdo que habíamos sellado con un apretón de manos. Sí, hubo acuerdo. Y sí, es legítimo romper un acuerdo, máxime si se justifica en que los compañeros más cercanos a tu proyecto no comparten la idea de un acuerdo o no están conformes con el mismo. Sin embargo, lo que no es admisible es que en lugar de reconocerse este extremo, la ruptura del pacto, lo que se haga es negar su existencia, pues ello supone, nos guste o no, ocultar la verdad a la militancia, y tacha a aquellos que estuvimos allí de embusteros. La verdad es una, no puede ser interpretada ni dada vuelta como un calcetín, y, si tergiversamos la verdad cometemos dos grandes errores, por un lado, mentimos a los compañeros, en estos tiempos en que todos nos llenamos la boca clamando por dar mayor voz al militante y por tenerle informado de todo, lo cual es una incongruencia, y por otro se desprecia, ofende y tacha de mentiroso a quien, precisamente, dice la verdad.

"Una de las partes rompió el acuerdo que habíamos sellado con un apretón de manos. Sí, hubo acuerdo"

La lealtad real supone que el marinero aconseje, recomiende y proponga al patrón que vire el rumbo del barco si este corre riesgo de naufragio, y lo haga a través de los cauces internos del partido, no que guarde silencio durante años, en una aparente mar en calma. 

Que el futuro de un partido no lo deciden entre diez personas en un despacho es una frase muy bonita, pero poco conveniente que lo diga una de las personas que estaban entre esos diez, previamente mandatados, por cierto.  

Que el exigir cuotas de poder en el partido es cosa del pasado también es una gran frase, pero vacía de contenido si quien la pronuncia es una persona que días antes exige el 70% de esas cuotas.

Soy un firme defensor de las primarias, de dar la voz a la militancia y de hacerla partícipe de la vida diaria de los asuntos del partido. Pero no es verdad que se pervierta la democracia interna de un partido por llegar a un acuerdo entre diez cuando quien mandata ese acuerdo es el Comité Regional, el máximo órgano entre congresos y donde está representado el sentir de todos los compañeros del PSOE de Cantabria. Por lo menos, no se pervierte más que eligiendo los miembros del Comité Federal entre unos pocos y haciendo una lista de delegados a un congreso entre media docena. 

Por ello, me sumo a este proyecto colectivo, participativo y de futuro que mira hacia adentro, donde no sobra nadie, se haya apoyado a quien se haya apoyado, libremente, en las primarias federales, sin que eso deba suponer un lastre entre compañeros que nos haga mejores o peores o militantes de primera o segunda, pues eso supondría excluir a la mitad de la militancia de este partido. Puesto que no creo en eso, yo estoy con Eva, y creo en un proyecto común que se llama PSOE, que, como digo, mira hacia adentro, pero sobre todo, mira a lo que más nos importa a los socialistas: a nuestra gente, a nuestros vecinos y vecinas, a los más necesitados”.

“Cumplir con la palabra dada es uno de los principios socialistas. Y Eva lo ha hecho”
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