jueves. 28.03.2024

Los peritos del siniestro del kamikaze que provocó la muerte de un joven de 34 años en la A-67 en agosto de 2016 han manifestado en el juicio que se sigue contra él que el conductor no presentaba ninguna afección de su capacidad intelectual que le impidiese ser consciente de que circulaba en sentido contrario, aunque sí una disminución de su capacidad volitiva –su voluntad–. Así, han considerado que el alcohol, sumado a los trastornos que había padecido antes –alimentario, de pánico y de deshabituación al alcohol– actuó como "desinhibidor" y afectó a su voluntad e impulsividad haciendo que le diera "igual" lo que pasara, pero "su capacidad de conocer estaba íntegra". Según han explicado, esa afección de la voluntad significa que "sé lo que estoy haciendo, pero me da un poco igual", ya que el acusado presentaba una actividad motora "coordinada" y llevó a cabo acciones propias de una motricidad "fina", como ponerse el cinturón o circular por una carretera con curvas. Los peritos han declarado hoy jueves en la tercera sesión de este juicio que comenzó el pasado martes en la Audiencia de Cantabria, en la que también han prestado declaración varios agentes de la Guardia Civil, dos de ellos del Equipo de Reconstrucción de Accidentes (ERAT), entre otros. Estos peritos han dicho que el nivel etílico que presentó el acusado –1,93 gramos de alcohol por litro en sangre, equivalente a 0,96 en aire espirado– es compatible con haber tomado "varias cervezas y varias copas", y que es posible que no recuerde lo ocurrido esa noche, tal y como él declaró el pasado martes, ya que puede que el organismo "trate de olvidarlo al resultar doloroso". Sin embargo, han señalado que en un análisis que le realizaron, su estado afectivo mostraba un componente de preocupación por haber estado en prisión preventiva, pero no signos de un cuadro depresivo postraumático.

Los agentes de la ERAT muestranuna grabación de la reconstrucción de lo ocurrido desde que el conductor salió de Boo de Piélagos hasta que chocó con la víctima

Por su parte, los guardias civiles que redactaron el informe técnico del accidente han hecho hincapié en que la salida por la que el kamikaze entró a la autopista está "perfectamente señalizada" y es un acceso "antinatural", por lo que han opinado que es "imposible" que dé lugar a confusión a los conductores y que la confundan con una carretera nacional. Además, en la misma línea que varios de los testigos que declararon ayer, otros agentes y conductores que se encontraron de frente con el kamikaze han considerado que conducía "de forma consciente" porque recibió "muchos estímulos" que le advirtieron y pasó por tres salidas y tres entradas a la autopista por las que se podía haber retirado. Asimismo, han detallado que una vez en la autovía encontró 16 flechas que indicaban que la circulación era en sentido contrario, y han reiterado que circuló de forma "correcta" durante 9,5 kilómetros –desde Boo de Piélagos hasta la altura de Barreda, donde colisionó con la víctima–, para lo que se "necesita cierta pericia", han apostillado. Los agentes han confirmado que la víctima estaba realizando una maniobra de adelantamiento "correcta" y "no muy rápida", ya que ambos circulaban a unos 90 kilómetros por hora, aunque tenía "muy poca visibilidad" al circular por una curva y "no podía hacer ninguna maniobra evasiva" para evitar el choque. Por su parte, los agentes de la ERAT han mostrado una grabación de la reconstrucción de lo ocurrido desde que el conductor salió de Boo de Piélagos hasta que chocó con la víctima, así como un vídeo de la carretera desde una vista aérea que muestra que se trata de una "sucesión de curvas –19 en total– entrelazadas entre sí", por lo que "siempre es necesario ejercer un mínimo de fuerza muscular" sobre el mecanismo de dirección del vehículo, han explicado.

Tanto la Fiscalía como la familia del fallecido, que ejerce la acusación particular, solicitan la pena de 13 años de prisión para el conductor, al considerarle autor de un delito contra la seguridad vial con manifiesto desprecio por la vida de los demás en concurso ideal con un delito de homicidio. Por su parte, la defensa considera que los hechos conforman un delito contra la seguridad vial en concurso con otro de homicidio imprudente y cree que la pena debe ascender a dos años y medio de prisión y cuatro de privación del permiso de conducir. El jurado deberá emitir su veredicto el próximo lunes, 17 de junio, después de que las partes presenten sus conclusiones e informes este viernes.

Los peritos creen que el ‘kamikaze’ de la A-67 era consciente de lo que hacía pero le...
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