miércoles. 24.04.2024

No quiero flores en mi tumba...

Lo cierto es que a pesar de este buen clima, de la empatía que puedan sentir estos representantes de las Administraciones, la realidad es muy dura, las soluciones no llegan.

Era otra reunión con el Gobierno, una más para ellos, para nosotros era especial, el tiempo va pasando y la legislatura actual enfila su final, teníamos puestas quizás las pocas ilusiones que nos quedaban para conseguir una solución a cientos de familias que tantos años llevan esperándola, o al menos diseñar, poner fechas, obtener compromisos para acabar con esta situación de injusticia.

Habíamos conseguido casar las agendas de la Vicepresidenta, el Consejero de Presidencia, el Consejero de Medio Rural, los Directores Generales de Urbanismo, Medioambiente, ... con la ayuda inestimable del Jefe de Gabinete de la Vicepresidenta, también que pudieran estar en la misma los alcaldes que representan a los municipios con sentencias de derribo. El esfuerzo parecía que había valido la pena, no siempre se consigue tener a tantos representantes de las Administraciones Públicas para intentar conseguir algo que el Parlamento de Cantabria en Declaración Institucional pedía, una solución final en esta legislatura para todos los afectados.

La reunión empezó con un poco de retraso porque algún alcalde llegaba tarde por algún compromiso, después de los saludos de rigor, hay que reconocer que se ha creado una corriente de amabilidad entre los representantes de los afectados y los de las Administraciones después de tantos años compartiendo, reuniones, movilizaciones e incluso un acto en el propio Salón de los Pasos Perdidos del Senado. Si se pudiera separar las partes de la gestión de la humana podemos decir que la relación es cordial, que son personas que nos comprenden, que siempre tienen una palabra amable, ya se sabe que el roce hace... aunque muchas veces creemos que algunos confunden el respeto, la cordialidad, con ser tontos.  Son muchos los que cada vez que ven a nuestro Presidente por los platós dando clases de ética y arreglando el mundo se les pone un nudo en el estómago, alguno suele decir "cuánto daño nos ha hecho Revilla y su cuadrilla, y que poco se acuerda de nosotros".

Alguno suele decir "cuánto daño nos ha hecho Revilla y su cuadrilla"

Lo cierto es que a pesar de este buen clima, de la empatía que puedan sentir estos representantes de las Administraciones, la realidad es muy dura, las soluciones no llegan, y nuestros amigos se van poco a poco. Un problema, una injusticia que dura más de dos décadas contribuye a acabar con la salud de muchos, sobre todo porque los años del personal son más propios de un geriátrico, de una residencia, o de caminar tranquilamente por el Paseo Pereda.... que estar en marchas, manifestaciones, encierros... pero queda en este colectivo el gen de la rebeldía, no darlo todo por perdido, el orgullo por todo lo que has trabajado no puede ser que se diluya y desaparezca, simplemente porque las instituciones, las verdaderas culpables de esta situación, las que están condenadas en todas las sentencias de derribo no sean capaces de reparar el grave daño que han causado.

La reunión llegó a su fin, después de 90 minutos donde a pesar de la intervención de todos los convocados la sensación que nos quedó al salir a los representantes de las familias afectadas, fue de tristeza, de pesimismo, casi de tiempo perdido, alguno comentaba "pocas veces tantos se han comprometido a menos y nos han dicho tan poco". No dudamos de las buenas intenciones, pero sólo con buenas intenciones ¿hasta dónde podemos ir? Si una y otra vez comprobamos que no hay recursos, ni ahora, ni tampoco vemos posibilidades en un futuro cercano de obtener los mismos, difícilmente se van a afrontar las responsabilidades que tienen las Administraciones Públicas. Aquí es donde la justicia que tiene ese poder coercitivo que la sociedad le ha otorgado, debería hacer que en el menor tiempo posible, y decir esto después de más de dos décadas puede sacar alguna carcajada, ponga coto a una dilación que puede ser en buena parte provocada, porque se aplica aquello de la sabiduría china, "problema que no tiene solución no es problema" al menos para la Administración. Han pasado de "nadie promete más que el que no va a cumplir", a "no me comprometo a nada con lo cual no tengo nada que cumplir", sinceramente una auténtica vergüenza.

Aquí las Administraciones Públicas han violado la seguridad jurídica

La cara de tonto que se te queda cuando tienes que decir a tus amigos, a los que están esperando durante tanto tiempo que ya parecen estatuas en la puerta de sus casas, cómo ha ido la reunión, es de época. Otra vez nada de nada, otra vez palabras vacías, otra vez que no hay financiación, ni recursos, otra vez PGOU que tienes la sensación que llegan tarde y con la espada de Damocles ya que justicia dirá si cumplen la legalidad. Es cierto que ver todo con las gafas negras sólo lleva a darse un golpe con la primera esquina, que se han pagado los daños morales, pero incluso eso indica la propia responsabilidad de las Administraciones, cuando alguien está condenado por daños morales por lo que ha realizado a estas familias es como para mirárselo, y si son las Administraciones Públicas es desgarrador, ellas son las encargadas de defender nuestros derechos. Vamos es como si quien te roba es el policía o el Guardia Civil, el robo tiene un importante agravante que son ellos a quienes confiamos la defensa de nuestra seguridad. Aquí las Administraciones Públicas han violado la seguridad jurídica, han destrozado a muchas familias, y han sido condenadas a indemnizar por los daños morales y materiales, pero el grueso de la indemnización, estos daños materiales quedan pendientes, no hay intención, ni voluntad de pagar esa condena. Ese valor de viviendas que lleva cautivo y secuestrado desde hace 20 años, y cualquiera se puede preguntar ¿Por qué, si los culpables son las Administraciones Públicas?, por ello, ahora que en el Tribunal Supremo se está dilucidando la protección de los terceros de buena fe en el ámbito del urbanismo, sentimos una enorme pena por aquellos que están tan ciegos de ira, que no pueden ver el dolor de quien sufre una injusticia, e incluso trabajan para intentar derogar, o que quede sin efecto esta ley. El ya famoso artículo 108.3 LJCA aprobado en el Senado con tanto esfuerzo, hubo que convencer, ser didácticos, explicar la situación que puede vivir cualquier ciudadano, cuando quien le roba la cartera, su vivienda, su vida son las propias Administraciones Públicas. Le pedimos a los demandantes, a ARCA, que no hagan más daño a nuestras familias, no lo merecen, no es justo. Nos aseguraron que estaban de acuerdo con que se abonasen las indemnizaciones, no dejar a nadie en la calle y sin vivienda, sin embargo en los tribunales hacen otra cosa, lamentable que siempre, uno y otros, estén tirando piedras al más débil, al inocente, a la víctima.

Volveremos a Europa diez años después de escuchar "los culpables son las Administraciones Públicas condenadas, no hay duda, y están para facilitarles la vida no para complicársela, les deben una solución rápida, Uds. señores peticionarios tienen razón y estamos con Uds". Hoy casi una década después, estas palabras siguen estando en nuestros corazones, pero desgraciadamente todavía no han servido para que se haga justicia. Como nos contaba María una de las personas de más edad de los afectados, "necesitamos una solución rápida, los viejos tenemos el vicio de morirnos".  "No quiero flores en mi tumba, ni perdones que luego no valen para nada, sólo quiero lo mío, la casa por la que tanto hemos trabajado mi marido y yo, para que al menos la puedan disfrutar mis queridos hijos y nietos, poco más les puedo dejar, eso y la dignidad de luchar hasta el último día por lo que nos corresponde".

No quiero flores en mi tumba...
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