viernes. 19.04.2024

La 'marea roja' continúa presente en los estuarios de San Vicente de la Barquera y la ría de Tinamenor, mientras que ya se permite la extracción y comercialización de moluscos bivalvos de Santander y Santoña, donde los últimos muestres no han detectado biotoxinas lipofílicas.

De esta forma, la Consejería de Pesca del Gobierno de Cantabria ha levantado este viernes la prohibición en las zonas de producción de mejillones, almejas, ostras y muergos de la capital cántabra y la villa de Santoña.

No así en San Vicente y Tinamenor, zonas sobre las que están pendientes los resultados de los últimos muestreos realizados para el protocolo de vigilancia y control específico para las Floraciones de algas Nocivas (FAN), según ha informado el Gobierno regional.

La Dirección General de Pesca y Alimentación continúa con la alerta por riesgo de presencia de este tipo de toxinas, por lo que se mantiene activo el protocolo de vigilancia y control con el fin de controlar los riesgos ante la extracción y comercialización de  los moluscos, y garantizar que los mismos no representan un problema para los consumidores.

Se mantiene activo el protocolo de vigilancia y control con el fin de controlar los riesgos ante la extracción y comercialización de  los moluscos

En este protocolo participan de forma conjunta el Servicio de Actividades Pesqueras, y el Servicio de Laboratorio y Control de la Consejería, así como el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia (INTECMAR), éste último encargado de realizar los análisis de las muestras recogidas en los puntos de control distribuidos en las zonas de producción del litoral de Cantabria.

Con esta medida se asegura que los niveles de biotoxinas lipofílicas están por debajo de los establecidos como seguros por la normativa vigente para los moluscos procedentes de Santander o Santoña, los cuales se podrán comercializar con toda normalidad.

Marea roja

El fenómeno comúnmente conocido con el nombre de 'Marea Roja' se debe a la coloración que producen en ocasiones las algas microscópicas que lo causan en el agua.

Se trata de blooms o crecimientos exponenciales de ciertas algas que se producen como consecuencia de las condiciones ambientales primaverales, y que en ocasiones producen toxinas que filtran los moluscos, reteniéndolas por un tiempo entre sus valvas.

Este fenómeno suele presentarse en las costas de Cantabria en esta época del año, pudiendo durar hasta dos meses los cierres que ocasiona.

No obstante, una vez revierte, los productos del marisqueo vuelven a ser seguros, aunque se continuará con las labores de vigilancia desde la Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación, que permiten su rápida detección.

La ‘marea roja’ ya permite pescar mejillones y almejas en Santander y Santoña
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