sábado. 20.04.2024

“Hoy a la 1:30 de la madrugada entra el Nuevo Libe en Santoña con 13.000 kilos de bonito. Parece que empieza bien la costera”. Ignacio Pacheco Quirós, gerente de la empresa conservera Nuevo Libe desde que se fundó hace dieciséis años, esperaba ilusionado y se mostraba esperanzado en tierra con el inicio de la costera del bonito.

Nacho, como se le conoce en Santoña, explicó que “11.000 kilos eran bonitos de un tamaño grande que se vendieron entre 4,05 y 5,60 euros y 2.000 kilos de medianos a un precio de media de 3,85 euros”.

En esta primera marea, el barco Nuevo Libe, que pertenece a la empresa del mismo nombre, junto a la pescadería y sus tiendas de venta, ha faenado en aguas del Cabo de Machichaco, “pero aunque el día 18 de junio todo empezó bien, ahora la costera va peor que en 2019, se pesca menos y el precio está más barato”, recalcó Nacho.

“Hubo días que se descargaron 200.000 kilos de bonito en el puerto de Santoña”, señaló Nacho

En la segunda marea, este barco pesquero entró hace unos días en Santoña con 5.000 kilos. “Es pronto para decir si la costera va a ser buena o mala, pero las perspectivas no son buenas y además no está habiendo ventas en frescos como otros años”, comentó este empresario conservero.

Y es que Ignacio Pacheco recuerda que en 2019 la costera comenzó el 22 de junio. En su caso, capturaron 11.000 kilos, pero a la semana siguiente pescaron otros 45.000 con un precio para el bonito grande de entre 3,45 y 3,50 y el mediano sobre 3,36. “Hubo días que se descargaron 200.000 kilos de bonito en el puerto de Santoña”, señaló.

La flota pesquera espera recuperar con la costera del bonito las pérdidas que han sufrido tras parar la actividad por el confinamiento debido al covid-19.

El presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria desde hace cuatro años, Miguel Fernández Pérez, aseguró que “si la costera es buena supone recuperar las pérdidas que ha sufrido un 80% de la flota pesquera, ya que no han cubiertos gastos”.

Bonito capturado en Santoña | Foto: R.A. Bonito capturado en Santoña | Foto: R.A.

Por su parte, Ignacio Pacheco, a la hora de hacer números, incidió que el barco ha estado atracado un mes y ha perdido el 50% de capital en la costera de bonito, mientras que la fábrica ha cerrado en dos ocasiones y las ventas han descendido un 80%.

Miguel Fernández mira hacia atrás y dice que además en las costeras del verdel y el bocarte, que comprenden los meses de marzo a junio, los precios han sido más bajos con respecto al año pasado. “De media, el kilo a subasta de verdel se vendió el año pasado entre 1,20 y 1,40 euros y este año entre 0,70 y 0,74 céntimos de euros en Santoña, mientras que el precio del bocarte en 2019 fue de 2,07 euros y en 2020 de 1,17”, indicó.

Por su parte, Nacho, mientras trabaja en la fábrica, rememora que este año completó en dos semanas la pesca del verdel, pero el Nuevo Libe dejó de pescar bocarte antes de tiempo por su pequeño tamaño.

En el puerto de Santoña han entrado barcos de Colindres e incluso vascos con entre 7.000 y 9.000 kilos

Hay que tener en cuenta que la cuota de bocarte ascendió en 2020 a cerca de 21 millones de kilos, ya que Francia llegó a ceder 3 millones, pero solo se pescaron entre 12 y 13 millones, mientras que el año pasado se completó la cuota y el tamaño de los peces fue grande, indicó este empresario conservero.

Miguel Fernández, santoñés y patrón mayor de la Cofradía de Santoña desde hace ocho años, tiene confianza en que el bonito se venda a precios normales o similares al año pasado. “Otra cosa es el pescado que entre en los puertos. Se ha pescado dos o tres días y ahora llevamos cuatro días buscando el bonito”.

Barco pesqueroBarco pesquero

Y es que además Miguel Fernández es patrón desde los 18 años, en la actualidad del Nuevo Salvador Padre. Con este barco ha realizado una primera marea por las Azores, atracaron en Burela (Lugo), junto a otras dos embarcaciones cántabras, de Comillas y Colindres, con 4.000 kilos cada una. “El tamaño es grande, de siete kilos para arriba y se ha vendido a una media de siete euros el kilo”, explicó.

La cuota de este año para pescar bonito está fijada en 15.600 millones de kilos para toda España por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT). Cerca de 300 barcos de toda la cornisa Cantábrica, de los cuales 100 son de Cantabria, saldrán a pescar hasta que se concluya la costera.

Desde la semana pasada la flota pesquera está faenando en la zona del Cantábrico y en el puerto de Santoña han entrado barcos de Colindres e incluso vascos con entre 7.000 y 9.000 kilos algunos y entre 1.500 y 3.000 otros, indica Miguel Fernández.

La entrada de bonito y bocarte supone reactivar el trabajo en las empresas conserveras

De hecho, el Aitana del Mar, de Laredo, ha realizado su primera marea en el norte de Bermeo, a dos o tres horas navegando. Con cebo vivo, los dieciséis tripulantes han logrado capturar 6.000 kilos que han vendido en Laredo, puerto donde siempre atracan. “Hemos vendido barato, a 3,42 euros el bonito grande y a 3,32 el mediano, pero si se mantiene así ni tan mal”, aseguró uno de sus marineros desde hace cuatro años, el santoñés Pedro Valle. Y es que el día anterior el bonito grande se vendió entre 3,88 y 4,38 euros y el mediano a 3,85, lo que supone en su opinión mucha diferencia de un día para otro.

Empezaron la costera el 15 de junio, hicieron carnada durante tres días, ya que el tiempo no acompañó y comenzaron a pescar el día 18, “pero en los siguientes días ha ido a menos y decidimos regresar al puerto para preparar de nuevo carnada, rellenar gasoil, agua dulce, víveres y salir de nuevo”, comentó Pedro Valle.

En un principio este santoñés se muestra optimista, teniendo en cuenta que el año pasado por estas fechas no habían hecho ninguna marea, pero adelanta que hay que esperar el cambio de luna a finales de este mes o principios de julio para levantar el pescado.

Miguel Fernández, patrón mayor de la Cofradía de Santoña desde hace ocho años | Foto: R.A. Miguel Fernández, patrón mayor de la Cofradía de Santoña desde hace ocho años | Foto: R.A.

Pedro Valle, que lleva ligado a la mar desde 1994, recordó que durante la costera del bocarte estuvo un mes parado. “Un barco amarrado genera pérdidas, además el precio del bocarte fue bajo y no llegamos a terminar de pescarlo para no saturar las fábricas”, aclaró.

La entrada de bonito y bocarte supone reactivar el trabajo en las empresas conserveras. El Análisis de la Industria Conservera en Santoña, un trabajo de fin de Grado de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Cantabria a cargo del estudiante Jesús Urlanga Cámara, realizado en 2017, recoge que hay 730 empleados, de los cuales 561 son mujeres, es decir el 75%.

Marta Pila, natural de Santoña, lleva 19 años trabajando en este sector y recuerda que su abuelo y su padre fueron encargados de empresas conserveras. “Mis compañeras y yo nos encargamos de pelar el bonito, previamente ha sido cocido, hasta dejarlo bien limpio para luego cortarlo y meterlo en el envase que corresponda, a veces tarros y a veces latas de diferentes formatos”, explica cuando se le pregunta en qué consiste su trabajo.

Mientras Nuevo Libe anuncia que aumenta la plantilla entre un 15 y un 20% en esta costera, pero sin horas extras; Marta Pila, que durante el confinamiento ha estado parada un mes, asegura que el bonito que se cuece en el día no se puede dejar para el siguiente, lo que conlleva incorporar plantilla y a veces hacer horas extras. En su caso, el resto del año dedica su actividad a elaborar anchoas en diferentes formatos “lo más artesanalmente posible y con mucho mimo”, incide.

La costera de bonito de este año está marcada por las medidas de seguridad que se deben tomar para evitar el contagio del Covid-19

La costera de bonito de este año está marcada por las medidas de seguridad que se deben tomar para evitar el contagio del Covid-19. Unas medidas que afectan a los tripulantes de los barcos, dotados de gel para la higiene, mascarillas, caretas y toma de temperatura, pero donde es difícil guardar la distancia, y también en las Cofradías. El protocolo, en el caso de Santoña, permite acceder a personas para comprar la pesca, dos marineros por barco y se les toma la temperatura antes de entrar.

“No hemos tenido ningún positivo en Cantabria tras los test realizados”, informa el patrón del Nuevo Salvador Padre. En opinión de Pedro Valle la gente se ha comprometido en tomar las medidas de seguridad y eso se ha visto en el resultado.

De hecho, la conservera Nuevo Libe ha seguido el protocolo y las trabajadoras entran con una separación de diez minutos al vestuario, se toma la temperatura, se aplica la higiene de su calzado, Lavan todos los días la ropa de trabajo en casa y también trabajan en dos salas para guardar la distancia de seguridad, las cuales se desinfectan tras la actividad diaria.

Tras terminar la costera del bonito, una parte de la flota atraca, mientras que otras embarcaciones continuarán con su actividad y saldrán a pescar chicharro, sardina, caballa, merluza o rape con el fin de terminar un año marcado por la pandemia generada por el covid-19 y la decisión del Gobierno central de decretar el Estado de Alarma y el confinamiento de la población.

La flota pesquera espera recuperar las pérdidas sufridas tras permanecer amarrada por...
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