Todavía no son las 9 de la mañana pero algunos vecinos de Santander, buscan en el mar, desde primera hora de la mañana su recompensa. Metidos en la frías aguas, a partir del mes de Octubre y hasta que llega la primavera, recogen en nuestras costas la vulgarmente conocida como “caloca”, un alga de color rojizo y que vive en zonas rocosas, agrupándose en campos junto a la costa. Y es que muchas familias trabajan en su extracción y poder conseguir un ingreso extra.
La “gelidium sesquipedale”, huele a Mar Cantábrico y a marisco, pero no tiene sabor. Una vez recogida, secada y procesada se convierte en la gelatina marina de más alta calidad. De ella se extrae el “Agar”, que se emplea como espesante y gelificante en postres (tartas, compotas, mermeladas, cremas, zumos) y también en salsas, sopas, potajes o purés. Como ejemplo, una cucharada sopera de agar agar es capaz de espesar 1 litro de líquido. Normalmente suele aparecer en las etiquetas de los productos bajo el sobrenombre de E-406.
La “caloca” también se utiliza en la industria farmacéutica en pastillas y jarabes y es baja en calorías. Cuando llega Octubre, a nuestras costas llega “la caloca”.
