jueves. 28.03.2024

El hombre acusado de abuso sexual por realizar tocamientos a un menor con discapacidad en el baño de unos grandes almacenes ha negado los hechos y ha asegurado que se acercó al chico únicamente para "ver si necesitaba algo".

Según la versión que ha ofrecido el acusado en el juicio que se ha celebrado contra él hoy lunes en la Audiencia Provincial de Cantabria, accedió al urinario y vio a través del espejo, detrás de la puerta de una de las cabinas de los baños, a una persona que "asomó la cabeza" en dos ocasiones, tras lo que se dirigió hacia él porque le "pareció que quería decir algo".

Sin embargo, ha negado que se aproximara al menor y que le realizara tocamientos dentro de la cabina, tal y como recoge el escrito de acusación, que sostiene que el hombre lo empujó hacia dentro del habitáculo y aprovechó que estaba solo para tocarle los genitales hasta que de forma súbita apareció la abuela de la víctima alarmada por la tardanza del chico. "No he hecho absolutamente nada", ha asegurado el acusado.

También han testificado en el juicio la madre y la abuela del menor, que eran las que le acompañaban -además de una amiga de él- el día de los hechos, ocurridos el 30 de diciembre de 2019 en El Corte Inglés de Santander. La madre ha contado que el chico tiene una discapacidad intelectual del 85%, lo que hace que ahora tenga 17 años pero que su edad mental sea de ocho y que, por tanto, "no tiene ni la maldad ni la picardía suficiente para mentir".

Además, ha dicho que no se enteró de lo ocurrido hasta por la noche, cuando la abuela del menor se lo contó, aunque sabía que "le pasaba algo" porque "estaba con la cara desencajada, súper nervioso y no atinaba a decir nada". Tanto ella como la abuela han indicado que era la primera vez que dejaban ir al chico solo al baño por recomendación de su psiquiatra, que unos días antes les había indicado que le dejan cierta autonomía para realizar algunas tareas. Por ello, la abuela se preocupó al ver que "tardaba un poco más de lo normal", se acercó a llamarle desde fuera de los baños de hombres y, al ver que no contestaba, entró.

Según ha dicho la propia abuela, allí vio al acusado hacer un gesto nervioso tras salir de la cabina de un baño y, después de volver a llamar a su nieto, lo vio salir de la misma y estaba "blanco, desencajado", además de que tenía el pantalón y el cinturón "suelto", lo que a ella le resultó "rarísimo por lo pudoroso que es". Aunque al principio dijo que no le pasaba nada, ya después contó que el hombre "le había tocado", señalándose los genitales.

Igualmente, en el juicio se ha visualizado el testimonio grabado en vídeo del menor, que relata que "un señor le metió dentro del baño y le tocó" cuando poco después entró su abuela. "Yo del miedo que tenía no podía decir nada", sentenció el joven, confesando que "le da miedo" volver al centro comercial.

Tanto la Fiscalía como la acusación consideran los hechos un delito de abuso sexual a menores y han mantenido la petición de una condena de cuatro años de prisión y cinco de libertad vigilada desde que finalice la pena de privación de libertad. Además, reclaman una indemnización de 3.000 euros por los daños morales sufridos.

El fiscal ha considerado que "no existe ningún otro elemento probatorio" además de las declaraciones del chico y su abuela, mientras que el abogado de la familia ha añadido que la versión del primero es "coherente, creíbles y detallada" para su condición. Además, ha destacado que el vídeo de las cámaras de seguridad- que también se ha reproducido en la sesión de hoy -muestra cómo entra en el baño el joven y después el acusado y la abuela, que cuando sale espera al hombre para poder identificarlo.

"IMPOSIBLE" EN TAN POCO TIEMPO

Sin embargo, ese mismo vídeo es en el que se basa la defensa del acusado para sostener que es "imposible" que se haya producido el abuso y solicitar la libre absolución, ya que demuestra una secuencia total de un minuto y ocho segundos desde que entra el chico hasta que todos salen del baño. Además, el tiempo que comparten solos la supuesta víctima y el acusado son "16 segundos", ya que después entra en el urinario una tercera persona que no ha sido identificada.

La defensa también ha apuntado a contradicciones en el testimonio del menor y en el de la abuela, además de que ve "incoherente" que ella se preocupe cuando "solo habían pasado 40 segundos" desde que él entra al baño hasta que le va a buscar. Igualmente, ha indicado que las declaraciones del chico parecen una "descripción aprendida de su abuela", ya que tiene Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y eso conlleva la dificultad para retener tantos detalles.

Por último, ha considerado que la versión de la abuela se caracteriza por una "falta de objetividad no buscada", sino propiciada por la "sobreprotección" hacia su nieto por su discapacidad.


 

El acusado de abusar presuntamente de un menor con discapacidad niega los hechos
Comentarios