sábado. 20.04.2024

Acabose el relato mentiroso “indepe”

Tres contra tres. Junker, presidente de la Comisión Europea, Tusk, presidente del Consejo Europeo, y Tajani, presidente del Parlamento Europeo, han dicho en Oviedo ¡no!, ¡no! y ¡no! a Puigdemont, Junqueras y Forcadell. Tarari que te ví a que en España no hay democracia, a que la policía reprime o que hay presos políticos como repica Guardiola. Del cuento chino mentiroso “indepe” producido para expandir planetariamente, en esto llegó finalmente el 155 y la fábula es ya otra.

A mí me importaría un bledo, pero la política española, la que se denomina política de Estado que se hace desde Madrid, está muy hecha a lo que se piense sobre nosotros en capitales como Washington, Londres, Paris, Berlín y, por supuesto, Bruselas, capital de la Unión Europea. Como si nuestros políticos fueran políglotas, pasa más que nunca que a diario se desayunan con el New York Times, el Financial Times, Le Monde o The Guardian. Lo que les interesa realmente es si estos rotativos traen algo nuevo sobre “Catalonia” y comprobar si hablan mejor del lado del Gobierno de Rajoy o del lado del Govern de Puigdemont. Cualquier reseña, nota de agencia o corresponsal, vídeo u opinión favorable, es considerado como un gol al contrario, porque los independentistas catalanes que dirigen sus principales instituciones llevan años establecidos en un relato mentiroso contra España y los españoles que altavocear planetariamente. Lo demás, la sanidad, el empleo, construir viviendas sociales o mejorar los servicios de los ciudadanos, como la Colau en Barcelona, ¡que espere! No hacer otra cosa que dar la lata, evidentemente les hace mejores en estirar el cuento embaucador hasta el infinito.

Los independentistas catalanes llevan años establecidos en un relato mentiroso contra España

Primero fue el “España nos roba”. Siguieron con la represión policial del referéndum ilegal del 1 de octubre, que ponía la cifra de heridos en casi 900, cuando lo que habían sumando realmente eran todos los ingresos habituales de urgencias de ese domingo en los hospitales catalanas. Pasó lo mismo con los vídeos falsos, los mensajes-montajes en redes sociales, la comparsa sectaria de TV3 y Catalunya Ràdio, sin olvidarme de la concejala de ERC, Marta Torrecilla, quien declaró que la policía española le había roto todos los dedos de la mano, para luego resultar que se había vendado ella misma para contar su propia mentira, una más, ante los micrófonos y cámaras que se pusieran a tiro. Es decir, que todo es farsa, propaganda, difamación y el “Help Catalonia”, con la consiguiente manipulación y propagación del mensaje por parte de una serie de medios de comunicación politizados. 

Por mentira, los españoles no tenemos porque escuchar que hay presos políticos o ver carteles alegóricos en el Congreso de los Diputados

Pero,  ¿quienes mienten más dentro de este relato? En la tarde del 5 de octubre, el Banco Sabadell reunía a su consejo para decidir trasladar su sede a Alicante. Por la mañana, en diferentes televisiones, Oriol Junqueras aseguraba que esa marcha nunca ocurriría. Para el conseller de Economía de la Generalitat, es tan solo un espejismo que, a día de hoy, sean más de mil las empresas las que han dicho “adeu” a Cataluña. ¡Despierte señor Junqueras!: Sólo el pasado 19 de octubre huyeron 268. Sigamos con las mentiras del relato de los “indepes”. Ahora están con lo de los presos políticos, tras encarcelar a los “Jordis”, más que unos simples presidentes de dos asociaciones nacionalistas, ya que la juez les ve como auténticos instigadores hacia la República Catalana y también como principales agitadores de las calles, además de urdidores en contra de la Policía Nacional y la Guardia Civil destacados en Cataluña. ¿Presos políticos? Es como para partirse de risa sino fuera porque hay todo un coro repitiendo la misma canción, a ver si cala fuera. Ante todo, se trata de que las mentiras se internacionalicen. Y empalman con el eco de Guardiola, que tiene hasta el gorro a los aficionados del Manchester City, los profesores de institutos públicos que representan una enseñanza indecente, y que no se me olvide el esperpento de Romeva, conseller de exteriores ante la BBC, que no contento con tener sin clases a las universidades catalanas, trata de llevar a otras facultades del mundo que en España no hay democracia, aún vive Franco, Cataluña está reprimida policialmente y hay presos políticos. ¡Qué banda! Hasta que llegó las 18,30 horas del 20 de octubre de 2017, en que se iniciaba en Oviedo el acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias. Los “indepes” seguían en su intento de contar, especialmente en el resto de Europa, lo reprimidos que están. Era también un día antes de la aplicación del 155, que ya era hora. El relato a Puigdemont, Junqueras y Forcadell quedó enterrado por tres hombres pro europeos: Jean-Claude Junker, presidente de la Comisión Europea, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo y Antonio Tajani (¡cuánto le debe España a este hombre!), presidente del Parlamento Europeo. Pintaron la Europa actual de la unidad, concordia, y en contra de nacionalismos y populismos que nos devuelvan a los tiempos oscuros de la Europa de guerras o de nazis. El intento de mundializar la secesión catalana se ha terminado, lo diga Romeva, Colau, Piqué, Bartomeu o Lluis Llach. Eso si: No estaría de más que el Gobierno Central, y los denominados partidos constitucionalistas, dieran un curso intensivo de relatos. Y es que, por ser mentiras cochinas, los españoles no tenemos porque escuchar frases como que España roba a Cataluña; que aquí no hay democracia; los falsos heridos del referéndum ilegal; que tenemos presos políticos; o ver en el Congreso de los Diputados carteles alegóricos contando estas milongas. Lo único que hay de cierto en todo esto es que los españoles demandan justicia e igualdad ante la ley, para que no quede impune ni el Govern, ni JuntsxSí, ni el sursum corda que delinca, por mucho cargo que tenga.

Acabose el relato mentiroso “indepe”
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