viernes. 29.03.2024

La famosa ‘Noche de El Proyector’ supuso el principio del final de la carrera política de Juan Hormaechea. En esa fría cita del 31 de octubre de 1990 en la que “se cantó Montañas Nevadas con el brazo derecho en alto” en el pub situado en la calle Panamá del Sardinero, el por entonces presidente de Cantabria coincidió con varios periodistas que al día siguiente recogieron en los medios cómo en un momento animado de la charla, Hormaechea se había referido al presidente del Partido Popular, José María Aznar, como un “charlotín” que no era de fiar “ya que solo se acuesta con su esposa”, no sin antes profesar un insulto al entonces presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, y referirse peyorativamente al físico de la ‘popular’ por Cantabria, Isabel Tocino. La noche de la que fueron testigos las veinte personas que se encontraban en el local no quedó ahí, y se le pudo escuchar presumir de cómo “había vencido a los rojos” en sus enfrentamientos electorales, sentenciando además que “Cantabria no es España”. Todo esto ocasionó un revuelo con grandes consecuencias para la política regional y estatal y a la larga para el propio Hormaechea.

Portada El País 3 de noviembre Portada de El País del 3 de noviembre en la que aparece la noticia de 'La Noche de El Proyector'

Para entender el contexto político en el que se encontraba Cantabria en ese momento hay que retrotraerse a 1986, cuando Alianza Popular celebra un congreso asambleario en La Lechera (Torrelavega) donde votan todos sus afiliados y en el que Roberto Bedoya es elegido como presidente. En ese momento desde dentro del partido empiezan a valorar que quizás Ángel Díaz de Entresotos, que en ese momento era presidente de Cantabria, no era la persona adecuada para ser el candidato en los siguientes comicios. Ahí surge la idea de proponerle a Juan Hormaechea, alcalde de Santander, que dé el salto a la política regional. Esta decisión, no fue bien aceptada por Díaz de Entresotos, que decidió mover sus cartas en Madrid.

El partido vivía un momento complicado a nivel estatal, ya que en esos momentos Fraga había dimitido como presidente y Herrero de Miñón no veía con buenos ojos a Hormaechea ya que le situaba como un hombre afín a Alfonso Ossorio. Después de las primeras reticencias, Herrero de Miñón aceptó y en estas elecciones Alianza Popular se quedó a solo un diputado de la mayoría absoluta. La abstención de CDS, que había obtenido dos, permitió empezar a gobernar.

En esta primera legislatura el carácter de Hormaechea ya empezó a relucir. Muestra de ello fue que para llevar a cabo la conformación del Gobierno hubo fuertes discrepancias, ya que quería contar con determinados nombres, dejando de lado a miembros del partido. Un ejemplo de ello, que cuentan varias fuentes, es que un día se cabreó y dejó al diputado José Luis Vallines, de Alianza Popular, con la palabra en la boca, abandonando su despacho de Diputación.

Su concepto de política, muy municipalista, le impedía habituarse a la vida parlamentaria, en la que pese a ser el líder del Ejecutivo tenía que esperar a que se le diese el turno de palabra.  Además, tampoco entendía que los consejeros firmasen documentos, mientras él no lo hacía. Todo esto le generaba muchas inquietudes y si un tema le interesaba se metía mucho en él.  En los primeros tres años y medio desde las elecciones del 87 se completaron numerosos proyectos de gran impacto para la vida de los cántabros en materia de infraestructuras, vertebración y comunicación.

Juan Hormaechea con Luis Pérez Alday, Saiz Viadero y Javier Hinojal hacia 1980 | Foto: Archivo Saiz Viadero Juan Hormaechea con Luis Pérez Alday, Saiz Viadero y Javier Hinojal hacia 1980 | Foto: Archivo Saiz Viadero

En todo momento Hormaechea se mostró distante de los populares. Consideraba que los votos eran de él y pese a los intentos desde Madrid, con visita de Fraga incluida, siempre rechazó entrar en el Comité Ejecutivo Estatal y afiliarse al partido.

Fue entonces cuando en el 31 de octubre de 1990, los problemas se desencadenaron, tras la ‘Noche de El Proyector’. Coincidiendo la fecha posterior con un puente largo, Hormaechea decidió irse a pasar unos días a Francia con su mujer, sin saber que todo lo que había dicho aquella noche iba a salir a la luz. El problema acabó adquiriendo magnitud a nivel estatal, pero el presidente se mostraba tranquilo.

El lunes posterior coincidía el Pleno del Parlamento de Cantabria con la Junta de la Directiva Estatal en Madrid. Durante la sesión se hizo un receso ya que se había anunciado a través de un teletipo de agencia que “entre aplausos y sin debate” el partido conservador rompía con Juan Hormaechea.

Inmediatamente se convocó una Junta Directiva Regional del partido para decidir qué camino tomar, si romper con el PP estatal o con el presidente. Finalmente, desde Madrid se mandó dimitir a los consejeros el día 15 y la mayoría de ellos lo hicieron siguiendo las órdenes del partido. Desde aquí y hasta la moción de censura las relaciones entre la cúpula estatal y los consejeros que habían abandonado el cargo se tensan, y por ello estos deciden reunirse para irse del partido.

Tras la moción avalada por PP, PSC-PSOE, PRC y CDS, se le destituyó de su cargo. Fue entonces cuando el socialista Jaime Blanco fue investido presidente del Gobierno de Cantabria. “El Gobierno de gestión de Jaime Blanco fue un caso insólito en la democracia española. La deriva poco democrática de Hormaechea hizo que se enfrentara primero a la oposición y luego a sus propios compañeros de Alianza Popular”, recuerda Jesús Manuel Zaballa, miembro del PSOE en aquellos años. Según incide, Hormaechea terminó saliendo del Gobierno por una iniciativa de todos los partidos, “incluido el PP”.

Ese Gobierno de gestión, como lo calificaron los medios de comunicación de la época, “no iba a asumir grandes decisiones”. Zaballa recuerda que se trataba más bien de gobernar “con consenso y poder llegar a unas elecciones libres”. Fue, en cierto modo, un “ensayo de lo que en Europa se llama actualmente la Gran Coalición”, cuyo mejor ejemplo está en Alemania.

Fueron varios los logros de este Gobierno de gestión. Para empezar, “hizo algo muy necesario como cerrar los vertederos irregulares que había por toda Cantabria”, adelantándose a otras regiones de Europa y provocando una reacción de Hormaechea, que quiso ridiculizar la medida. También se logró una importante interlocución con España “como nunca antes”, acelerándose proyectos como la autopista que conectaba con Europa. “Fueron seis meses intensos”, recuerda Zaballa.

Por otro lado, y sobre la postura del PSOE ante el Estatuto de Autonomía, defiende la labor de tres personajes claves: Calzada, Blanco y Justo de las Cuevas. “El núcleo duro del PSOE, y muchos líderes regionales y municipales, tenían claro el carácter autonómico de Cantabria”, señala Zaballa, añadiendo que “Alfonso Guerra se mostró muy receptivo a las demandas de Blanco” para lograr la autonomía de Cantabria.

En esos momentos, los consejeros que habían abandonado el Partido Popular deciden formar un nuevo partido con Juan Hormaechea a la cabeza, pese a que este estaba pasando por un momento muy complicado a nivel anímico debido a los últimos acontecimientos.

Cartel de UPCA con Juan Hormaechea como candidato Cartel de UPCA con Juan Hormaechea como candidato

Ahí nace UPCA con apenas unos meses para presentarse a las elecciones del 91. Varios exconsejeros y seguidores de Hormaechea son los encargados de ir pueblo por pueblo haciendo campaña. En esos momentos era prácticamente imposible lograr la mayoría absoluta, pero la figura del expresidente seguía teniendo mucho tirón entre alcaldes y vecinos. La creación de este partido, más allá de un tema identitario, tiene que ver sobre todo con arreglar los problemas de la gente de Cantabria. En esos momentos, Hormaechea tiene gran consideración intelectual por dos políticos: Xabier Arzalluz y Josep Borrell y desde la ‘Noche de El Proyecto’ parece que iba mascullando  la creación de un partido independiente.

La recepción de UPCA por parte de los alcaldes fue muy buena

La recepción de UPCA por parte de los alcaldes fue muy buena, pero desde el Gobierno se les empezó a atacar de cara a la campaña electoral.  La primera presentación de las listas se hizo en La Albericia y luego se llevó a cabo una segunda, con todo cerrado, en el antiguo cine Coliseum, el actual Hotel Silken.

En las elecciones del 91, por primera vez un candidato se presenta a las elecciones municipales y autonómicas a la vez. UPCA se impuso tanto en Santander como en Cantabria, sacando aquí 15 diputados, frente a los 6 del Partido Popular y al mismo tiempo diez concejales en la ciudad. En un principio este pacto parecía imposible, pero entonces apareció la figura de Rodolfo Martín Villa, que fue determinante para llegar a un entendimiento y que fue nombrado negociador. En Madrid, José María Aznar era favorable a llegar a un acuerdo, mientras que Álvarez Cascos e Isabel Tocino no. Para que el pacto pueda seguir adelante, a Hormaechea se le exige disolver UPCA, condición sine qua non para su firma. En un principio, el expresidente iba a volver al Ayuntamiento, propuesta que a él le convencía, pero finalmente el propio Martín Villa les informó de que había habido problemas con los concejales de Santander y que iba a convertirse de nuevo en presidente de Cantabria.

Rodolfo Martín Villa Rodolfo Martín Villa se convirtió en una figura clave del acuerdo entre UPCA y el Partido Popular

A partir de aquí, la actitud de Hormaechea fue muy diferente a la mostrada durante la primera legislatura. Tan solo meses después de ser elegido y cuando él estaba en México, fue procesado por diversos cargos de prevaricación y malversación de fondos públicos. Los consejeros de UPCA y del PP dimitieron en noviembre 1992. Desde entonces la situación dentro del Gobierno se complicó y empezó a buscar culpables de lo que estaba sucediendo por todos lados. El 24 de octubre de 1994, tras el proceso judicial, Hormaechea, tuvo que abandonar el cargo tras ser condenado a seis años de cárcel y catorce de inhabilitación.

Pese a todo, Hormaechea estaba decidido a presentarse como candidato de UPCA a las elecciones autonómicas de 1995. Un día antes de los comicios tuvo que retirarse de la carrera electoral después de que la Sala Segunda del Tribunal Supremo le condenase por un delito de injurias. Esto supuso el fin de Hormaechea como figura dentro de la política autonómica de Cantabria.

Viene de:   [BLOQUE 3 | MESA REDONDA]​ "Hormaechea tenía en mente la creación de un partido nacionalista"
[BLOQUE 03 | ARTÍCULO 09] El PRC llega al gobierno con el fin del cantabrismo de la derecha y el surgimiento del soberanismo cántabro

[BLOQUE 03 | ARTÍCULO 08] “ICU reconoce el derecho de los pueblos a su autodeterminación, incluido el de Cantabria”

[BLOQUE 02 | ARTÍCULO 07] “Cantabria no es Castilla ni lo ha sido nunca”

[TRIBUNA III] | El cantabrismo político y el triunfo de la vía cántabra uniprovincial

[BLOQUE 02 | ARTÍCULO 06] “La reivindicación histórica en favor de Cantabria se constituye por primera vez en proyecto político organizado”

[BLOQUE 02 | ARTÍCULO 05] “Como si la eterna y siempre joven Cantabria nos convocara a despertar”

[BLOQUE 02 | ARTÍCULO 04] “A partir de ahora se hablará mucho menos de Santander o La Montaña y mucho más de Cantabria”

[TRIBUNA II] | Particularismo y regionalismo en los orígenes de la Cantabria contemporánea

[BLOQUE 01 | ARTÍCULO 03] | Un proyecto de Estado cántabro frustrado por la Guerra Civil

[TRIBUNA I] | Una vía propia en la Cantabria del final del Antiguo Régimen y la Ilustración

[BLOQUE 01 | ARTÍCULO 02] | Bajo las quimas de una vieja cajiga

[BLOQUE 01 | ARTÍCULO 01] | “El río Ebro nace en el país de los cántabros”

[PRESENTACIÓN] | “A los que en el pasado consiguieron el reconocimiento de las libertades de Cantabria y a los que luchan y lucharán en el futuro”

“Charlotín (refiriéndose al expresidente José María Aznar) no es de fiar porque solo se...
Comentarios