jueves. 28.03.2024

El Centro Botín abría sus puertas el pasado 23 de junio durante un acto que contó con la presencia de los Reyes de España. El edificio diseñado por Renzo Piano finalizaba de este modo un proceso de construcción que estuvo marcado por los problemas, los retrasos, el incremento del coste de las obras y la paralización temporal de las mismas. En concreto, el edificio estaba planteado para iniciar su actividad en 2014, coincidiendo con el Mundial de Vela que Santander acogió en ese año, pero no fue hasta tres años después cuando los visitantes pudieron acceder a ver sus obras. Un retraso que también supuso un incremento del presupuesto inicial de 80 millones hasta los 100 millones de euros, es decir, el 25% del coste previsto en un principio. Más allá del diseño, lo que más identifica el edificio es su recubierta con más de 270.000 piezas de cerámica, una recubierta que según un informe podría poner en peligro tanto a los usuarios del museo como a los paseantes.

Así lo recoge el documento realizado por la empresa Disset, en el que se detalla que “el avance del deterioro de la cerámica en su cohesión mecánica” puede llegar a producir un “desprendimiento de la misma de forma impredecible”. Asimismo, y como publica El Diario Montañés, el estado de esta cubierta de cerámica y las actuaciones llevadas a cabo “ponen en riesgo la seguridad de las personas que transitan por el muelle de Albareda y a los usuarios del edificio”.

Un informe cuyos contenidos niega la Fundación Botín, que no solo afirma que no se han producido desprendimientos, sino que se está dando un “seguimiento muy cercano” a las 270.000 piezas de cerámica para “comprobar su funcionamiento”, sustituyendo varias de ellas desde que el Centro se inauguró hace seis meses.

Faltan algunas de las piezas de la cubierta de cerámica del Centro Botín. Foto: edc

Cabe recordar que las obras del centro de arte han sido combatidas por diversos colectivos ecologistas y de defensa del patrimonio, la mayoría de ellas agrupadas en la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Bahía de Santander (Plataforma DeBa). Estos colectivos han denunciado que su ubicación interrumpe la prolongación del mayor paseo marítimo del Cantábrico, cierra las vistas a la bahía y desde la bahía y destruye el patrimonio arqueológico del puerto de Santander, pues aseguran que el muelle derribado para construirlo databa del siglo XVIII. El Centro Botín ha sido objeto de diversas denuncias en los tribunales, si bien ninguna ha prosperado.

El informe cuyo contenido publica el citado medio señala que, tras las inspecciones realizadas, las actuaciones que la Fundación Botín reconoce hacer sobre la cubierta “no respetan ni siguen las instrucciones”, detectándose además un proceso degenerativo progresivo en la cerámica fabricada para la obra que afecta a una cantidad importante de piezas cerámicas”. En este sentido, apunta a unas 40.000 cerámicas “fisuradas” (casi el 15% del total) y con síntomas de dicha degeneración, llegando a recoger además el desprendimiento de tres piezas en estos meses, con el evidente riesgo para los ciudadanos.

Tras tres años de retrasos y 20 millones de sobrecoste, el Centro Botín pone “en riesgo...