Te perdono
Dije, “te perdono” pero no a nadie, sino a mi.
Dije, “te perdono” pero no a nadie, sino a mi.
En pareja o con amigos, es un buen plan, el cine siempre es un buen plan.
Un amanecer para que el sol seque las lágrimas de la noche, porque en esa parte del día somos tan débiles que toda nuestra oscuridad nos devora.
Me confesó que era invernal porque la vida la había hecho así.
Las personas somos injertos transplantados en ciudades y contaminación, que de vez en cuando necesitan amamantarse de la madre tierra y caminar con las raíces hasta un bosque.
Los trenes son como las personas, con rutinas, horarios y un no parar agotador.
Si me preguntan por qué la amo, es sin duda por sus luces, porque nunca duerme, ella entiende de soñadores pero no de sueños.
Salí por la puerta, y seguía sonriendo, porque por mis venas fluía la adrenalina de correr un riesgo, de aventurarme, de conocerme, de vivir.
No me había molestado ni en arreglarme, sabía que iba a ser un completo desastre. Estaba predestinada a estar sola y mi cita a mantener silencios incómodos, malas caras y preguntas probablemente más incómodas que los silencios.