viernes. 19.04.2024

2016, el año que vivimos peligrosamente

No ha sido un buen año para la lírica, existe ese mundo donde se vive peligrosamente, entre las guerras y el olvido. Junto a nosotros hay las familias que reciben las cornadas de la injusticia social. Tal y como está el panorama, a pesar que a lo largo del año hay momentos para todo y recuerdos entrañables, lo cierto es que tenemos ganas de despedir al 2016.

Ahora cuando termina el año y se echa la mirada a ese pasado cercano son muchos los acontecimientos que aparecen en nuestro recuerdo. Dicen que los años bisiestos no suelen tener muy buena fama, éste nos ha mostrado, la cara más amarga del terrorismo, que ha seguido maltratando a nuestra sociedad, Bruselas, Niza, Berlín, Estambul,.. creando una sensación de fragilidad, incluso indefensión en el corazón de la vieja Europa, e inyectando combustible a los movimientos más xenófobos.  

En Siria, hay una guerra que no se sabe muy bien entre quiénes, ni porqué. La población civil tampoco sabe si les mata el fuego amigo o el enemigo, el hambre, el miedo o su religión, pero la realidad es que la destrucción y la muerte están a la vuelta de cualquier calle, entre las ruinas de los edificios de Alepo, Homs, Mosul... y donde la comunidad internacional ha mostrado su mayor ineficacia, e inutilidad. Aquellos refugiados que huyen de ella, muchos han acabado en el fondo de nuestro Mediterráneo, los que consiguen concluir su odisea, cuando llegan a las puertas de Europa, esta no responde, se esconde entre un muro de burocracia y palabras huecas.

Nos han mostrado la cara más insolidaria de la mayoría de los Gobiernos Europeos, el fracaso de nuestro proyecto común en dos campos muy importantes, el ético por dar la espalda a quien nos pedía ayuda gritando socorro, y el legal incumpliendo los propios Derechos Humanos de quien más lo necesitaba, enseñado las propias vergüenzas.

No ha sido un buen año para la lírica, existe ese mundo donde se vive peligrosamente, entre las guerras y el olvido

Hemos visto como ese egoísmo se ha manifestado en el Brexit, y los sectores más reaccionarios se han impuesto en un referéndum donde un 52% de los británicos nos ha dicho, "Goodbye Europa". Ellos que han tenido todos los privilegios posibles han sellado otro de los mayores fracasos de la Unión Europea. La primera vez que un país decide abandonar el Club, donde no hace muchos años, otros llorábamos por entrar.  Esos fracasos junto con el recurso  de nuestros dirigentes, de utilizar Europa como "chivo expiatorio", siempre que los gobiernos nacionales quieren diluir su responsabilidad acaban echado la culpa a Europa, y de esta forma es normal que cada vez haya una peor opinión del proyecto común. 

Lo cierto, es que la Unión Europea, a pesar de todos sus errores, es sin duda el mayor éxito de convivencia, en una Europa donde cada década se producía una guerra entre sus miembros,  conseguir trabajar juntos, tener una misma moneda, un derecho común que protege a los ciudadanos, la verdad es que es una pena que muchos quieran enterrar lo mejor de la política, con mayúsculas. En la historia de nuestro vetusto territorio, donde hemos vivido tantos enfrentamientos, donde ha corrido la sangre tantas veces por sus tierras, merece la pena reflexionar y volver a pedir altura de miras,  buscar lo mejor para todos, y no el egoísmo que han mostrado los que han tomado Brexit como camino.

Al otro lado del charco, se fue Fidel, se firmó la paz de Santos y Timochenko, y cuando existía una sensación de estar "atado y bien atado", aunque ya se sabe que las encuestas fallan más que "las escopetas de feria", y todo indicaba que tendríamos la primera mujer Presidenta del Imperio, para orgullo de nuestra especie, pues un tal y tal Trump, ha puesto sus reales al mando, y todos pidiendo a un político que no cumpla su palabras, que son auténticas amenazas, ya que de su programa ni se sabe, ni se le conoce. Pasando el estrecho de Gibraltar existe esa la tierra que sigue olvidada, Africa.

Por nuestra piel toro, las cosas tampoco están para tirar cohetes. Aquí tenemos a muchas familias viviendo en condiciones muy duras, y donde las instituciones no han dado la respuesta que muchos ciudadanos necesitan, Aún así, cuando se daba por amortizado a Don Mariano, cuando la corrupción impregnaba su partido llegando al corazón del mismo, tesoreros, ministros, senadores, parlamentarios, alcaldes, concejales, asesores... cuando su valoración como líder político era la menor, cuando la izquierda era mayoría en Congreso, cuando se habla de quienes le podían sustituir que Soraya, Cifuentes, Núñez Feijóo,... cuando los procesos judiciales acorralaban a su partido, cuando sus políticas habían creado la mayor desigualdad, cuando le abandona hasta su mentor, Aznar y las FAES se van del partido,... Don Mariano Rajoy haciendo la estatua y el mínimo esfuerzo, que consiste en dejar que los demás saquen sus cuchillos para solucionar contradicciones internas, y sentarse a ver pasar el desastre de sus enemigos.

Aquí tenemos a muchas familias viviendo en condiciones muy duras, y donde las instituciones no han dado la respuesta que muchos ciudadanos necesitan

El PSOE con una Gestora como consecuencia de una batalla interna que ha dejado al partido tocado y casi hundido, quemando líderes y poniendo a la vista todas sus miserias. A Podemos retransmitiendo sus luchas internas a través de la redes sociales,  ellos son así de modernos, hasta que sus bases les han dicho "#Así no". Algunos pueden tener mucha responsabilidad si acaban con la esperanza de una renovación en nuestra política. Ciudadanos con el globo perdiendo aire, que puede ser injustamente, ya, pero quién dijo que la política fuera justa. Al final se demuestra aquello tan nuestro "que no hay peor cuña que la misma madera". La vida y la política tienen sus tiempos y sus misterios, hay que respetar a todo el mundo, eso decreerse en posesión de la verdad absoluta, el más guapo, inteligente, culto y listo es el mejor camino para quedar en evidencia.

No ha sido un buen año para la lírica, existe ese mundo donde se vive peligrosamente, entre las guerras y el olvido. Junto a nosotros hay las familias que reciben las cornadas de la injusticia social. Tal y como está el panorama, a pesar que a lo largo del año hay momentos para todo y recuerdos entrañables, lo cierto es que tenemos ganas de despedir al 2016. Como la sabiduría crece en las dificultades, en los últimos tiempos nos hemos preparado para disfrutar de un gran año nuevo, donde crezca empleo fijo y de calidad, Europa muestre su cara más amable y Donald sea simplemente una anécdota, se respeten los Derechos Humanos en todo el mundo,...  además que los sueños y los deseos de todos se cumplan. Feliz Año 2017 amigos.

2016, el año que vivimos peligrosamente
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