jueves. 28.03.2024

Eléctricas a lo Sean Connery en “Los Vengadores”

Controlar la producción de energía se ha convertido en una obsesión para los países, como lo era para el actor Sean Connery en la película “Los Vengadores”. El bolsillo que se agujerea de habitual con el incremento de la factura de la luz es el de los ciudadanos. La brutal subida eléctrica en España se produce cuando hablamos de recuperación y salida de la crisis. El mensaje de optimismo queda roto, al igual que tampoco es creíble luchar contra la pobreza energética de muchas familias, mientras no se controle que las eléctricas disparen los precios a su conveniencia. 

Si algo debería ser verdaderamente patrimonio de la humanidad, eso es el clima. Lo pienso en el sentido de que nadie condicione el frío o el calor para su ganancia propia, como sucede con las eléctricas y sus desmesurados balances económicos. A lo largo de la historia del cine, poseer el clima (y con ello tener el poder y el dinero), ha sido motivo de buenas y malas películas cuyo guión tiene que ver con frotarse las manos ante las inclemencias meteorológicas y el beneficio a sumar por magnates y corporaciones concretas que controlan la producción y suministro de energía. Así sucedió en la película The Saint (El Santo) o en The Avengers (Los Vengadores). En esta última, Sean Connery, posee una máquina que manipula el clima, y pretende someter al mundo a sus condiciones para vivir mejor o peor en razón del dinero que paguen por su calefacción.

“En medio de una preocupante pobreza energética, con la crisis aún a cuestas, se dispara el precio de la energía”

Lo de Connery es tan sólo una película. Pero estar en el año 2017, en medio de una preocupante pobreza energética, con la crisis aún a cuestas, y al tiempo disparar el precio de la energía, es una de las decisiones más irracionales y egoístas que me ha tocado vivir. La escalada en el precio de la luz sitúa la factura en unos cien euros más al año, mientras los sueldos medios de los españoles siguen inmóviles y con telarañas por lo atrasados que se han quedado. Como escribía hace unos días en este mismo periódico mi admirado Fernando Collado en un magnífico artículo sobre el precio de la luz: “La electricidad, ¡oh milagro!, tiene vida: nace, crece y se reproduce. Lo malo es que usted no la ve. Solo sabrá de su existencia por el calambrazo de la factura”. Es una desvergüenza escuchar siempre las mismas excusas cuando se acomete en este país un subidon de cualquier producto básico. Que si cuesta mucho producirlo; que si ha aumentado el precio de las materias primas; que si la factura de la luz se hace cargo de los costes medioambientales; o que hay que actualizar precios porque desde hace muchos años no se hacia. ¡Todo milongas!, como fue también la de invadir Irak por el peligro de las armas químicas, cuando lo que estaba realmente en juego era el control de la producción de petróleo a cincuenta años vista.

Diez años de crisis económica brutal no se olvidan así como así. En todo caso, es a través de medidas de recuperación de todo tipo, para familias, autónomos, desempleados y jóvenes en busca de su primer empleo, como hay que hacer las cosas y no subiendo los precios de lo esencial. Así es difícil anticipar qué 2017 vamos a tener. Sobre 2016 se dijeron muchas mentiras, porque no fue un buen año, ni siquiera para hablar de recuperación. Parte fundamental de un despegue de verdad es equilibrar lo que gana un español que acaba de encontrar empleo, y lo que paga por el alquiler de su vivienda y los gastos de agua, electricidad y gas. El resultado es que a muchos trabajadores no les da para vivir. Esto es lo que hay que extirpar de la economía española, antes que emitir tantos mensajes positivos a la vez que exagerados, porque no se ajustan a lo que sucede, como es esta gran subida en el recibo de la luz.

“Parte fundamental de una recuperación de verdad es equilibrar lo que gana un español y lo que paga por los gastos de agua, electricidad y gas”

Llevamos años escuchando que España tiene que solucionar sus problemas de suministro eléctrico, que nos afecta muy negativamente en las principales energías que utilizamos para subsistir. Debería ser una prioridad absoluta de ahora en adelante, porque un país no puede hablar de riqueza, desarrollo y prosperidad, cuando una gran parte de su población no puede encender la calefacción en invierno, ya que no puede permitirse los precios de la factura de gas o luz que le llegará a continuación. Con esta insensata subida de la luz regresa el temor y el ahorro mirado con lupa en los hogares, ¡y no es para menos! Hablar de recuperación es un espejismo, que sigue acrecentando la brecha entre ricos y pobres o, lo que es lo mismo, entre los que pueden poner en invierno la calefacción y los que no.

Eléctricas a lo Sean Connery en “Los Vengadores”
Comentarios