jueves. 28.03.2024

Los sonidos de la Navidad

Suenan los villancicos en los centros comerciales y en las plazas de los pueblos.

Son días diferentes, suenan los villancicos en los centros comerciales y en las plazas de los pueblos. Las luces inundan las calles del centro y parece que hay obligación de poner cara de felicidad,  los buenos deseos llenan nuestros buzones correos,  WhatsApp... y ello es positivo, incluso recomendable por prescripción médica. Necesitamos disfrutar de la vida, poner una sinfonía que nos ayude a que sea más fácil enseñar nuestra parte amable, despejar del pensamiento los problemas diarios, y aunque sea por unos días darnos un homenaje de buenas intenciones.

Nos sumergimos en estos tiempos donde más brillan valores positivos, y otros que hay que poner en cuarentena, donde se fomenta un consumo desaforado que no admite mucha lógica, como si realmente no se acabará el año, sino que se acabara el mundo. En los anuncios nos animan a que pongamos dientes, que nuestra alegría ilumine la avenida. Aunque también es cuando se notan más las ausencias de los que se han bajado del tren de la vida, de los que se han ido lejos, y los que están a escasas manzanas pero quizás el orgullo los ha colocado en las antípodas. Es cuando el dolor, la nostalgia y el recuerdo humedecen nuestros ojos.  Nos rodean y revolotean entre nuestras piernas esos adorables "locos bajitos" que tienen el tarro de las esencias lleno de entusiasmo, mirar sus ojos es ver un futuro o soñar con él, llenos de ese virus de la ilusión que afortunadamente es tremendamente  contagioso.

Aunque también es cuando se notan más las ausencias de los que se han bajado del tren de la vida

Muchas veces esta alegría y felicidad van acompañadas del estruendo, el ruido, donde los petardos, o/y cohetes te puede dejar los tímpanos como platillos, a nuestros mejores amigos, esos que nunca nos abandonarán, temblando con el miedo en el cuerpo, hay que protegerlos para no ocasionar un daño gratuito e injusto . Cada vez es más difícil celebrar una fiesta, sin demostrar a todos los que nos rodean que estamos subiendo a la cima del éxtasis, para ello  aumentamos los decibelios como si fuera proporcional el ruido y la diversión.

Es bueno compartir la alegría, en estas fechas las palabras más recomendadas son la moderación, que nos vale para muchos ámbitos de nuestra vida, y salud, mucha salud para todos, sobre todo el día 22 de diciembre, día mundial del pago voluntario de impuestos. Soy consciente que los matemáticos, y aunque me duela, suelen tener razón cuando manifiestan que el gordo de la lotería sólo toca a uno de cada cien mil participantes, eso si, ni los matemáticos nos quitan la ilusión, porque como las meigas "haberlas haylas", y tocar a alguien tiene que tocar.

Desgraciadamente, siempre hay una cara "B", más oscura, que en estas fechas queda, si cabe, más al descubierto, se muestra con más dureza,  aquellos que están a nuestro lado y lo están pasando mal, donde las distancias se agrandan y los mundos se separan. Traerlo ante nuestras conciencias puede ser de un aguafiestas, aquello que nos mostraba Berlanga en Plácido, dando vuelta al lema de régimen de los años 50 "en Navidad, siente un pobre a su mesa" para limpiar conciencias de quienes eran culpables de su hambre, como quien pone el adorno de un "caganer" en un belén catalán.

 Seguro que es compatible poder disfrutar de la vida y ser solidario, así lo demuestran muchas asociaciones y ONGs

Lamentablemente, Plácido sigue siendo un ejemplo de los que estamos viviendo actualmente, donde en época de bonanza unos pocos se lo llevan crudo, y cuando viene la crisis sólo pueden navegar lo que tienen vela. Seguro que es compatible poder disfrutar de la vida y ser solidario, así lo demuestran muchas asociaciones y ONGs. Pongamos el acento en la necesidad de mejorar normas legislativas y sociales que nos garantice tener una vida digna, pasemos de las palabras a los hechos con un salario que nos permita tener lo básico, y una cobertura social que no cree mundos paralelos de miseria. Algunos dicen que no son tiempos para amargar el turrón, seguro, pero nunca es mal día para pedir justicia social.

Desde estas líneas a los lectores que han seguido algunas de las colaboraciones, a aquellos amigos que han compartido las mismas, al gran equipo del Diario Cantabria, que ha realizado una recopilación de los diferentes artículos bajo el título "Diario de Opiniones", a las compañeras que nos ayudan y nos lo ponen fácil, a todos Uds. mis mejores deseos de un mundo más justo, de unas felices fiestas y que los sonidos agradables de la Navidad lleguen a todos los rincones.

Los sonidos de la Navidad
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