viernes. 19.04.2024

El hombre acusado de abusar sexualmente de su nieta de seis años ha negado los hechos y ha manifestado que la niña podría estar influenciada por su madre, con la que él y su mujer tenían "muy mala" relación. Los peritos, sin embargo, han señalado que el relato de la menor es "creíble" y "coherente" y ha tenido una "continuidad" en el tiempo.

El acusado, abuelo paterno de la niña, ha declarado este lunes en el juicio en su contra que se ha celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria y que ha quedado visto para sentencia tras verse toda la prueba testifical -la de la niña ha sido un vídeo que se ha visionado a puerta cerrada-.

La acusación particular, que ejerce la madre de la menor, ha mantenido su petición de pena de cinco años de prisión por un delito continuado de abuso sexual, una orden de alejamiento de 500 metros durante 15 años y siete de libertad vigilada. La Fiscalía se ha adherido a las calificaciones de la acusación particular en el delito continuado y los años de libertad vigilada, aunque ha mantenido su petición de orden de alejamiento de 300 metros y 10 años.

Mientras que la defensa ha pedido la libre absolución por considerar que todas las ocasiones en que la niña ha contado los hechos el relato ha sido "dirigido" a base de preguntas por lo que en su opinión, "no puede ser tenido en cuenta como prueba de cargo".

La madre de la niña ha asegurado que su hija le señaló que tenía un "secreto" y al preguntarle le contó que "el abuelo me hace masajines en la cereza"

Una psicóloga y una trabajadora social han explicado que la niña no muestra "conocimiento" de lo que relata en cuanto a su connotación sexual, pero su relato es "coherente y con una continuidad lógica" "Es un testimonio creíble", han indicado, al tiempo que han apuntado que "no se aprecia" que su relato pueda estar manipulado por su madre, como ha considerado la defensa.

Jamás ha tocado a la niña

El acusado ha asegurado que "jamás" ha realizado ningún tocamiento de carácter sexual a la niña. "Nunca", ha dicho a preguntas del fiscal, a quien ha manifestado que él trataba a la menor igual que al resto de sus nietos, aunque ésta era "más retraída", hasta el punto de que cuando les visitaba a él y su mujer "nunca daba ni un beso a su abuela".

Ha negado haber estado en ningún momento a solas con la niña en la habitación, donde supuestamente dice que le realizó tocamientos por dentro de la ropa y gesticulaciones de carácter sexual. Ha indicado que la niña le dijo un día a su mujer que la madre le había dicho que "tenía que contarle todo lo que pasaba en la casa cuando iba allí" y que incluso una vez acudió con una cámara de fotos para tomar imágenes, aunque no le dio importancia.

También ha relatado que el día que le dijeron que su exnuera -cuando presuntamente sucedieron los hechos se acababa de divorciar de su hijo- le iba a denunciar fue "un día terrible" para él y su mujer, llegando ésta a intentar tomarse un bote de pastillas, algo que finalmente hizo él.

Sobre este episodio, ha señalado que ni él sabe porque lo hizo, aunque ha indicado que "quizá para marcharse a otro lado, a otro mundo", aunque ha negado que fuese por los hechos que supuestamente había relatado la menor y que le han llevado a "perder tres hijos y cinco nietos" con los que ya no tiene relación.

Masajines en la cereza

Sin embargo, la madre de la niña ha asegurado que el 22 de diciembre de 2013 su hija le señaló que tenía un "secreto" y al preguntarle le contó que "el abuelo me hace masajines en la cereza -nombre con el que madre e hija se refieren a los genitales-".

Una confesión ante la que al principio no dio crédito pero que la menor le indicó que fue "cuando papá estaba en la cocina" y le dijo que el abuelo empezó a moverse y a jadear, haciendo el ruido, porque ella no sabe lo que es, ha relatado la madre, que también ha dicho que el acusado le decía a su nieta que "no contase nada de esos juegos".

Ante ello, llamó a su cuñada, mujer de otro de los hijos del acusado, que le manifestó que "quizá la niña decía eso porque no quería ir allí" y sus propios padres le dijeron que "no hiciese nada que me podía matar", en referencia a la familia de su exmarido con la que mantiene una mala relación. Al día siguiente, llevó a la niña al pediatra, donde volvió a contar lo mismo y la médico le dijo que "la creía".

La hija del acusado ha afirmado que su sobrina y supuestamente víctima era "rara y diferente" al resto de sus sobrinos

Ésta también ha declarado y ha indicado que todo estaba "dentro de la normalidad" en la exploración física de la menor pero que ésta, preguntada por dónde la tocaba el abuelo, se señalaba el pubis y el clítoris.

Con el informe médico, la madre acudió con la niña a comisaría y allí volvió a relatar lo mismo, según ha contado su progenitora, que ha indicado que aquel día finalmente no formuló la denuncia. Tomó la decisión de denunciar cuando la hija del acusado se presentó en su casa y la agredió.

"Decidí que no quería vivir con miedo el resto de mi vida", ha apostillado. El 27 de diciembre acudió, acompañada del padre de la niña e hijo del acusado, a interponer la denuncia ante la Policía. Tras acabar su declaración, la mujer ha pedido al tribunal que "haga justicia". "Por dios, solo pido que hagan justicia, solo eso", ha dicho.

El padre de la niña se ha negado a declarar acogiéndose a su derecho debido a que el acusado es su padre aunque, antes de abandonar la sala, ha manifestado: "Creo en mi hija".

Otros testigos

Entre otros testigos, también ha declarado la abuela materna de la niña que ha aseverado que tuvo "mucho miedo" cuando se enteró de lo sucedido y que le pidió a su hija que lo pensase bien antes de denunciarlo porque "vivimos en una ciudad pequeña y ellos son otra familia con hijos y nietos".

Ha indicado que la niña también le ha relatado a ella "lo de los juegos del abuelo" en dos o tres ocasiones. "Me contaba que jugaba con el abuelo en la habitación de la televisión y que él le agarraba de las piernas y se movía y hacía ruidos* que ella imitaba jadeando", ha contado, y ha añadido que también le refirió que "le tocaba la cereza".

En aquella época, ha recordado que la pequeña empezó a tener "miedos" y se le acentuó la incontinencia urinaria que ya padecía, llegando "por la mañana y por la tarde mojada del colegio".

Por su parte, la hija del acusado ha afirmado que su sobrina y supuestamente víctima era "rara y diferente" al resto de sus sobrinos, se quedaba "sola junto a una ventana" y hacía "cosas raras como para fastidiarnos o enfadarnos" como "pintar las paredes con rotuladores, rallar el suelo".

Además, ha asegurado que era "muy recelosa" y tenía "comportamientos extraños" y, aunque ha indicado no recordar bien aquel 22 de diciembre, cree que su padre no se quedó en ningún momento a solas con la niña y "menos en la habitación", a las que "nunca" entraban.

Igualmente se ha pronunciado la mujer del acusado y abuela paterna de la niña, que ha dicho que su marido "nunca" se quedó solo con la niña y ha ensalzado la mala relación con su exnuera y que venía desde cuando "la pillé robándome", algo que la madre de la niña ha reconocido hoy a preguntas de la defensa. Ha lamentado que "por todo esto me he quedado sin hijos y sin nietos".

En su informe final la Fiscalía ha pedido la condena del acusado porque ha considerado que el testimonio de la menor es "sólido" y los propios peritos creen que es "creíble y descartan que esté manipulado". Además, ha destacado que la niña siempre ha relatado lo mismo a lo largo de todo el proceso y "lo cuenta sin ningún conocimiento de contenido sexual que hay en los hechos".

El relato de la menor que sufrió abusos de su abuelo es “creíble” y “coherente” a pesar...
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