viernes. 19.04.2024

Liébana se levanta por un desfiladero seguro y digno

Se ha agotado nuestra paciencia. Si ya demostramos que esa carretera es un derecho y no una promesa política, no debemos dejar que sean los políticos los que marquen los tiempos cuando nos jugamos la vida.

No queremos oír hablar de política. Nos cansa. Nos aburre. Nos supera. Cuando unos lebaniegos nos unimos hace tres años para formar una agrupación y presentarla a las elecciones, solo teníamos una cosa en común; rechazábamos las formas y los métodos de la política actual. Queríamos demostrar que otra forma de hacer las cosas era posible. Queríamos estar en las instituciones y demostrar que se puede construir mediante propuestas.

Demostrar que los lebaniegos unidos somos imparables. Que tenemos las herramientas y nos falta ponerlas a trabajar en la misma dirección. Apostamos por acabar con la atomización política; fusionando todos los municipios y dando fuerza a las Juntas Vecinales.

Fruto de ese espíritu de unidad lebaniega, nos dimos cuenta de que éramos nuestros propios jefes. Que nadie desde Santander iba a mandarnos callar. Nos convertimos en un actor incómodo para la política tradicional, pero insistíamos; no somos políticos, ni nos interesa serlo.

Fruto de ese espíritu de unidad lebaniega, nos dimos cuenta de que éramos nuestros propios jefes

Porque político es el que se dedica a la política y además milita en un partido político y ninguno de nosotros cumple esos requisitos. No. Somos algo más sencillo; simples vecinos que colaboran desinteresadamente por Liébana y mientras tanto siguen adelante con sus vidas.

Por eso nunca hemos jugado al "y tú más". Por eso nunca hemos votado en contra de nada si no teníamos algo mejor que proponer. Por eso vamos desarrollando todo el programa y por eso hasta la fecha no hay nada que nos haga agachar la cabeza. Hemos sido sinceros y coherentes.

Hace unos meses, hartos del juego político y de las promesas sobre el Desfiladero de la Hermida, dimos la cara y expusimos el problema en medios nacionales. Denunciamos la situación a la Defensora del Pueblo en Madrid y le argumentamos que la Constitución Española dice que todos somos iguales y que el Estado tiene que remover los obstáculos que impidan esa igualdad. Le expusimos a la Defensora del Pueblo que el Desfiladero de la Hermida era un obstáculo que impedía desarrollar la igualdad de los lebaniegos con el resto de españoles, porque limitaba nuestras oportunidades y le enviamos también una carpeta con fotos de las piedras en la calzada, los atascos, los camiones cruzados... 

Para sorpresa de muchos, esa argumentación simple y llana, pero sujeta a derecho y referida a la primera ley del Estado, fue admitida a trámite. En cuestión de semanas, la Defensora del Pueblo realizó sus pesquisas en la Dirección de Carreteras, dependiente de Fomento y concluyó que el Estado tiene más de 60 millones de euros aprobados en varios presupuestos para el Desfiladero de la Hermida y que no han sido ejecutados todavía.

Con esa información en nuestro poder esperamos a que el Ministro moviera ficha y ejecutara esas partidas como marca la ley. Pero la espera desespera y el Desfiladero ha vuelto a avisar. Todos somos conscientes de que cualquier día no va a haber tanta suerte y nos llevaremos las manos a la cabeza por no haber hecho todo lo que podíamos en tiempo. 

Se ha agotado nuestra paciencia. Si ya demostramos que esa carretera es un derecho y no una promesa política, no debemos dejar que sean los políticos los que marquen los tiempos cuando nos jugamos la vida.

El Desfiladero de la Hermida es un obstáculo que impedía desarrollar la igualdad de los lebaniegos con el resto de españoles

El tiempo se ha acabado. Desde la agrupación preparamos ya la estrategia para elevar a las instituciones europeas este caso, con el informe de la Defensora del Pueblo y en paralelo preparamos la mayor manifestación que haya visto Liébana en democracia, para exigir una carretera segura y digna.

Hemos rechazado cualquier protagonismo y solo hemos ofrecido nuestras herramientas para coordinar la organización. Hemos hecho un llamamiento a instituciones, partidos políticos, agrupaciones, asociaciones, portales, sindicatos, empresas y ONG's, para que se sumen al listado con el que solicitaremos los permisos a las autoridades para celebrar la manifestación. Cuantos más seamos, más fuerza haremos y más alto llegará nuestro mensaje.

Vivimos un punto de inflexión; nunca antes habíamos concentrado tantos apoyos los lebaniegos para conseguir mejoras tan necesarias para nuestro futuro. Es ahora o nunca. Quedan pocos días para cerrar el listado de adhesiones. Un documento que será recordado en la historia de Liébana y en el que ya figuran cerca de medio centenar de entidades de todos los ámbitos e ideologías. Y es que ya lo dijimos antes y ahora; no queremos oír hablar de política y no lo vamos a permitir; el manifiesto de adhesión deja bien claro que todos nos comprometemos a no usar esta reivindicación con fines políticos o personales. Lo que aquí hacemos es reclamar y defender un derecho; lo que hacemos es practicar la democracia en primera persona. 

Liébana se levanta por un desfiladero seguro y digno
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