martes. 19.03.2024

En julio de 2017 una usuaria de Facebook, denunció en la red social el trato que había recibido su perro, Thor, un bóxer de color marrón, en una clínica veterinaria en Suances.  En dicha publicación, su dueña cuenta todo lo que pasó durante más de 3 días y el trato que recibió Thor, quien finalmente murió. Tras ser demandada por la propia clínica a finales de 2017 por daños al honor, entre otras cosas, al haber publicado el caso en redes sociales, fue reclamada con 6.000 euros. A partir de ahí la mujer se puso en contacto con sus abogados para poner justicia a su caso.

De esta manera, después de dos años, la justicia da la razón la dueña de Thor y la absuelve de la demanda interpuesta por el centro veterinario. La propia clínica no ha reclamado a la justicia el resultado de la demanda. 

Fallo de la demanda interpuesta por la clínica

Fallo de la demanda interpuesta por la clínica

LA HISTORIA DE THOR 

Los dueños de Thor lo llevaron al veterinario el 14 de julio de 2017 porque “estaba vomitando y no quería moverse”. Una vez en el veterinario, los profesionales les dijeron que “el perro estaba sanísimo” y que podría ser algo que le sentó mal. Así, se llevaron a Thor de nuevo a casa pero, horas después Thor se mostraba peor por lo que decidieron hacer otra visitar a la clínica, resultando esta vez que el perro tenía fiebre. Tras llevarle otra vez a casa porque los veterinarios “no veían nada”, el sábado 16 por la mañana vuelven a presentarse en la clínica con el deseo de que Thor se recupere. Tras varias pruebas la clínica cree que el perro posee un cuerpo extraño en su interior y que necesitan tiempo para confirmarlo.  Asimismo, mientras la clínica cerraba, los veterinarios le aseguraban a su dueña que Thor estaba vigilado por cámaras, que estuviesen tranquilos. 

Ese mismo día los profesionales de la clínica deciden operar a Thor porque sí que ven algo extraño en su estómago, pero resultó que el perro no tenía nada a pesar de que se le realizó la operación. Cuando sus dueños fueron avisados de que terminó la intervención se presentaron a verlo y, como contó Cristina en sus redes sociales, no se llevó una buena impresión: “me lo encuentro tirado en el suelo encima de una alfombrilla de plástico, en una zona muy sucia y con un olor muy desagradable e insoportable”, relató en sus redes, además de encontrarse a su perro muy sedado todavía. Resultó que la clínica cerraba otra vez ya que era de noche y prometieron a los dueños que Thor estaba vigilado por cámaras y que estuviesen tranquilos. 

Después de tres días de incertidumbre, la clínica se pone en contacto con la dueña para darle la mala noticia de que Thor estaba muerto. Así lo encontraron los veterinarios cuando llegaron a la clínica al día siguiente, que, además, aseguraron a la propietaria de Thor que “si hubiese sido por mañana le podrían haber reanimado”, explica en la publicación. 

La historia fue publicada por la propia dueña de Thor en una página de Facebook ‘Suances Opinión’, al sentir el abandono que había sufrido su perro enfermo ya que murió solo y sin nadie para poder reanimarlo. Ahora, ha salido absuelta tras la demanda interpuesta por la propia clínica donde su perro murió.

RESPUESTA DE LA CLÍNICA

Tras la publicación de esta información, los representantes legales de la clínica veterinaria se han puesto en contacto con este medio para afirmar que, si bien la sentencia desestima la demanda, "no significa que en la Clínica hubiese una negligencia veterinaria". De hecho, aclaran que el pleito únicamente tenía como finalidad que la Justicia aclarase si había habido un quebrantamiento del honor de los profesionales de dicha clínica.

El juzgado estimó que "el derecho de libertad de expresión prevalece sobre el derecho al honor profesional", han reconocido, aclarando además que la sentencia recoge que “de la prueba practicada se acredita que el Centro Veterinario actuó con normalidad, dentro de lo que es la lex artis propia de esa profesión, y conforme a los usos habituales, como es por ejemplo que, en determinados casos, un perro se recupere de una intervención colocado en una esterilla en el suelo”. La juez consideró que no era ofensivo que se publicitase que el perro muriese sin vigilancia.

“Estaba vomitando y no quería moverse”, la clínica “no veía nada” y tres días después...
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