viernes. 29.03.2024

Francia prohibirá el uso de teléfonos móviles en los colegios a los alumnos menores de 15 años a partir del próximo curso escolar. Los argumentos del ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, para extender esta prohibición al recreo y los pasillos de los centros escolares (actualmente ya se aplica en las aulas) se basa en argumentos pedagógicos que aluden a motivos de “salud pública”. En nuestro país todavía no hay ninguna legislación al respecto, pero el debate está abierto.

El uso de las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) entre los niños está totalmente naturalizado en nuestra sociedad. Según los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España, el 93,6% de los españoles de entre 10 y 15 años han usado Internet en su vivienda en los últimos tres meses. Este porcentaje llega al 95,60% en el caso de Cantabria.

Además, la tenencia de móviles entre la población infantil está en alza. Concretamente, el 69,1% de los niños con edades comprendidas en el ratio anterior disponen de un teléfono móvil, según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE). A partir de los 14 años, nueve de cada 10 niños tienen uno propio. Y con 10, uno de cada tres menores posee un smartphone.

Con estos datos no resulta extraño que la medida adoptada en el país vecino haya generado una controvertida discusión entre los partidarios y detractores de incorporar las nuevas tecnologías a la educación de los más pequeños en España.

La nueva normativa francesa no impedirá llevar los dispositivos a la escuela, simplemente prohibirá su uso dentro del recinto escolar. Una práctica que ya desarrolló el instituto ilerdense Torres Vicens, que impidió el uso del móvil durante los recreos a los alumnos de 1º y 2º de la ESO para que se comunicasen entre ellos durante los descansos.

El 93,6% de los españoles de entre 10 y 15 años han usado Internet en su vivienda en los últimos tres meses

Todo lo contrario a lo que plantea el Instituto Ítaca de Tomares (Sevilla), un ejemplo de escuela ‘innovadora’ que apuesta por aliarse con el enemigo y utilizar los móviles como herramienta de trabajo. Por el momento, los profesores hablan de los buenos resultados que está registrando el proyecto, asegurando que los usos inadecuados por parte de los alumnos están siendo mínimos y que, en general, están siendo bastante responsables.

Por su parte, los estudiantes están encantados con esta iniciativa, con la que aprenden de una manera didáctica y amena.

Paula es una joven recientemente graduada en Magisterio que ha crecido en paralelo al desarrollo de las nuevas tecnologías, y para ella las TICs no deben ser vistas como una barrera dentro del ámbito educativo. “Muchas veces oímos la expresión de que ahora los niños nacen enganchados a un móvil o tablet en lugar de con un pan debajo del brazo. Por ello, debemos aprovechar todas las innovaciones que existen y crear un aprendizaje positivo”, manifiesta esta joven maestra.

“En la mayoría de los colegios el uso del teléfono móvil está prohibido porque es visto como un aparato que solo genera distracciones y malos hábitos. Nadie niega que esto sea cierto, pero así como tiene desventajas, también tiene otras muchas ventajas que pueden favorecer el aprendizaje de los alumnos, como servir de recompensa y regalo”.

“La sociedad cambia y por ello los contenidos educativos deben adaptarse a estos cambios”, asegura Paula, quien cree que es importante incluir en el aula un tiempo para hablar y trabajar sobre las nuevas tecnologías.

Para esta nueva maestra, los docentes tienen la oportunidad de cambiar el mal uso que muchos alumnos hacen de sus ‘smartphones’ fuera del aula. “Con la aparición del teléfono móvil, las redes sociales y otras aplicaciones vemos cada día gran cantidad de noticias que nos informan sobre cómo un mal uso de ellas ha creado grandes problemas entre los alumnos”. En este sentido, opina que “para evitar que el móvil sea un arma destructiva para los niños, debemos enseñarles desde el aula cómo hacer un buen uso de las tecnologías”.

MÓVIL A LOS 8 AÑOS

Un estudio realizado por la Universidad del País Vasco afirma que los niños españoles reciben su primer móvil a los 8 años. Los mellizos de Ángela pronto cumplirán nueve años y a ella “ni se le pasa por la cabeza” comprarles un teléfono. “Los móviles son adictivos y los niños no deberían tenerlos hasta que sean más mayores”, indica. “No entiendo la necesidad de un teléfono que puede tener un niño de 10 años que siempre está con sus padres o con un adulto”, comenta esta madre.

Emilio Calatayud ha animado en varias ocasiones a los padres a "aprender a decir no antes de que sea demasiado tarde"

Varios padres coinciden en que la edad ‘ideal’ para que sus hijos tengan un teléfono propio está en torno a los 12 años. “Desde el momento en el que tienes que dejarles solos deben tener un móvil con el que saber defenderse”, comenta Daniel, un padre con dos hijos que opina que los problemas de conciliación laboral provocan que muchos progenitores se vean obligados a dejar solos a sus hijos, y que “el móvil es la única manera de tenerlos controlados en todo momento”. “Aunque todavía son pequeños, es la solución para saber dónde están o para que te localicen ante cualquier emergencia. Por eso, primero es necesario que sean conscientes de cómo debe utilizarse un teléfono”, declara.

En este sentido, los resultados del estudio de la Universidad del País Vasco certifican que cuanto más jóvenes son los menores, más sencillo resulta inculcarles el uso responsable de las tecnologías.

"APRENDER A DECIR NO" 

El juez de Menores de Granada Emilio Calatayud ha animado en varias ocasiones a los padres a "aprender a decir no antes de que sea demasiado tarde", haciendo hincapié en los "problemas" que trae la "laxitud" a la hora de educar a los hijos. Así, el magistrado considera que estos dispositivos son "una nueva droga que no mata, pero sí vuelve locos a los niños".

"No se sabe el alcance del daño moral que se puede infligir a un menor haciendo uso de las redes y los teléfonos inteligentes", sostiene Calatayud. A su juicio, la tablet o el móvil se han convertido en "niñeras" que parecen muy baratas, pero que a la larga salen muy caras, pues "son muchos los padres que les dan a sus hijos estos instrumentos para que les dejen tranquilos sin entender que son instrumentos muy peligrosos para cometer actos delictivos, como amenazas, chantajes, coacciones o bullying, y muy peligrosos para ser víctima". 

Los móviles abren un mundo de oportunidades pero no están exentos de riesgos. 1 de cada 3 menores de 11 a 16 años reconoce haber practicado el 'sexting' (intercambio de mensajes sexuales online) y el 31% de los niños afirma haber sufrido algún tipo de ciberbullying.

"Una nueva droga que no mata, pero sí vuelve locos a los niños"
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