TRÁFICO

Los radares fijos de Cantabria, a la cola en denuncias registradas

Radar en la A-8 a su paso por Cantabria

Un estudio señala que en 2017 se han contabilizado 22.313 denuncias en la comunidad autónoma.

Los radares fijos de Cantabria son los que menos denuncias han contabilizado este año, un total de 22.313, seguidos de los de Asturias (22.407) y Extremadura (24.222), según revela un estudio realizado por la organización de defensa de los conductores Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

Por el contrario, los más activos han sido los de Andalucía, con 425.979; Castilla y León, con 205.578; y Castilla-La Mancha, con 186.120.

Además, el estudio refleja que los radares más productivos han sido los de Navarra, con 9.020 denuncias por cada radar; Canarias, con 6.371 denuncias; y Andalucía, con 5.999 denuncias, teniendo en cuenta el número de denuncias formuladas por cada cinemómetro.

AEA destaca que los radares fijos de Tenerife han pasado de no formular ninguna denuncia en 2016 a imponer 36.993 denuncias en 2017

Por el contrario, entre los menos productivos se encuentran los de Asturias (1.723 denuncias por radar); Extremadura (2.202) y Cantabria (2.479).

En su informe, AEA destaca que los radares fijos de Tenerife han pasado de no formular ninguna denuncia en 2016 a imponer 36.993 denuncias en 2017.

A nivel nacional, un total 375 radares fijos de la Dirección General de Tráfico (DGT) han formulado, hasta el pasado 23 de octubre, 1.607.062 denuncias por sobrepasar los límites de velocidad establecidos en las carreteras españolas en 2017, por un importe económico de 63.304.699 euros.

El número de denuncias realizadas se ha incrementado en un 4% respecto al mismo periodo del año anterior.

Con motivo del "importante" número de denuncias formuladas por exceso de velocidad; la ubicación mayoritaria de los radares en autopistas y autovías; y la repetición de los radares más activos, el presidente de AEA, Mario Arnaldo, ha pedido a la DGT que se replantee su política de radares, ya que, en su opinión, "no se está consiguiendo" el objetivo de evitar los excesos de velocidad, ni los accidentes, convirtiendo los radares en "meros instrumentos de recaudación".