En mayo de 2017 la Fundación Valdecilla lograba llegar a un acuerdo con Estacionamientos Controlados S.A. (ECSA), empresa concesionaria de la gestión de la superficie comercial que se proyectó a los pies de las Tres Torres finalizadas en 2015. Entonces se aseguraba que todo estaba listo para que los antiguos inquilinos y los nuevos negocios pudieran instalarse en el más breve plazo posible de tiempo, en “cuestión de días” para algunos de ellos según declaró en aquel momento el gerente de la Fundación, Joaquín Ruiz Sisniega. Pero casi un año después de aquel acuerdo el ‘vacío’ en los locales continúa, y no hay una fecha concreta para la reincorporación de los negocios a una galería comercial 'fantasma'.
El documento firmado llegaba con algo de retraso, dos años concretamente, pues estaba previsto que la galería comercial tuviera los negocios abiertos al mismo tiempo que se inauguraban las nuevas instalaciones. Por ahora, sin embargo, son solo tres de los catorce negocios posibles están abiertos: una floristería, una funeraria y una cafetería. De los antiguos arrendatarios, nada. Ni la sucursal bancaria, la joyería, la mercería, el quiosco, la confitería o la perfumería han empezado siquiera a realizar trabajos de instalación en los locales, cuyos cristales permanecen con cintas cruzadas para hacerlos más visibles.
Los motivos de este retraso no parecen estar claros. De hecho, desde la Fundación Valdecilla, propietaria de la superficie, se asegura que todo está “perfectamente habilitado para que la empresa pueda contratar” los negocios que se incorporen a esta galería comercial. “Desde un punto de vista jurídico está todo desbloqueado”, ha afirmado Ruiz Sisniega en declaraciones a eldiariocantabria, quien ha aclarado que parte del resto de negocios están “en proceso”.
En este sentido, se ha mostrado confiado en que “se desbloquearán ya” las situaciones de algunos de los arrendatarios, entre los que destaca Carrefour según ha revelado el gerente de la Fundación, marca que en principio se asentará en el espacio más grande. Con todo, los datos que maneja la Fundación son escasos, pues ECSA es “muy celosa de la información”.
Ante el notable retraso a la hora de completar esta galería comercial Ruiz Sisniega ha reconocido que “les hemos pedido agilizar” los trámites, pues “van muy lentos” y que este espacio de Valdecilla se encuentre así de vacío “es negativo que no esté funcionando”. Negativo para la dinámica interna de esta zona del Hospital, y negativo para la propia empresa adjudicataria, pues mientras que los negocios no se instalen su balance económico es negativo.
Cabe recordar que los propietarios de esa confitería, de esa joyería o de esa mercería se vieron forzados a abandonar las instalaciones en 2011, cuando se demolió la antigua galería comercial. Desde entonces, la concesionaria de la gestión se ha hecho cargo de algunos de los gastos de estos antiguos propietarios, por lo que “tienen un interés económico” en que la galería funcione a pleno rendimiento. A esto se suma que ECSA debe pagar a la Fundación Valdecilla un canon fijo y otro variable en función de los ingresos generados tanto en el área comercial como en el aparcamiento, que también gestiona.
Sin embargo, es la propia concesionaria la que parece estar retrasando la instalación. Cada detalle de la negociación, cada paso del proceso parece estar siendo revisado al detalle, según ha explicado Ruiz Sisniega, hasta el punto de que “en algunos casos han tenido que ir a los tribunales por discrepancias” entre los propietarios de los negocios y Estacionamientos Controlados S.A.
Y en este contexto, el gerente de la Fundación Valdecilla ha manifestado que tienen poco margen de maniobra. Además de pedir la agilización del proyecto, desde la Fundación se ha puesto en contacto a los interesados en instalar nuevos negocios con la adjudicataria, pero es aquí donde su presencia en el proceso termina.
