martes. 19.03.2024

Santillana del Mar es uno de los pueblos más bonitos de España. Sus calles, sus edificios, sus torres o su famosa colegiata parecen haber logrado algo imposible: parar el tiempo y anclarse en el diseño arquitectónico de hace siglos. Se dice que es la villa de las tres mentiras, pues ni es santa, ni es llana, ni tiene mar. Y cada verano son varios los turistas que descubren, con “decepción”, que tampoco está adaptada a las necesidades de las personas con movilidad reducida.

Es lo que le ha pasado a un matrimonio que recientemente visitaba el pueblo y que acudía con la ilusión de ver la belleza del entorno. Él tiene 65 años y una discapacidad del 65%, y ella, de 53 años, tiene movilidad completa. Para la pareja, los problemas llegaron antes incluso de bajarse del coche, pues “tuvimos que pagar un aparcamiento en zona azul durante una hora”, cuando en muchos otros municipios turísticos “es gratuita”. De hecho, detallan que "no conocemos lugar en España en el que pagues por aparcar en una plaza para vehículo adaptado para persona que padece limitaciones en su movilidad". Aunque esto, como ella reconoce, ha sido lo de menos, pues el propio aparcamiento tiene un empedrado que dificulta la movilidad.

“No hay nada adaptado”, ha denunciado la mujer a este diario, recordando el suelo de Santillana como “totalmente inaccesible”. Su marido va en una scooter adaptada para evitar así tener que empujar una silla de ruedas, pero “el traqueteo es imposible, y hay zonas en las que ni siquiera puede pasar”, incluso con una persona empujando.

La pareja reclama que “al menos haya un sendero adaptado, un cartel que indique cómo llegar a algunas zonas” a la gente con movilidad reducida

Y es que Santillana no tiene ninguna zona adaptada para las personas con movilidad reducida. Ni siquiera un sendero habilitado con empedrado de mayor tamaño que permita el paso de este colectivo. Finalmente, la pareja desistió y volvió a su coche habiendo pagado por una hora de aparcamiento “que no consumimos”. Dado que la visita a pie era inviable, optaron por recurrir al coche para tratar de llegar a la Colegiata de Santa Juliana, sin duda uno de los lugares más emblemáticos de Santillana. “Llegamos a un punto en el que no podíamos pasar”, lamenta la mujer, que relata que "llamamos al Ayuntamiento alrededor de las 13:30 horas para intentar hablar con la Policía Local, pero no fue atendida la llamada, por lo que intentamos, sin éxito, con  Urbanismo, viéndonos obligados a irnos" sin poder visitar la villa turística.

Los afectados recuerdan que durante el tiempo que estuvieron en Santillana del Mar vieron a las familias “llevando a sus hijos con ellos, no hay carritos de bebé”, precisamente por el mismo motivo por el que ellos no pudieron recorrer las calles empedradas. La pareja reclama que “al menos haya un sendero adaptado, un cartel que indique cómo llegar a algunas zonas” a la gente con movilidad reducida.

“Lo pasas mal”, reconoce ella, por las dificultades a la hora de moverse con la scooter por determinados puntos del municipio, y “caes en la desidia y el agotamiento”. “Todos pagamos los impuestos y todos tenemos los mismos derechos”, ha criticado, reclamando que, si no se habilita alguna zona para recorrer a pie, “al menos que dejen pasar con el coche por algunos puntos y reservado únicamente para discapacitados”, ha sugerido.

“Todos pagamos los impuestos y todos tenemos los mismos derechos”, ha criticado

No es la primera vez que turistas de diferentes puntos de España denuncian la falta de accesibilidad de Santillana y de sus establecimientos. Un turista de Barcelona denunciaba a este mismo periódico, a través de una carta, la mala experiencia que tuvo al intentar pasear por sus calles o comer en sus restaurantes. En su escrito, que califica la experiencia como “lamentable”, critica no solo la dificultad para las personas con discapacidad, sino las “caras de sorpresa ante un hecho que parecía totalmente nuevo para ellos”.

Esta pareja señala, además, que Santillana del Mar forma parte de la Asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España, cuyo objetivo es la “promoción de zonas preferentemente rurales y de pequeños municipios”. Sin embargo, nada mencionan sobre su accesibilidad, por eso reclaman que “deberían contar con alguien con discapacidad” en el grupo de personas que eligen las localidades para “que valore e incluya como requisito que tenga al menos un grado de accesibilidad”, pues “alguien que conozca las dificultades lo valorará mucho mejor”.

Denuncian el turismo “totalmente inaccesible” de Santillana del Mar, uno de los pueblos...
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