La celebración de La Vijanera, en la localidad cántabra de Silió, estrena este domingo, 7 de enero, los carnavales que acogerá a lo largo de 2017 Europa, ya que se trata de la primera mascarada del año, que se celebra el primer domingo de enero.
La nueva edición de esta fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional, comenzará muy temprano, con el tradicional sonido de los campanos por todas las calles del pueblo, entre las 6.30 y las 7 horas, según información de la asociación que organiza los festejos.
Los distintos personajes saldrán entre las 11 y las 11.30 horas desde las Escuelas de Silió, en el centro del pueblo, y los caseríos particulares
Con este sonido los jóvenes vijaneros despiertan al resto del pueblo, que se pone en marcha para una nueva edición de su fiesta. Los distintos personajes saldrán entre las 11 y las 11.30 horas desde las Escuelas de Silió, en el centro del pueblo, y los caseríos particulares.
Participan en el desfile la práctica totalidad de los vijaneros, que se preparan para la captura del oso, que suele tener lugar hacia el mediodía en la Plaza de la Iglesia. A continuación, se representa la defensa de la raya, sobre las 12.30 horas en el límite con el Barrio de Santián, episodio en el que cobran protagonismo los zarramacos y el danzarín negro
Las coplas se interpretan sobre las 13 horas en la campa junto a las escuelas, con todo los personajes alrededor, para dar paso después, sobre las 14 horas, a la muerte del oso, en la Plaza de la Reguera, junto a la Iglesia. A continuación, se sucederán comedietas y los personajes pasarán por los bares y plazas del pueblo.
La Vijanera permite a los visitantes acercarse también a algunos de los rincones más importantes de Silió
Visita del pueblo
La Vijanera permite a los visitantes acercarse también a algunos de los rincones más importantes de Silió. La iglesia de San Facundo y San Primitivo, del siglo XII, es uno de los monumentos más destacados del Valle de Iguña, y una de las cinco muestras más importantes del románico cántabro. A pesar de las numerosas reformas que ha sufrido, conserva la traza y elementos decorativos genuinamente románicos.
A esto se suman diversos edificios y espacios singulares como la Casa Torre de los Obregón; el barrio del Campo y la Lera, con casas de los siglos XVI y XVII; y el barrio de Bujar, donde se encuentran numerosas casas típicas montañesas.
