viernes. 19.04.2024
AURELIO GONZÁLEZ-RIANCHO

“En estos últimos 20 años no ha existido una política de cultura en Cantabria”

El delegado de Hispania Nostra en Cantabria y socio fundador del Grupo Alceda considera que no se educa en la conservación del patrimonio autonómico, y critica que la Cultura siempre haya sido la “hermana pobre” de la Educación.

Considera que los políticos son los que “tienen que decidir”, pero critica que en el caso de los espigones de La Magdalena se debería “contar con la opinión ciudadana”, y señala que el equipo de Gobierno de Santander “no se han querido reunir con nosotros”.

Aurelio González-Riancho, de Hispania Nostra | Foto: edc
Aurelio González-Riancho, en su consulta. Foto: edc

Cantabria es una comunidad rica en patrimonio cultural, arquitectónico, medioambiental e histórico. Pero necesita más cuidado y formación para su conservación. Eso es lo que reclama el otorrinolaringólogo Aurelio González-Riancho, delegado de Hispania Nostra en Cantabria y socio fundador del Grupo Alceda. A su juicio, y tras décadas de “guerra silenciosa” para luchar por preservar la memoria viva de la comunidad autónoma, en Cantabria no se ha apostado realmente por la cultura y el patrimonio desde hace décadas, y reclama una mayor implicación de las administraciones públicas tanto en la formación como en la propia conservación. A lo largo de esta semana que empieza presentará la lista roja del patrimonio de Hispania Nostra, y uno de sus frentes abiertos actualmente son los diques de La Magdalena, cuyo impacto visual, medioambiental y cultural ha provocado un movimiento social de oposición que ha llevado el caso hasta en tres ocasiones ante la justicia.

Hispania Nostra ha incorporado dos nuevos edificios de Cantabria a su lista roja. ¿Se cuida el patrimonio como debería?

He de aclarar que el que haya una nueva delegación de Hispania Nostra en Cantabria ha hecho que se actualice la lista, y la incorporación de edificios es consecuencia de eso, no de que esté peor que hace cinco años. Se han incorporado cinco o seis, y hay otros tantos que se van a incorporar, y que ahora mismo están pasando los filtros de la lista roja. Dicho esto, creo que no se cuida como se debería. Hay auténticos héroes que lo cuidan y que se merecerían mucho más reconocimiento, pero hay gran parte del patrimonio que está en estado muy malo.

Hay auténticos héroes que lo cuidan y que se merecerían mucho más reconocimiento, pero hay gran parte del patrimonio que está en estado muy malo

Cantabria tiene una rica herencia patrimonial. ¿Se educa lo suficiente para apreciarla y ayudar a conservarla?

Es cierto que tenemos un patrimonio muy rico. Cualquier pueblo humilde tiene una torre medieval, una casa muy importante, un molino. Todos tienen un gran patrimonio y una riqueza etnográfica de gran importancia. ¿Y hay una cultura de educación patrimonial para que se preserve? Absolutamente no. En la mayoría de los lugares no existe ese tipo de conocimiento. Precisamente ahora se habla de que se va a hacer una asignatura relacionada con esto. Sería fantástico.

¿Cómo valora esta asignatura sobre el patrimonio cántabro?

Si estuviese bien hecha sería muy positivo, sin duda. Ojalá se haga bien.

La Casa del Pico de Velasco. Estado de las obras en septiembre de 2016. Foto cedida por Aurelio González-Riancho La Casa del Pico de Velasco. Estado de las obras en septiembre de 2016. Foto cedida por A. G.-R.

¿A qué cree que se debe la falta de conservación y la pérdida de este patrimonio?

Hay muchísimas causas. En los últimos siglos hay una muy clara: la gente se ha ido de los pueblos y los lugares que tienen poca vida. Y han ido abandonando el patrimonio. Otras circunstancias como las herencias han ido dividiendo el patrimonio y han hecho que muchos lugares se vayan perdiendo. También el clima, las guerras, incluso la pérdida del mayorazgo ha afectado al patrimonio. Pero hay factores que se podrían controlar, y que son la desidia y el abandono, y eso tiene que ver con la especulación y el dinero fácil.

Hay zonas en las que se ha especulado muchísimo en la época de las vacas gordas del urbanismo

A este respecto, ¿cree que las administraciones públicas hacen todo lo que pueden? ¿Ponen más trabas que facilidades?

En algunos casos sí. El caso del Palacio de Chiloeches, por ejemplo, es algo político y no se puede luchar contra él. Hay casos para bien y para mal. Para mal puede ser Limpias, toda la zona oriental de la provincia, Piélagos. Hay zonas en las que se ha especulado muchísimo en la época de las vacas gordas del urbanismo. Ahora la especulación es más política. Y hay casos para bien excepcionales que se merecen todo el reconocimiento. El paradigma de hacer bien las cosas es Arnuero. Es ejemplar. Es objetivo, llegas allí y ves lo que se ha hecho. Dicho esto, la Administración contaría con todo el apoyo, el trabajo altruista y gratuito de grupos como Alceda si se hiciese bien.

Recientemente denunciaban el uso como cuadra de un palacio que es Bien de Interés Local. ¿Es habitual este tipo de situaciones? ¿Se deben a la falta de conocimiento o a las necesidades?

Es un poco de todo. El que menos culpa tiene posiblemente sea el señor que cuida las vacas. No lo sabe, y alguien tendría que habérselo dicho. Existen unas leyes de patrimonio internacionales, nacionales y de Cantabria. Tenemos una ley patrimonial fantástica, pero no sirve para nada. La Administración tiene que estar encima y dar salidas, que las tiene. Es un problema importante y económicamente potente, pero hay soluciones.

Tenemos una ley patrimonial fantástica, pero no sirve para nada

Queda menos de un año para las elecciones. ¿Echa en falta que los partidos incorporen más iniciativas sobre el patrimonio en sus programas?

Una cosa importante es que se ha recuperado a nivel nacional el Ministerio de Cultura. Podrá ser la hermanita pobre dentro de las demás, pero es de Cultura. No se dedica al Deporte, la Cultura y la Educación. En Cantabria pasa esto, es el hermanito pobre de Educación, que es la que recibe todos los fondos. Para Cultura no hay nada. Para mí sería necesaria una Consejería en Cantabria, no una dirección general, con gente de la cultura y, además de fondos, con iniciativas. En estos últimos 20 años no ha existido una política de cultura. Por ejemplo, una política de cultura sin catálogos del patrimonio es impensable. ¿Cómo vas a gestionar si no sabes lo que tienes?

Palacio de Ceballos, en Argomilla de Cayón. Foto cedida por A. G.-R. Palacio de Ceballos, en Argomilla de Cayón. Foto cedida por A. G.-R.

A veces da la sensación de que el único patrimonio que existe en Cantabria son las cuevas y el arte rupestre, y que se olvidan del resto.

Se olvidan de todo. La prehistoria es la joya de la corona, sin duda. Tenemos diez cuevas Patrimonio de la Humanidad, pero también un lujo de patrimonio arqueológico en el MUPAC. Y hay otra joya, que son las estelas gigantes del siglo I antes de Cristo. Son singulares, no hay algo así en toda Europa. Pero la gestión no es buena. Un turista que viniese de Suiza y que le gustase la prehistoria, salvo que se meta en Internet, ¿encontraría algo en algún sitio que le llevase al MUPAC? No hay ningún cartel en Santander. Si va a las cuevas, están cerradas. Si va al Pendo, tiene que ir por una carretera estrecha por la que no pasan dos coches y allí hay una caseta de obra forrada de madera donde a las siete de la tarde en invierno las guías están allí aterradas. Esto es El Pendo, Patrimonio de la Humanidad. Los caminantes que han hecho el Camino de Santiago por la costa dicen que Santander es la zona menos trabajada. Y también es Patrimonio de la Humanidad. En cambio vas a Ajo y ves la diferencia.

El rechazo contra los Espigones, al igual que el MetroTUS, han surgido de la propia sociedad. ¿A qué cree que se debe?

Los responsables de los diques de La Magdalena no han querido saber nunca nada, así que hemos recurrido a las concentraciones no politizadas

En el tema del patrimonio, y esto lo consideramos patrimonio, estamos en una guerra silenciosa desde hace 20 años. En algunos casos trasciende y en otros no, pero estamos continuamente denunciando y pidiendo actuaciones. A veces se consigue y otras no. En este tema concreto ha habido un 'pre' político entre 2006 y 2018, durante el que ha pasado de todo. Primero el Ayuntamiento no quería; luego cuando quería el Gobierno lo denuncia. Y luego hay un cambio de cromos y todos de acuerdo. Ha habido varias tribunas hechas por gente del entorno afirmando que ese no era el sitio adecuado. En febrero de este año empieza la construcción de repente y cuando lo vemos lo denunciamos para parar las obras y reflexionar, pero no conseguimos absolutamente nada. Hemos hecho debates en el Ateneo invitando a los responsables, pero solo acudió el director de Costas. Los ingenieros del Instituto Hidráulico nos dieron opiniones muy interesantes. Pero los responsables no han querido saber nunca nada, así que hemos recurrido a las concentraciones no politizadas. De ahí hemos pasado a que el Parlamento pida a Revilla que eleve esta queja a Medio Ambiente para que lo paren y lo derriben.

¿Y por qué este proyecto y no otro?

Es la pregunta del millón. Según los que lo han hecho, es para evitar el corrimiento de tierras de la playa, algo que ocurre en todas las playas de España. Y lo único que se hace es moverla. En su momento se pidió al Instituto Hidráulico un estudio de la situación y ofreció diez soluciones, pero no se define. Y eso está dicho por ellos. Es más, la solución que coge Costas, la A-2, no le satisface a nadie. Los ingenieros del IH públicamente han dicho que no habrían hecho nada, y habrían seguido rellenando la playa.

¿Cómo afecta este dique a la zona en la que se ha construido?

Tiene unas grandes afecciones. Una de ellas arqueológica. Allí hay un puerto romano en el que se han encontrado un Hermes precioso que está en el MUPAC, había anclas romanas, vasijas, etc. Con cambiar las coordenadas del dique habría bastado. Pero también hay afecciones medioambientales. Dicen que solo hay tres especies vivas, pero el Instituto Oceanográfico Español y el Museo Marítimo del Cantábrico dicen que hay más de 270. Y como hay una afección paisajística, que para mí es la más importante, hacen unas infografías que son falsas. Es así de claro. El verdadero tiene 80 metros más de largo y como dos metros más de alto.

Comparativa entre la infografía de los diques de La Magdalena y la fotografía del estado real. Foto cedida por Aurelio González-Riancho Comparativa entre la infografía de los diques de La Magdalena y la fotografía del estado real. Foto cedida por Aurelio González-Riancho

¿Lo ocurrido en La Magdalena es un ejemplo de que los gobernantes no miran por lo que realmente le preocupa a la sociedad? ¿O es un caso aislado?

Los ciudadanos solo actúan por el cariño a Santander y el patrimonio. No se quiere cambiar a la alcaldesa ni apoyar a un partido

Creo que los políticos tienen que decidir. Para eso están, pero en algunas cosas hay que contar con la opinión ciudadana. Sobre todo con una opinión ciudadana constructiva. Pero no se han querido reunir con nosotros. El propio ingeniero de Costas de Santander ha reconocido el impacto clave, pero lo ha hecho con la infografía.

Hay varias denuncias contra el proyecto, pero se han desestimado. ¿Hay posibilidades de que el Ministerio dé marcha atrás?

Ahora es posible. Se han definido como contrarios a esto, así que ahora habrá que ver si es verdad que lo cumplen.

A pesar de lo que piden ciudadanos y partidos políticos, el Ayuntamiento parece no escuchar a nadie.

Sí, y podrían haber tenido una salida honrosa. Podrían haber dicho que no conocían las infografías, que les habían engañado. Es una pena. Los ciudadanos solo actúan por el cariño a Santander y el patrimonio. No se quiere cambiar a la alcaldesa ni apoyar a un partido. No nos interesa nada, es otro mundo completamente distinto. Es un tema de sentido común. En el Grupo Alceda, que está detrás de esto, hay ingenieros, arquitectos, biólogos, sociólogos.

“En estos últimos 20 años no ha existido una política de cultura en Cantabria”
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