Estos dos bañistas se encontraban en la costa de Lennox Head en Nueva Gales del Sur, Australia, cuando el fuerte oleaje y la corriente les impidió regresar a la orilla. Fue entonces cuando se puso en marcha un programa de prueba con un dron, que localizó el punto exacto en el que se encontraban y les lanzó un salvavidas con el que pudieron regresar a tierra sanos y salvos.