jueves. 25.04.2024

Pues nada...

Yo ya he votado. Por correo, que así no estoy pendiente el 26, no sea que haga bueno y se me estropee el día. Me atormenta además el ruido de los colegios electorales. Hay tanta pasión por votar que a la gente se le desborda y el runrún se hace molesto.

Que ya casi es 26J. Cómo pasa el tiempo. Hace nada estábamos celebrando la fiesta de la democracia que son unas elecciones, y en nada volvemos de guateque. Los politiquillos que nos gobiernan no se pusieron de acuerdo en cómo repartirse sinecuras y sillones, y de ahí interpretaron que la ciudadanía quería volver a pronunciarse. Vamos, que lo que más les convenga siempre a ellos, faltaría más. Los partidos son mucho de esto, de ajustar sus estrategias a lo que deciden que pensamos y dicen que les decimos cuando votamos. Como la Iglesia con la moral, pero a lo bestia, porque las cosas de diario que deciden los que gobiernan nos afectan de verdad y todo el tiempo.

No espero nada bueno del día después. Ni del siguiente, ni del siguiente, ni del siguiente... Soy escéptico pero con serenidad

Yo ya he votado. Por correo, que así no estoy pendiente el 26, no sea que haga bueno y se me estropee el día. Me visita además José Manuel, y no es cosa de perder el desayuno por Chueca ni los recorridos por Primark y por la FNAC. Me atormenta además el ruido de los colegios electorales. Hay tanta pasión por votar que a la gente se le desborda y el runrún se hace molesto. Entre presidentes resabidos, interventores y apoderados impertinentes, niños que quieren meter la papeleta del padre, padres que no quieren que los hijos les metan la papeleta, votantes que se confunden de mesa, aquello es un sindios que me pone nervioso. Prefiero las colas de Correos y el mal saber estar de los que atienden los mostradores. Es todo más cotidiano y previsible.

No espero nada bueno del día después. Ni del siguiente, ni del siguiente, ni del siguiente... Soy escéptico pero con serenidad. Para qué exponerse a una angina de pecho cuando los elegidos empiecen con sus ruedas de prensa contándonos lo que van a hacer, con quién van a pactar, y que ministerios quieren a cambio. O sea, cuando empiecen a arreglar lo suyo y nos respondan 'perdona, y tú ¿quién eres?' cuando les preguntemos cómo va la cosa. No merece la pena, porque nos va a dar exactamente igual. Así es la vida, la suya que se la pegan padre a cuenta de la nuestra, que somos tan tontos que seguimos votando...

Pues nada...
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