martes. 23.04.2024

La aerolínea Vueling negó el viaje y la medicación a una enferma con discapacidad española a pesar de tener conocimiento de los hechos y la abandona en Paris.

El jueves, 15 de septiembre, VUELING canceló el vuelo Paris-Santander por una huelga de controladores aéreos. El día anterior a los hechos, el padre de la enferma, Marta Pérez, corroboró la cancelación del vuelo y explicó a Vueling que necesitaba llegar a Cantabria, lugar de residencia de la familia. Era imprescindible volar el día que había reservado porque su hija no disponía de más medicación que la prevista para el viaje. No le ofrecieron trayecto ni alternativas para el jueves, aunque se les índico lo esencial del tratamiento, ni proporcionaron soluciones para obtener la medicación.

Después de mucho tiempo al teléfono, Vueling le aclara que pueden devolverle el dinero y comprar otro billete con ellos para otro día. Al incidir en el problema de la medicación, el cabeza de familia sugiere desesperado vuelos al País Vasco o Asturias, lo que sea con tal de llegar a las cercanías de Santander a tiempo para no acabar en el hospital. Vueling bloquea entonces una reserva para el viernes, 16 de septiembre, a las 21.20 horas, pasaje para la familia. Se les reitera que 24 horas sin esa medicación es imposible. No ofrecen alternativa. Se desentienden por completo del problema de la medicación, se desentienden de su responsabilidad de que se quedé sin tratamiento y de la clienta enferma. Ni siquiera le ofrecen hotel para la noche que les deja tirados. Nada.Abandonados a su suerte en un país extranjero.

La familia, agobiada, decide buscar alternativas, lo que sea para llegar a la medicación, que no puede ser adquirida en farmacias. Es un derivado de la morfina y son tratamientos que se dan contados, literalmente, por su fuerte impacto y efectos secundarios. Sólo se pueden comprar con recetas específicas. Consiguen un tren para el jueves a las 10:28, Paris-Biarritz, después, cogerán un coche para llegar a Santander a tiempo para obtener la medicación que la joven necesita. Cuando, esa misma noche, cansados, la familia llega a su residencia, llama a Vueling para cancelar el vuelo del viernes, otras personas puedan utilizar el pasaje y para que a ellos les paguen los gastos generados o, en su defecto, al menos los billetes de vueltaVueling se niega. Ana, la teleoperadora que atiende al padre, explica que con el cambio de vuelo al viernes la aerolínea se desentendía aún más del problema. El cabeza de familia, con paciencia, le explica de nuevo la situación, le remite a la conversación del día anterior con otra compañera. Misma respuesta:abandono. Cuando el hombre pide hablar con el supervisor de la operadora, ella se niega. No ofrecen más respuestas y no van a devolver el dinero del vuelo.

A Vueling le dan igual sus clientes, sus pasajeros. Se les explica la urgencia de la situación, hasta el punto de poder acabar en el hospital y, no sólo ignoran lo que ocurre y se eximen de su responsabilidad contractual, además, no devuelven a la familia su dinero.

Yo soy esa enferma, pero ¿y si fuese tu padre, tu madre, tu hermano o hermana quien necesita esa medicación esencial? Con este abandono, mísero, desalmado Vueling demuestra qué clase de compañía es. No le importan sus clientes, menos aún los que tienen una discapacidad.
 

Marta Pérez. @MartaP86

 

Vueling abandona a una enferma con discapacidad y la deja sin medicación
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