Disco de Oro con su primer disco, nominación en los Grammy Latinos, colaboraciones con artistas de renombre. ¿Es un sueño hecho realidad?
Desde luego, se ha cumplido un sueño con creces. Con lo conseguido con ‘Once historias y un piano’ (su primer disco) a veces uno se siente realizado, y se puede pensar: ¿qué se puede ambicionar ahora? Pero todo viene de un trabajo bonito y duro, lo que te pone de nuevo con los pies en la tierra. Creo que se mezclan dos sentimientos: calma y serenidad de saber que todo llega con el trabajo, pero alucinado de todo lo que está ocurriendo.
¿La música ha sido su pasión desde pequeño? ¿Quién le inculcó el amor por ella?
No tengo precedentes familiares. No puedo decir que fueran mis padres quienes me iniciaran en la música, nadie en mi familia se dedica a esto.
Más bien, fui el típico niño pesado que quería un piano, pero por dificultades económicas y familiares no podía ser. En mi casa no entraba algo tan grande. En lugar de eso, me compraron una guitarra. Podría haberme aburrido, pero empecé a investigar, a involucrarme más con la música.
Hablemos de su nuevo disco, ‘El mundo y los amantes inocentes’. ¿Diría que es más personal que el primero?
Sí, la madurez y el tiempo para crecer lleva implícito poder ser más personal, mostrarte más como eres en realidad. El éxito conseguido hasta ahora también tiene mucho que ver, te deja más libertad para ser tú mismo.
Una de las letras más reivindicativas del disco es la del tema ‘Tu enemigo’, que canta junto a Juanes. ¿Se inspiró en lo que está ocurriendo con la inmigración en Europa?
En realidad la letra la escribo antes de esta gravísima actualidad, que se concentra en tres temas: Siria, Donald Trump y Colombia.
En la canción transmito una experiencia personal que me ha ocurrido cada vez que viajo a Estados Unidos. He pasado muchas horas encerrado en salas por las políticas de inmigración del país, esperando a que me interrogaran por las sospechas que levanta mi nombre. La rabia de esos momentos es lo que me ha llevado a escribir esta letra.
Con ‘Tu enemigo’ no quiero arreglar el mundo. Creo que para eso se necesita más que una canción. Simplemente quería buscar un desahogo a una situación y una frustración que siento cuando viajo.
¿Cómo ha sido trabajar con nombres como Andrés Saavedra, Kim Fanlo o Max Miglin?
Soy un ‘friki’ de la música, así que ha sido como entrar en Disneylandia. Llegar allí con tus letras y tus maquetas, con tu idea de lo que quieres que sea la canción, y que te pongan con esas armas musicales y con unos tipos que son la ‘Champions League’ de la profesión es increíble.
Pensar que por la mañana grababan con Adele y por la tarde conmigo es un sueño. Al final, lo que une a toda la gente es la música, que se graba con pasión y con humildad. Ahora mismo bailo entre dos sentimientos: las ganas de trabajar como profesional y la pasión del fan que llevo dentro.
¿Cómo surge la colaboración con Juanes?
Fue algo de lo más casual, de la humildad que desprende Juanes en las distancias cortas. Le conocí a través de un amigo, le propuse cantar juntos, me dijo que sí, y salí corriendo a escribir esta canción.
Tenía que crear algo que se ajustara también a su estilo, y por eso pensé en ‘Tu enemigo’. Juanes tiene canciones muy comprometidas, y quería que fuera un tema que dijera algo porque sabía que tendría más repercusión al contar con su colaboración.
¿Hay alguna canción que prefiera de ‘El mundo y los amantes inocentes’?
No, todas son trozos de mi vida, y en cada momento elegiría una. La diferencia entre este disco y el primero es que las letras son de rabiosa actualidad. ‘Once historias y un piano’ contenía temas que había escrito a lo largo de varios años, pero las nuevas canciones hablan de momentos que he vivido recientemente.
Por ejemplo, ‘La séptima mayor’ me acompañaría cada noche, sobre todo en las largas jornadas de las giras; ‘Lo saben mis zapatos’ sonaría cada vez que miro a alguien y pasa algo que no debería pasar, cuando siento algo inesperado.
