jueves. 28.03.2024

La Audiencia de Cantabria ha absuelto a una empresaria a la que la Fiscalía pedía dos años de cárcel por un supuesto delito continuado de falsificación de documentos privados y otro de estafa, ya que estaba acusada de falsificar la firma de dos empleados suyos que fueron despedidos en los documentos de finiquito y liquidación.

La Sección Tercera ha dictado una sentencia en la que absuelve a la procesada al dudar de la autoría de las rúbricas que supuestamente fueron falsificadas, así como del fondo de los motivos que han dado lugar a este proceso penal.

La procesada ha sido absuelta al dudar el Tribunal que era la autora de las firmas supuestamente falsificados

"Cabe la posibilidad de que, efectivamente, la acusada, o alguien a una orden suya, falsificara las firmas de los querellantes para tratar de obtener un triunfo procesal en el procedimiento laboral instado por los querellantes", razona la Sala.

Pero también reflexiona que "cabe la posibilidad de que los querellantes pretendieran tender una celada a la acusada en el momento en que ésta les despidió, autofalsificándose la firma en los finiquitos, para que ésta utilizara los mismos en procedimiento laboral cuya demanda los mismos planeaban ya interponer, y de ahí la burda y tosca intimidación que pudieran haber ejecutado".

Los dos trabajadores despedidos presentaron demanda en el año 2014 ante la jurisdicción laboral, que recayó en el juzgado de lo social número 6 de Santander, e incoó el correspondiente procedimiento. Reclamaban cantidades por despido improcedente a la empresa, a cuya administradora y única socia acusaban de falsificar su firma.

El Tribunal entiende que existe la posibilidad de la falsificación pero también se da la otra opción en la que los querellantes pretendiesen realizar a la demandada una encerrona

Pero la mujer, que aportó los documentos de finiquito y falsificación firmados por ellos, ha sido absuelta al no haber quedado probado que firmara dichos documentos simulando la firma de los demandantes, ni que alguien, a instancias suyas, lo hiciera.

En el juicio, el perito caligráfico dijo que las firmas no solo eran "falsas", sino "muy burdas", "muy malas imitaciones", ya que "no se parecían en nada a las firmas originales".

"Lógicamente, quien pretende imitar una firma en un documento para que se parezca a la original de su titular suele ejecutar una firma lo más parecida posible a ésta", considera el tribunal que ante las "dudas razonables" expuestas absuelve a la acusada. Contra la sentencia, que no es firme, cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo en el plazo de cinco días.

Absuelven a una empresaria a la que pedían dos años por falsificar firmas en el...