jueves. 28.03.2024

El hombre acusado de abusar sexualmente de la hija de su pareja, de 13 años, ha reconocido haberle dado un masaje estando ella completamente "desnuda" pero "no para tocarle la vagina ni los pechos", así como haberle instruido en la colocación de preservativos y mostrado vídeos "instructivos" sobre relaciones sexuales porque, según ha dicho, ella le confesó su "intención" de tenerlas con su novio. Así lo ha señalado el acusado este martes en su declaración en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Cantabria, que ha quedado visto para sentencia y en el que el fiscal, vistos los testimonios de todas las partes y testigos, ha mantenido la petición de seis años y medio de cárcel, cinco por un delito de abuso sexual continuado y uno y medio por otro de exhibición de pornografía infantil, aunque en este último ha propuesto como alternativa una pena de nueve meses.

A preguntas del fiscal, el acusado, que ejerció como padrastro de la menor durante los seis años que estuvo con su madre, de la que ya se ha separado, ha indicado que "no tenía ningún feeling" con la niña y, por ello, cuando ella le contó sus dudas sobre mantener relaciones con su novio, él vio la oportunidad de alcanzar "ese feeling, una forma de acercamiento para atajar la situación".

La madre ha asegurado que le dio toda "credibilidad" porque ella hacía tiempo que "notaba rara" a la niña

Ha señalado que le "sorprendió bastante" que la niña acudiese a él para exponerle sus dudas sobre las relaciones sexuales, primero porque "me parecía muy pronto, solo tenía 13 años", y segundo, porque "no nos llevábamos bien". De hecho, ha manifestado que, como ella "nunca me quiso", cree que ha contado "estas cosas como forma de quitarme de en medio".

Aunque está "disconforme" con la mayoría de las cosas que ha relatado la menor, ahora de 14 años y cuya declaración ha sido por videoconferencia y a puerta cerrada, el acusado ha reconocido varios de los hechos que tuvieron lugar a lo largo de un periodo de unos diez días en mayo de 2017. Así, ha indicado que, una vez que le dijo que estaba pensando mantener relaciones con su novio, él le compró una caja de preservativos para explicarle cómo utilizarlos porque, ha dicho, "debía protegerse". "Me dijo que sabía poner un preservativo", ha añadido.

También ha reconocido que, un día después, cogió un vibrador que tenía en casa su ahora exmujer y se lo dio para que aprendiese a colocarlos bien. Además, le mostró tres vídeos que bajó de internet sobre las primeras relaciones sexuales y consejos prácticos, en los que "no había ninguna imagen de sexo explícito". También ha señalado que le mostró otro sobre la "práctica del muelle" que, según ha relatado, "hacen los adolescentes cuando están borrachos y que consiste en que los chicos con el pene erecto se sientan en sillas y las chicas van saltando de uno a otro". Cuestionado por cómo conoce él esa supuesta práctica sexual de los jóvenes, ha asegurado que se lo comentó la menor, sobre la que ha dicho que ya era conocedora de algunas prácticas sexuales porque "me reconoció, para mi sorpresa, que ya había hecho masturbaciones y felaciones a su novio".

Por otro lado, ha negado haberla tocado los pechos cuando ambos iban juntos en la furgoneta de él y ella se quitó la sudadera. "Para nada", ha espetado preguntado por este extremo, pero sí ha reconocido haberle dado a la niña un masaje estando ella desnuda, así como que le mandó que abriera las piernas. "¿Le dijo que abriera las piernas?", le ha preguntado el fiscal, y él ha respondido que "sí", ante lo que el representante del Ministerio Público sorprendido por la afirmación le ha cuestionado "¿y lo ve normal?". "Visto la que se ha montado aquí pues igual no", ha dicho el acusado.

Al tratar el procesado de restar importancia a ese episodio, el fiscal la ha insistido en por qué entonces pidió a la niña, desnuda y tumbada boca abajo, que abriera las piernas. "Para tocarle la vagina no, desde luego", ha espetado el acusado, para quien todas sus actuaciones con la menor fueron para propiciar un "acercamiento" con la hija de su entonces mujer debido a que la relación entre ambos no era buena. Después, ha declarado la madre de la menor, quien se enteró de lo que supuestamente su entonces marido había hecho a su hija por las asistentes sociales del municipio cántabro donde residían, que a su vez habían sido avisadas de la situación porque la niña se lo había contado a su tutora del instituto.

Una vez que conoció lo que su hija decía que el acusado le había hecho, la madre ha asegurado que le dio toda "credibilidad" porque ella hacía tiempo que "notaba rara" a la niña. "Yo sabía que algo estaba pasando", ha señalado. La niña ha declarado por videoconferencia y el tribunal ha visto esta prueba a puerta cerrada, pero la tutora de la menor en el instituto, que fue la primera persona a la que contó lo sucedido, ha declarado como testigo y ha relatado lo que la niña le confesó cuando estaba "triste, agobiada, abatida y se sentía mal".

"Me dijo que su padrastro no paraba de seguirla y agobiarla, que le había puesto un vídeo y se había empalmado delante de ella", una confesión que obligó a la docente a preguntar a la niña qué estaba pasando y entonces le contó "todo". Entre los hechos que ha recordado y que la menor le relató hace ahora año y medio, ha destacado que le dijo que "le había enseñado a poner preservativos en un vibrador y, una vez puesto, le dijo 'chúpala'". También ha indicado que la niña le dijo que su padrastro le había "puesto vídeos de chicas de su edad manteniendo relaciones con mayores y le dijo que era bueno tener relaciones con gente mayor porque le iban a enseñar y así después no le iba a doler". Cuestionada sobre qué le dijo del día del masaje, ha señalado que se "lo comentó pero no me dijo que le tocase los pechos y los genitales".

La docente ha asegurado que, cuando le contaba estos episodios, la niña estaba "nerviosa" y se sentía "culpable y mal" y además le manifestó que creía que su madre "sospechaba que algo pasaba". A su juicio, para la menor parecía que lo sucedido con su padrastro "era menos grave que las consecuencias" que todo ello tendría sobre su familia. "Creo que me lo contó por desahogo", ha concluido.

Tras la tutora, ha declarado el jefe de estudios del instituto, que fue quien activo el protocolo por presuntos abusos sexuales en el hogar, a través del cual se avisó a la inspección educativa y a la Guardia Civil. En el juicio, que ha quedado visto para sentencia, también han declarado los agentes que tomaron declaración a la menor, así como los psicólogos que la analizaron, a quienes no contó los hechos con tantos detalles pero que han calificado el relato de la niña como "probablemente creíble" y lo han considerado "lógico y coherente" y con los suficientes detalles para descartar que sea "una fabulación".

El acusado convivía con su entonces mujer y su hija de la que presuntamente abuso, pero también con otra hija menor que ambos tienen en común y una hija de una relación anterior de él, que ya era mayor de edad. Esta última ha manifestado en la vista que su padre la ha criado solo, que también a ella la informó sobre asuntos sexuales "desde el primer momento", y que el relato de su hermanastra le parece "inconcebible" y no lo cree porque "conozco a mi padre".

Además de la petición de cárcel, el fiscal también pide que se establezca al acusado una orden de alejamiento de la menor de 10 años y una indemnización de 3.000 euros por daños morales. La acusación particular, ejercida por la madre de la niña y exmujer del procesado, pide una indemnización de 6.000 euros y pide una pena de prisión de cinco años, inferior a la del Ministerio Público al calificar los hechos solo como un delito de abuso sexual continuado. Por su parte, la defensa solicita la libre absolución.

El acusado de abusar sexualmente de la hija de su pareja reconoce que le dio un masaje...
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