jueves. 25.04.2024

Santander inicia el derroche económico para el cambio de luminarias

Las lámparas que se quieren sustituir son de sodio alta presión y tienen igual eficacia luminosa que las lámparas tipo LED.

Leo la noticia en la prensa, que en Santander se inicia el cambio de nada menos que 23.000 luminarias para el ahorro del 80% de la factura eléctrica.

De entrada me parece un despropósito económico la sustitución total de las actuales luminarias, a base de lámparas de tipo sodio alta presión, por el tipo LED y que el ahorro mencionado del 80% es una utopía.

Las lámparas que se quieren sustituir, instaladas generalmente en calles y plazas, son de sodio alta presión y tienen igual eficacia luminosa que las lámparas tipo LED (aproximadamente 100 lúmenes / watio). Por lo tanto el nivel luminoso por watio es igual, no existe ahorro.

Las lámparas instaladas en la plaza del Ayuntamiento son inadecuadas y no iluminan la plaza con el nivel necesario

Las lámparas actuales de sodio tienen una temperatura de color de unos 2.300º K, es decir tienen una sensación al ojo humano de color cálido. La temperatura de color es un factor importante, ya que las actuales de tipo LED, instaladas en los Jardines de Pereda de 4.000º K (color neutro), con un nivel luminoso bajo, tienen que suplirse con muchos puntos de luz, y las instaladas en el Ayuntamiento tienen una temperatura de color de 6.000º K (tonalidad fría) totalmente desagradable. Las lámparas instaladas en la plaza del Ayuntamiento son inadecuadas y no iluminan la plaza con el nivel necesario. Está prácticamente a oscuras.

El nivel de iluminación y la temperatura de color es un factor de confort y según la regla de Kruithof, para niveles luminosos menores de 200 lux (calles y plazas) su temperatura de color deberá ser la cálida (2.300 a 3.000º K), para niveles luminosos de 200 a 500 lux será neutra (4.000º K) y más de 500 lux será fría (6.000º K).

La temperatura  de color cálida actualmente instalada en las carreteras (sodio alta presión) ha supuesto un éxito en el alumbrado vial, ya que ‘atraviesa’ la niebla y la lluvia. La luz blanca se refleja con la lluvia y la niebla. Uno de los grandes retrocesos ha sido en los vehículos, que anteriormente llevaban luces antiniebla amarilla (cálida) y actualmente blanca fría que reflejan la luz, distorsionando la buena visión.

Por lo tanto deberíamos compaginar con las lámparas actuales de sodio alta presión, lámparas LED, y temperaturas de color preferentemente cálidas (3.000-4000º K), pero sin retirar las actuales, sino en los nuevos alumbrados o en los defectuosos, ya que la lámpara LED tiene más vida o duración.

La seguridad vial con este tipo de lámparas no mejora los deslumbramientos y no aumenta la profundidad de campo, sino todo lo contrario

El ahorro energético no es tal, solamente veremos LED que iluminan menos que las de sodio. El ahorro es que al bajar la potencia eléctrica, baja el nivel luminoso y las zonas iluminadas. Lo que es inadmisible es retirar los actuales alumbrados de las calles Castilla-Hermida, Castelar, etc. puesto que son enormemente eficaces.

En el artículo de prensa mencionado, comparan LED con lámparas de incandescencia que hace muchos años que ya no se utilizan y creo que es tapar datos objetivos. Hay que compararlas con las actuales de sodio.

La seguridad vial con este tipo de lámparas no mejora los deslumbramientos y no aumenta la profundidad de campo, sino todo lo contrario.

Como ejemplo de la mejora en la seguridad vial hay que aumentar el nivel luminoso de la rotonda de salida del túnel de Botín hacia Puertochico, situando más lámparas en las farolas existentes en la mencionada rotonda.

Por seguridad viaria, todas las rotondas de Santander y Cantabria deben llevar alumbrado (sodio alta presión o LED de 3.000º K).

Resumiendo, mejoras sí, pero no al cambio de luminarias sin necesidad a corto plazo y de forma tan costosa para todos los santanderinos.

Santander inicia el derroche económico para el cambio de luminarias
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