viernes. 19.04.2024

Vino de Cantabria. La peculiaridad que marca la diferencia

Si hay algo en el que todos están de acuerdo es que Cantabria es una tierra con una personalidad para ofrecer unos vinos con un carácter muy diferenciador.

Los primeros indicios sobre la viticultura en Cantabria se remontan a la llegada de los romanos sobre el siglo I D.C. A principios del siglo XX, debido a la gran plaga filoxérica en la península con más de dos millones de hectáreas afectadas, la viticultura cántabra acentúa su decadencia quedando extinta prácticamente la tradición vitivinícola.

A finales del siglo XX, gracias a varios emprendedores por retomar la cultura vitivinícola, comienza el resurgimiento de la vid en Cantabria, donde incluso en ciertas zonas se descubren cepas prefiloxéricas asilvestradas que sorprendentemente han logrado resistir a la plaga. Ampelógrafos expertos en el estudio de vides han intentado determinar la razón del carácter "heroico" de estas cepas. Son varias las hipótesis que han dado para más de un debate. Sea lo que fuere, en cualquier caso, si hay algo en el que todos están de acuerdo es que Cantabria es una tierra con una personalidad para ofrecer unos vinos con un carácter muy diferenciador. Una peculiaridad vitivinícola que unido a su limitada producción hace de este vino no sólo una exclusividad para cualquier restaurante, sino que se convierte en una verdadera oportunidad sensorial para cualquier paladar amante de la vitivinicultura con alma, de las que expresan, evocan y se recuerdan.Y es que disfrutar uno de los vinos de Cantabria en su buena copa y a su temperatura de servicio adecuada se convierte en todo un pasaje sensorial con trazas paisajísticas de la tierra donde es elaborado.

El vino de Cantabria servido en Cantabria tiene incluso un valor añadido potencial de per se

Oportunidad hostelera

Sin duda, además de deleitar paladares, y como decía aquél : "Quien tiene un vino de su tierra, tiene un tesoro", el vino de Cantabria servido en Cantabria tiene incluso un valor añadido potencial de per se; ya que una de las buenas promociones para cualquier negocio donde se venda vino es mostrar ese guiño a su tierra, teniendo como mínimo alguno de trabajos vitivinícolas de la región.

Una oportunidad que lamentablemente en ocasiones no es tan apreciada por la restauración. Como Sumiller, es paradójico recorrer este país por ciertas regiones y no encontrar como mínimo algún vino de su zona en carta de algunos prestigiosos restaurantes, los cuales en ocasiones, como bien es sabido, se convierten en la lanzadera para el marco de tendencias. Es algo que no alcanzo a entender ni nadie ha sido capaz de darme un argumento convincente de un motivo objetivo, cuando un negocio hostelero no cuenta entre sus propuestas con algún vino de su tierra cuando ésta es productora. Algo que por cierto puede significar la decantación de clientes por disfrutar de un local u otro. 

De hecho considero que es la primera lección del protocolo que deberían enseñar a cualquier Sumiller. En carta y pizarra, disponer como mínimo de un vino de la tierra donde se pace, y yo suelo recomendar sumar además como mínimo un vino de donde se nace.

No obstante volviendo a nuestra tierra... Esta responsabilidad del restaurador con el protocolo, producto y productores, se convierte incluso en estandarte cuando se es consciente de que diferentes vinos de Cantabria han sido recurrentemente galardonados ante diferentes eventos tanto nacionales como internacionales. Algo que prestigia más aún el reconocimiento del trabajo vitivinícola de nuestra zona tanto para locales como para visitantes. Es decir, con buen producto, su prestigio alcanzado y el buen servicio, se tiene buen argumentario para recibir las felicitaciones de cualquier comensal en restaurante o de tapeos y barras.

Hoy toca paseo por Santoña, y por supuesto no perdono una visita a: Don Vino, La vieja tienda, esos pinchos del Siete Villas... Por favor, mis anchoas me las acompañen hoy también con un buen vino ¡Pero ojo! que sea de Cantabria, que donde hay tierruca hay alegría. ¡¡¡Salud y buenos vinos !!!

Vino de Cantabria. La peculiaridad que marca la diferencia
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