jueves. 25.04.2024

Cinco horas con Manuel Alcántara

Sin referentes, sin valores, este país es menos país. Para creerse lo que nos cuentan, es mejor vivirlo de primera mano y luego opinar. No albergo duda de que nuestro gran potencial son las personas, los ciudadanos de a pie. Quien comprende de forma sencilla este hecho objetivo cala profundamente en la sociedad. Pongamos que hablo de Manuel Alcántara, I Premio Pick a los Valores Humanos del Club de Prensa.

Los chavales no tienen referentes porque durante sus años de estudios no encuentran la oportunidad de conocer, cara a cara, las valoraciones de los auténticos sherpas que mejor nos guían en el difícil arte de vivir. Los chicos no leen libros, tampoco periódicos, no escuchan la radio y sólo ven esos frikis espacios televisivos que les ahueca el saber, y les hace pensar y actuar como si estuvieran de manera permanente dentro de un Gran Hermano (“la televisión saca a personas que no nos gustaría ver por la calle” *). Aprenden, ¡que es un decir!, y lo cuentan todo por su Instagram y su Twitter.

Ya no les pido (como dice una canción del cubano Pablo Milanés) que busquen en Rousseau lo que conlleva el  respeto a la libertad. Apreciaría que vieran en Diderot lo que es atreverse a pensar por uno mismo. Y me da ganas de invitar a una ronda de lecturas de Borges y su forma universal de ver lo que pasa a nuestro alrededor. Importantísimo también: sentir lo que es el compromiso humano, bien a través del desaparecido Antonio Machado, o ahora leyendo a Manuel Alcántara y lo que supone su figura en la trascendencia de los valores humanos más elementales.

Pido, como me exijo a mí mismo, que la juventud tenga referentes (la política no se los da), en los que puedan apoyar su aprendizaje, pensamientos varios, anhelos comprensibles, compromisos sociales, pero, en especial, afrontar problemas habituales en esta vida que nos hemos impuesto y que aprieta a su manera, mejor o peor, depende a quién y depende en dónde.

Pertenezco al Club de Prensa Pick Santander. Sus miembros acabamos de entregar el Premio Pick a los Valores Humanos a Manuel Alcántara. Ha sido en Málaga, tierra natal del poeta, columnista y escritor (“los columnistas me dicen que soy un buen poeta, y los poetas que soy un buen columnista”, ríe). El Premio es una bellísima escultura, de título “La Escalera”, creada por Gloria Pereda.

Para alcanzar este Premio hay que pisar de manera firme y ejemplar cada uno de los siete peldaños que son realmente importantes de escalar en la vida. Uno: Cuidar la Tierra. Dos: Mantenerla en Paz. Tres: Luchar por un mundo justo.  Cuatro: Contra el hambre, siempre. Cinco: Educación para todos los pueblos. Seis: Fuera el racismo y la xenofobia. Y siete: Alcanzar la igualdad total entre sexos.

“Nunca he hecho daño a nadie consciente de ello”, nos decía Alcántara en un encuentro de cinco horas repletas de sabiduría, sencillez, y un deseo por su parte de que cada nueva generación mejore los cimientos de lo ya construido. Que impulse lo bueno, lo que vale realmente la pena, y destierre lo peor que llevamos dentro y lo que practicamos asiduamente a través de conflictos bélicos, desigualdades, el desprecio y, especialmente, la indiferencia hacia los problemas de los demás.

Manuel Alcántara es el último mohicano del columnismo español, entendida su filosofía impresa como lo mejor que hay que hacer, sin dejar de buscar jamás todo aquello que nos hace sentir humanamente bien. Ardua tarea en los tiempos que corren. En realidad todos los tiempos han tenido sus lentitudes en el progreso adecuado del aspecto interior de los protagonistas de las civilizaciones (educación incluida), y volvemos al punto de partida de una especie que evoluciona enrocada en crisis, malas prácticas empresariales, pésimas conductas públicas y sociales, corrupción por doquier, la guerra de guerras o la crueldad y trato actual hacia los problemas sociales que se debaten en gélidos cónclaves políticos, económicos, sociales y culturales. Desde esta fría atalaya se ven lejanos a los refugiados, olvidados a los desahuciados y pobres de solemnidad a los sin techo. Es tal el calor humano que recibes tras una larga charla con un auténtico guía de nuestros tiempos como es Alcántara, que renuevas la confianza en el ser humano, una vez más. A fin de cuentas, de esto se trata. Pero no puedo dejar de lado que lo ha hecho posible en mí estar junto a un ser humano excepcional, Manuel Alcántara, Premio Pick a los Valores Humanos. “Nunca me han dado un Premio tan bello como este, ¿me lo merezco realmente?”. Ya lo creo que sí maestro, porque como nos recalca “jamás he hecho daño a nadie, consciente de ello”. No se puede pedir más.

  • La frase “la televisión saca a personas que no nos gustaría ver por la calle”  es de Manuel Alcántara

Cinco horas con Manuel Alcántara
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