La villa de Noja homenajea este fin de semana a su héroe más internacional, Luis Vicente de Velasco, militar conocido por su defensa del Castillo en el Morro de La Habana en el siglo XVIII y que finalmente le costó la vida, con una serie de conferencias, exposiciones y una recreación histórica .
El homenaje han comenzado este viernes a las 18:00 horas con la recreación histórica al estilo del s. XVIII en el Parque de Los Pinares, junto a una exposición en la Sala de Turismo de barcos de la época como el 'Santísima Trinidad' o el 'HMS Endeavour', cedidos por el Ayuntamiento de Astillero.
El recuerdo histórico a su figura se hará a través de dos conferencias, ambas en el Palacio de Albaicín. Una ha tenido lugar el viernes a partir de las 18.30 horas, llamada 'Luis Vicente de Velasco, historia y patrimonio militar' a cargo del Doctor en Historia en la UC Rafael Palacios Ramos, y otra el sábado a la misma hora, denominada 'Noja en la época del Capitán Velasco' a cargo del escritor e historiador Felipe Santiago Sáinz Martínez.
Además, dentro de las actividades que se desarrollarán en la recreación histórica destacan historias marinas, luchas, rondas marineras, acompañados de música, pasacalles y espectáculos.
Además, dentro de las actividades que se desarrollarán en la recreación histórica destacan historias marinas, luchas, rondas marineras, acompañados de música, pasacalles y espectáculos.
Según ha informado el Ayuntamiento, Luis Vicente de Velasco, marinero nacido en Noja en el año 1711, fue un "notorio" militar de la armada española en el reinado del Carlos III. Desde joven destacó por su "bravura" y famosos fueron su valor y pericia naval.
El momento álgido de su carrera militar llegó con su intervención en la defensa del Morro de La Habana en 1762, año en que defendió los intereses españoles frente a los ingleses en Cuba, aunque finalmente le costara la vida. El valor demostrado por el que fuera calificado por el almirantazgo inglés que invadió la isla cubana como "el capitán más bravo del Rey católico", le hizo merecedor de un marquesado, otorgado por el monarca a título póstumo.
A día de hoy en La Habana se sigue rindiendo homenaje a este nojeño con el disparo de una salva en el Morro de la Habana como recuerdo de aquel hecho histórico.
