viernes. 19.04.2024

“Me ha vuelto a pasar otra vez. He quedado con el chico con el que estaba hablando en Tinder y ha sido más de lo mismo. Lo acababa de dejar con su novia y sólo buscaba quitárselo de la cabeza. Next”. Una vez más, la conversación con mis amigas empieza con el mismo tema. Hemos quedado para comer y la primera caña sirve como recuento de las batallitas semanales patrocinadas por esta aplicación. 

En estos momentos Tinder se sitúa en el puesto 62 de las aplicaciones más descargadas del App Store. Su funcionamiento es sencillo. Tal y como si fuera un catálogo de cualquier tienda de ropa, en la pantalla del móvil aparecen fotos de los usuarios que se encuentran cerca de tu ciudad. Si ambos señaláis el me gusta,  se abre de manera automática una conversación que dará pie a poder conocerse y charlar. Desde que se lanzase en 2012, son ya más de 20.000 millones los ‘matches’ registrados en esta multinacional de las relaciones.

Tengo que reconocer que observo la conversación desde la distancia. Tras una relación de más de cinco años soy la única de la mesa que nunca ha utilizado la aplicación. Hay un rasgo común en el momento en el que todas decidieron bajársela. La mayoría acababa de cambiar de ciudad y necesitaba conocer gente nueva fuera de su trabajo. “Me la descargué en 2014, cuando apenas era conocida, pero en mi trabajo tenía un compañero que la usaba y nos comentó a todos que había quedado para tomar algo con alguna chica alguna vez. Al final llegó un domingo de aburrimiento en casa y hablando con otra amiga acabamos bajándola. Si él la usaba, ¿Por qué yo no?”. Carlota ve complicado encontrar algo más allá de una noche en una aplicación como esta. “Cantabria es demasiado pequeña, y la gran mayoría van a lo que van. No digo que no sea posible, pero hasta ahora yo lo he visto complicado”.

¿El problema? Que actualmente parece complicado llegar a conocer a alguien fuera de  la aplicación

La sinceridad, o la falta de ella, es uno de los principales problemas a la hora de ir más allá. “Una vez hice match con un chico de Santander, y nos dimos cuenta de que hablaba a la vez con una amiga y conmigo, contándonos exactamente lo mismo. Ya me lo he borrado. Al final la experiencia fue aburrida ya que estás en contacto con varias personas, pero vives situaciones que se prolongan en el tiempo sin un fin común y sin llegar a nada. La mayoría de la gente no busca un interés real en lo que estás contando”, añade Lidia, que ha decidido darse un descanso en esto del amor a través de la pantalla.

¿El problema? Que actualmente parece complicado llegar a conocer a alguien fuera de  la aplicación. Este es el caso de Claudia. “Acababa de salir de una relación y me apetecía conocer a alguien. Una amiga me la recomendó porque ella había conocido a su chico por ahí, y como no me gusta demasiado salir por la noche, me facilitaba la posibilidad de charlar con gente sin presión ni compromiso”.

Nunca ha olvidado su primera cita Tinder. “Realmente creo que fue un acto de valentía. No creía que conociese a nadie interesante y por casualidades de la vida, encontré a la que aún hoy, dos años después, es mi pareja. Hubo mucha química desde el primer momento. Tuve más citas con otras personas, y es cierto que hay que tener cuidado, porque mucha gente no es honesta. Pero mi experiencia no puede ser mejor”. 

En la misma situación está Pablo. “Yo soy claro. Me bajé la aplicación porque la soledad es muy dura. Conseguí relaciones de más de una noche y también de menos. A mi actual pareja la conocí a través de la aplicación”.

Pero Tinder no es la única aplicación de citas disponible en la actualidad. Sin ir más lejos tiene su gemela, Grindr, en la que chicos homosexuales buscan conseguir también su match. “El sexo es la piedra angular de su funcionamiento”, asegura Miguel. “En nuestro caso es diferente porque en una ciudad pequeña como Vitoria es difícil conocer a chicos gays por otros mecanismos. Aquí las cuadrillas son muy heterogéneas y no hay bares de ambiente como tal”.

Tinder no es la única aplicación de citas disponible en la actualidad

Trazar un perfil de usuario es muy complicado. En la misma tarde puedes toparte con chicos desde los 18 años hasta hombres mayores. “Grindr es mucho más explícito que Tinder. Es muy sencillo encontrar sexo rápido. Hay gente que busca relaciones estables pero también otros que no ponen sus fotos por miedo a ser reconocidos e incluso varios a los que he visto con novia paseando cerca de mí”.

En el caso de Tinder pasa algo similar. Uno de los más comunes es el de aquellos que acaban de salir de una relación. Este es el caso de Mónica, de 24 años. “Decidí hacérmelo después de Navidad. Por un lado, me apetecía conocer gente, pero la razón principal es que quería ver si conociendo a otros tíos podía olvidarme de mi ex”.  Ella diferencia entre dos casos. Aquellos que sólo quieren tener sexo y los que buscan algo más. “Creo que en las ciudades grandes se emplea de manera distinta. Aquí en Madrid la gente no tiene tanto tiempo de conocer a gente nueva de la manera tradicional y utiliza este método.

Tras tantas experiencias, y tan diversas, decido animarme, dar un paso adelante y descargar la aplicación. Tras un rato ojeando con desgana el catálogo registro mi primer match. Comienza el juego.

Amar en 'Tinder' revueltos
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