miércoles. 24.04.2024

El pasado 26 de junio de 2015 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) decidió retirar del mercado el producto Ala Octa, fabricado por la empresa alemana Ala Medics. Este perfluoroctano, utilizado en cirugía de retina en estado líquido, provoca, según la AEMPS, un cuadro de complicaciones caracterizado por amaurosis, necrosis de la retina, atrofia del nervio óptico, disminución de la agudeza visual, inflamación y vasculitis. El resultado final, en resumen, es la ceguera. En total, en España se habían registrado hasta octubre 41 casos, a los que hay que sumar otros cinco en Cantabria, aunque en el caso regional existen algunas particularidades.

Uno de los pacientes afectados fue operado de desprendimiento de retina en el Hospital Sierrallana de Torrelavega el pasado 8 de septiembre, apenas una semana después de ser diagnosticado. El informe clínico señala que se utilizó Ala Octa, aunque en estado gaseoso y al 14%. La polémica ha obligado al Servicio Cántabro de Salud y al propio hospital a desmentir el informe firmado por el servicio de Oftalmología de Sierrallana.

Ni el Servicio Cántabro de Salud (SCS) ni el Hospital Sierrallana han querido explicar por qué el paciente, operado meses después de que el producto haya sido retirado, sufre los efectos adversos del mismo

El desmentido achaca la confusión a una mera errata. Al parecer, el producto nunca se utiliza en forma de gas. Según el director gerente de Sierrallana, Benigno Caviedes, el error está provocado porque el producto gaseoso “es de la casa Ala Medics”. Sin embargo, las consecuencias físicas que ha sufrido este paciente, atrofia del nervio óptico y necrosis de retina, son las mismas que las del producto líquido retirado.

Ni el Servicio Cántabro de Salud (SCS) ni el Hospital Sierrallana han querido explicar a este medio los motivos por los que el paciente, operado meses después de que el producto haya sido retirado, sufre las consecuencias de dicho líquido. El propio informe, publicado por un medio de comunicación regional, señala además que la cirugía se realizó con éxito y que el postoperatorio se produjo “sin complicaciones”. A pesar de ello, la evolución del hombre no ha sido la propia de este tipo de operaciones, perdiendo la visión en el ojo operado.

Cinco casos del lote retirado

Según Caviedes, un informe del Servicio de Medicina Preventiva del 7 de julio de 2015 informaba de la retirada del producto, un stock que contaba con 16 unidades y que, según Caviedes, no se ha utilizado sobre el afectado.

Sin embargo, sí se ha reconocido su uso en doce operaciones, “notificándose efectos adversos en cinco casos, tres hombres y dos mujeres”. “En el resto de casos se han constatado únicamente los efectos propios de la evolución de la enfermedad y de la cirugía”, explicó el jefe del Servicio de Oftalmología, Ernesto Romera, en rueda de prensa el pasado viernes, 5 de febrero.

Los cinco casos cántabros están siendo objeto de un “seguimiento y evaluación” para determinar que la mala evolución de los pacientes pueda estar relacionada con la utilización del Ala Octa. 

Sanidad justifica la ceguera de un paciente con una errata en un informe médico
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