jueves. 28.03.2024

El hijo de la empleada del hogar que presuntamente sufrió abusos sexuales por parte de su jefe desde la Semana Santa de 2009 hasta enero de 2010 ha asegurado que su madre pasó de ser una persona "alegre, activa y bromista" a estar un estado "deplorable". "Después de los hechos cambió por completo de actitud, todo el día llorando, sin comer... estaba en un estado deplorable. Fue un cambió completo de personalidad", ha dicho.

El joven, que entonces tenía 11 años, ha declarado este martes en la segunda sesión del juicio contra AJ.G.S. que ve la Audiencia de Cantabria y en el que la Fiscalía reclama para el acusado una pena de 14 años de prisión y una indemnización de 10.000 euros, petición que la acusación particular eleva a 15 años y 108.000 euros.

El hijo de la víctima ha afirmado que "a partir de lo de Miengo", sobre el fin de semana que él y su madre pasaron con el acusado en su chalé de esta localidad en agosto de 2009 y donde supuestamente forzó a la mujer a hacerle una felación, "se vino abajo". Aunque esos hechos no los puede relatar porque no los presenció, ha relatado otros episodios.

Ha indicado que, en un momento dado, le dejaron solo en el salón jugando a la consola y el acusado y su madre estaban en la cocina, al ver que tardaban en regresar le "escamó bastante" y preguntó si pasaba algo pero como no contestaban fue hasta la otra estancia.

"Tuvieron una reacción de sorpresa, como si les pillasen haciendo algo", ha apuntado sobre este momento en el que, según la víctima, AJ.G.S. le besó a la fuerza. Tras eso, ha indicado que su madre estaba "nerviosa" y no sólo durmió con él sino que le pedía que la acompañase incluso para "cambiarse o ducharse". "Estaba rara", ha apostillado.

Al día siguiente por la tarde, ha indicado que los vecinos de la casa de Miengo -socio y empleada del encausado- le dijeron que fuese a jugar a su vivienda con su sobrina y que AJ.G.S. y su madre se quedaron solos, momento en el que según la víctima fue cuando sucedió lo de la felación. Sin embargo, la vecina ha declarado también este martes y ha asegurado que el acusado y la mujer "en ningún momento" se quedaron solos.

No fue a Reinosa

El hijo de la víctima ha indicado que no recuerda si acudió con el acusado y unos amigos de éste en otra ocasión a jugar al golf a Reinosa mientras su madre limpiaba en un chalé de Polanco y al regresar estuvo en la casa de Miengo. "No lo recuerdo, creo que sólo fui un fin de semana allí -en referencia al anterior-", ha señalado.

Pero el amigo del acusado que estuvo jugando con él al golf ha asegurado que tiene "referencias inequívocas" de aquel día en el que el niño estaba con ello, contando como anécdota que "casi se nos cae a un lago del campo".

Además, ha detallado que, al regresar a Miengo, AJ.G.S. y él dejaron a su mujer y el niño en el chalé donde se encontraba la esposa del acusado y ellos se fueron a buscar a la denunciante a la casa de Polanco que estaba limpiando. "Cuando llegamos, estaba ya fuera esperando, se subió al coche y nos fuimos", ha apuntado.

De esta forma, ha negado que el acusado entrase en la vivienda en la que la víctima dice que la mandó subir las escaleras, la agarró, la metió la mano por el pantalón y la empezó a besar muy fuerte y, sin que ella pudiese impedirlo, le metió "un dedo en la vagina".

Sobre otro episodio en la vivienda del acusado en Castro Urdiales, ha relatado que un día tuvieron que ir a llevarle unas camisas para un viaje y el acusado le dejó sus palos de golf para que jugase en el jardín. "Me quedé solo un rato y entré a ver qué estaba pasando porque era similar a lo de Miengo", ha dicho.

Para el hijo, el cúlmen fue el día que se encontró a su madre "desmayada sobre la taza del váter" y tras el cual, en otra ocasión, la ingresaron por ingesta de medicamentos. Esto ocurrió en el mes de enero y la víctima no volvió a trabajar para el acusado, ni en su casa ni en su empresa, aunque no denunció hasta abril de 2010.

Como si fuese una hija

También ha declarado la mujer del acusado que ha relatado que la víctima ha trabajado en su casa como empleada del hogar durante casi 10 años y la ha tratado "como si fuese una hija para mí", ayudándole a solucionar sus "muchos problemas". Ha asegurado que, aunque ahora ya no les une ninguna relación de afecto, "tampoco la odio".

La esposa ha afirmado que, cuando se enteró de los hechos que relataba la denunciante a través de una llamada de la hermana de ésta, "no me lo creí para nada" y tampoco le "sorprendió" cuando la ingresaron por ingesta de medicamentos para "intentar suicidarse" porque "siempre andaba con problemas" y además "había sido anoréxica y bulímica".

Ha apuntado que su marido y la empleada no coincidían "nunca", ni siquiera cuando ésta empezó a trabajar también las oficinas, porque sus horarios eran distintos y a pesar de que, como ya hizo este lunes AJ.G.S., ha dicho que la víctima no solía "cumplir" con ellos.

Ha señalado que mantenía una relación de "confianza" con su empleada, que habitualmente le contaba sus problemas, ante los cuales ella pedía "a mi marido que le ayudase". Así, le condonaron una deuda de 27.500 euros sin reclamarle el dinero y también le dejó 2.500 euros que le "devolvió en varias veces".

Ha insistido en el día que su marido y sus amigos se llevaron al hijo de la víctima a Reinosa y, respecto al resto de días en los que su exempleada denuncia episodios, ha negado encuentros entre ella y su marido. Sobre el día que supuestamente le llevó las camisas, ha dicho que eso es "imposible" porque, cuando su marido llega de viaje, ella misma lava la ropa y la deja ya preparada para el siguiente.

En cuanto a la sortija que su marido le entregó a la víctima como regalo de Navidad, ha indicado que ella le encargó que comprase algo aunque ya le había adquirido un teléfono inalámbrico. Además, ha asegurado que su esposo también le compró otra sortija a ella y que no le "sorprendió para nada" que el acusado le diese el regalo sin estar ella presente.

Ha opinado que la denunciante le tenía "envidia" por tener un "matrimonio muy unido". "Me dijo que ya solo por como miraba a mi marido era una envidia", ha relatado la mujer, que ha apuntado algunas de las varias relaciones fallidas que tuvo su empleada durante aquellos años.

Tras declarar trabajadoras de la empresa del acusado, que han indicado que la víctima no cumplía con sus horarios y que era persona "extrovertida" y contaba "sus problemas personales", ha comparecido el abogado de confianza del acusado que fue el que resolvió los papeles para poder condonar la deuda de la víctima.

Eran su tabla de salvación

Este letrado ha indicado que la empleada de AJ.G.S. tenía "problemas económicos serios" ante los que el acusado y su mujer no hicieron más que ayudarla y él, cuando la conoció, pensó que era una "chica profundamente agradecida para la que ellos eran como su familia, su tabla de salvación".

En el único día que la vio, ella le contó que "había tenido una vida muy dura porque su padre la maltrataba, su madre le había echado de casa, sus hermanas pensaban que estaba loca y su expareja la maltrató", frente a ello, ha dicho, el acusado y su mujer eran "como sus padres".

Ha indicado que habló con la hermana de la víctima y "jamás" les ofrecieron nada porque AJ.G.S. defiende su inocencia y "quería llegar hasta el final". "Me llegó a amenazar diciéndome que no podía ser lo que había ocurrido y que hacían esto porque tenía que salir en los medios, como así ha sido", ha añadido.

En el juicio, que continúa este miércoles, 23 de noviembre, a las 9:30 horas, también ha declarado la hermana de una expareja de la víctima que ha asegurado que llegó a decirle en 2011 que en esto quería "sacar 50.000 euros para ella y 50.000 para su hijo" y lo decía "riéndose", lo que "no era coherente en una persona de la que han abusado".

La empleada del hogar que sufrió abusos sexuales de su jefe “cambió por completo” tras...
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