sábado. 20.04.2024

Justicia y violación

Esta manada de fieras no solo quería atacar a la víctima, sino alardear de ello. De hecho uno de ellos envió mensajes de WhatsApp al grupo de sus amigos para relatarles lo que habían hecho.

El Ministerio Fiscal ha solicitado un total de 22 años y 10 meses de prisión para cada uno de los cinco acusados por la presunta Violación grupal de una joven madrileña durante los pasados Sanfermines. Los hechos, que en su día provocaron una fuerte reacción social, se produjeron de manera brutal: dos de los acusados agarraron a la chica por los brazos y la metieron en el portal, "tapándole la boca y diciéndole que se callara y no gritara", y en un espacio de reducidas dimensiones, la rodearon entre los cinco, le bajaron la ropa interior y le obligaron a realizar diferentes actos sexuales con cada uno de ellos, "valiéndose de su superioridad física y numérica" y de la "imposibilidad" de la joven de "ejercer la más mínima resistencia".

En concreto, le obligaron al menos a realizar felaciones a los cinco, mientras que también dos de ellos la penetraron vaginalmente, y otro anal y vaginalmente, sin que ninguno usara preservativo, en algunos casos de forma simultánea, "animándose en ocasiones y reclamando su turno", relata el fiscal.

Mientras todo esto ocurría, dos de los acusados, "de común acuerdo con el resto" hicieron vídeos y fotografías con sus teléfonos móviles, "con la intención de vulnerar la intimidad de la víctima y posteriormente mostrarlos, enviarlos y difundirlos a su grupo de amigos", algo que no llegaron a hacer pero sí anunciaron en un chat denominado 'La Manada".

Estos cobardes no sólo violan y abusan sino que además necesitan que otros, tan cobardes y miserables como ellos, vean el acto y así poder exhibir su trofeo

Hace unos meses el abogado de uno de los imputados -con quien coincidí casualmente en un programa de televisión- se lamentaba del daño que los periodistas le estábamos causando a su defendido, que en su opinión había tenido "relaciones consentidas" con la chica, y me instó a que investigara la conducta de la víctima. Se me revolvió el estómago y le repliqué que debía ser muy complicado un trabajo consistente en defender lo indefendible con argumentos que apestaban a machismo rancio y barato además de constituir ¡claro está! gravísimos delitos, y escribí un artículo sobre el tema en el que hoy, viendo lo argumentado por el fiscal, me reafirmo por completo.
Esta manada de fieras no solo quería atacar a la víctima, sino alardear de ello. De hecho uno de ellos envió mensajes de WhatsApp al grupo de sus amigos para relatarles lo que habían hecho. "Follándonos a una entre los cinco. Todo lo que cuente es poco. Puta pasada de viaje", decía textualmente.

Desgraciadamente, la violación en grupo no es algo excepcional y, de hecho, cada día sabemos de nuevos casos en distintos países, como si se tratara de una moda macabra y repugnante. Muchos de estos delitos se quedan sin castigo, especialmente en países donde se vulneran sistemáticamente los derechos de las mujeres, pero algo está cambiando. Ayer mismo, en la India, el Tribunal Supremo ratificó la pena de muerte para cuatro de los acusados que participaron en la violación en 2012 de la joven Jyoti Singh, en un caso que conmocionó al país y llevó a endurecer la legislación. La joven víctima, una estudiante de fisioterapia de 23 años, regresaba a casa el 16 de diciembre de 2012 con un amigo tras ver una película en un cine de Nueva Delhi, cuando la pareja subió al autobús en el que ella fue violada y torturada por los seis hombres. La chica murió 13 días después a consecuencia de las graves heridas sufridas.

No hace mucho nos conmocionó a todos el caso de una niña de 17 años, víctima de una violación múltiple en Brasil que fue grabada en vídeo y colgada en las redes, donde el delito hizo viral. La joven, que fue agredida por más de 30 hombres afirmó que no le dolía el útero sino el alma "porque existan personas tan crueles que son impunes". El delito se descubrió cuando uno de los sospechosos publicó en Twitter un vídeo de la chica desnuda y semiinconsciente, rodeada de varios hombres que la insultaban a cara descubierta mientras uno de esos malnacidos relataba que ya la habían violando más de 30.

El problema es que aunque las leyes se endurezcan, y se está haciendo, parte de la sociedad o mira hacia otro lado o busca excusas

Estos cobardes no sólo violan y abusan sino que además necesitan que otros, tan cobardes y miserables como ellos, vean el acto y así poder exhibir su trofeo. La cosa es de tal gravedad que se ha elaborado el concepto de "cultura de la violación" para definir un fenómeno vergonzante en una sociedad avanzada. Ahí están los sucesos de nochevieja en Colonia o aquel caso también en Brasil de una joven turista estadounidense que fue secuestrada junto a su novio y violada durante horas por tres hombres, delante de su chico esposado. Fue una noche de terror en que los atracadores abusaron al menos ocho veces de la joven. "Ellos se reían con sarcasmo todo el tiempo, principalmente cuando hacían sexo y la pegaban", relató horrorizado el novio a la Policía.

Estos casos son sólo una mínima muestra de las muchas violaciones que se producen todos los días en distintos lugares del mundo y son solo la punta del iceberg, un aspecto más de la violencia machista que, según todos los expertos, sólo tiene un antídoto eficaz: la educación.

El problema es que aunque las leyes se endurezcan, y se está haciendo, parte de la sociedad o mira hacia otro lado o busca excusas. Es habitual que en los juicios por violación se intente siempre culpabilizar a las víctimas por salir a altas horas de la noche, beber demasiado, llevar la falda demasiado corta o el escote demasiado grande, como si por eso estuvieran pidiendo ser violadas. Así la justicia que debe ampararles temía por dejarles también sin dignidad.

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