martes. 23.04.2024

Los veranos en Cantabria siempre han significado verbenas o ‘fiestas de prao’. Con estas celebraciones las orquestas amenizan a los asistentes una velada llena de música y espectáculo ya típica de una noche de verano en Cantabria. 

Este año es diferente y es que, en esta crisis sanitaria provocada por el COVID-19, las orquestas son grandes perjudicadas en un verano en el que no pueden desempeñar ni su trabajo, ni su pasión: música y baile en directo. Aunque suene triste, las orquestas y las verbenas son las grandes olvidadas y hablamos con algunas de ellas para que cuenten el sentimiento que genera la situación que están viviendo este 2020. 

“Este verano no estamos trabajando nada, para una empresa de producciones artísticas esto significa la ruina total”. Así lo indica De la Fuente Producciones, que lleva trabajando en la realización de eventos en sus múltiples facetas, con artistas nacionales e internacionales, 35 años, y que está inmerso en uno de los sectores más machacados por la llegada del COVID-19, que va a provocar que cuenten con una “facturación cero”, teniendo con ellos más de treinta empleados entre músicos, técnicos y personal. 

“Somos un sector que, aparte de que los políticos tengan mucho desconocimiento de él, estamos abandonados”, lamenta De la Fuente Producciones

Ante este desolador escenario, las medidas que la productora defiende para poder mover el sector cultural es que se conozca a la profesión en principio porque “somos un sector que, aparte de que los políticos tengan mucho desconocimiento de él, estamos abandonados”. En cuanto a esto, otros sectores, como el hostelero o la automoción están siendo respaldados por alguna ayuda pero, “en el nuestro estamos esperando a que nos digan algo y realmente hasta el momento, tras todos estos meses, hemos tenido pocas respuestas”. De esta manera, contrataciones en fiestas como las de Santander o las de Torrelavega, recientemente canceladas, han sido las gotas que han colmado el vaso, “porque ya se sabía que no se iban a hacer”. 

Este año, todo los profesionales de la cultura viven una incertidumbre total porque, como indica con preocupación De la Fuente, “este virus ha venido para quedarse y de momento las autoridades sanitarias las vemos un poco perdidas”. Además, gran parte de la programación que tenían para este año se ha pospuesto al año que viene pero, desde su pensamiento, no tienen tampoco muy claro lo que podría pasar. 

Por todo ello, son muchos los músicos que van a sufrir este año sin poder dar su recital de música y baile. Este es el caso de la Orquesta Anaconda, que tiene su sede en Cantabria y realiza giras por toda España. Para ellos, es una incertidumbre todo lo que vendrá y actualmente no tienen ninguna actividad. “La mayoría de los pueblos han cancelado sus fiestas, son pocos los municipios que se animan a seguir”, explica esta orquesta, cuyos integrantes se sienten motivados y con ganas de salir a tocar pronto y “dar un poco de alegría a toda la gente que lo está pasando mal con esta pandemia.”

Cartel de la orquesta AnacondaCartel de la orquesta Anaconda​

Como coinciden varios músicos, el sector de espectáculos y conciertos es “el más afectado con diferencia por el COVID-19, ya que fuimos los primeros en suspender nuestras actividades y seremos los últimos en retomar todo”, lamentan. Ante esta situación, el suyo es “un grupo al que se le está ayudando poco y con muchas restricciones para los eventos masivos”, explican desde su experiencia. 

Anaconda ve clave que todas las actuaciones suspendidas fuesen reprogramadas para un futuro próximo

Entre las medidas que plantean para poder impulsar la música tras esta crisis, Anaconda ve clave que todas las actuaciones suspendidas fuesen reprogramadas para un futuro próximo, “algo que haría llegar la ‘nueva normalidad’ a nuestro sector”. Lamentan que este año se presentaba “prometedor, con muchas actuaciones por el panorama nacional y con un gran espectáculo musical y visual que todavía no han podido estrenar, aunque desean hacerlo con ganas para toda la gente con las medidas de seguridad establecidas para garantizar la tranquilidad y el buen funcionamiento de la profesión. 

La Resistencia es otra de las orquestas que pisa Cantabria, y el panorama nacional, y que está viviendo también un duro año, “un verano muy difícil para las orquestas porque estamos sin trabajo, sin ayudas y con la incertidumbre de no saber qué pasará con nosotros”, indican.  

“En el confinamiento los músicos hemos estado ayudando, haciendo los días más llevaderos, pero cuando todo terminó nadie se acordó de nosotros"

Durante el confinamiento, muchos grupos musicales amenizaron el encierro en casa a distancia mediante vídeos y colaboraciones con otros artistas para, así, no dejar a la gente sin música en momentos tan duros. De todo esto se acuerda uno de los componentes de La Resistencia, y reivindica que “en el confinamiento los músicos hemos estado ayudando, cantando, tocando instrumentos, es decir, haciendo los días más llevaderos a todo el mundo”, algo que podía verse todos los días en redes sociales, pero más allá de todo eso, “cuando todo terminó nadie se acordó de nosotros, nadie se acuerda a día de hoy, se anularon los conciertos y ahora de qué vivimos nosotros si no nos dejan ejercer nuestro trabajo”, se pregunta esta orquesta que, como otras tantas, no puede realizar su labor. 

Ante esto, algo en lo que todo el sector coincide es que no están recibiendo ayudas y denuncian que “la música es una profesión como otra cualquiera y es imprescindible, más en estos tiempos en los que se necesita alegría y diversión, pero controlada”, matiza. Con medidas de seguridad y prevención “todo se puede” y lo que pide ese sector es volver a su trabajo y que, como indica La Resistencia, “el dinero previsto para festejos se destine a los artistas y eventos” porque, “de la misma manera que se puede ir a centros comerciales, terrazas o playas, con medidas de seguridad se pueden hacer eventos”.

Con la incertidumbre asentándose en esta profesión, muchos de los artistas, como Fonso Blanco, componente de La Resistencia, han tenido que reinventarse y salir a cantar en solitario para no perder su trabajo y su pasión. Por esta parte, esto es, como indica Fonso, gracias a algunos establecimientos y ayuntamientos que sí han apostado por la cultura con medidas de seguridad. Eso sí, este año, La Resistencia, como otras orquestas, “por desgracia no contamos con tener ninguna actuación pero esperamos que las que teníamos podamos hacerlas el año que viene”, matiza. 

“Un tiempo congelado”, eso es lo que están viviendo los componentes de La Rebelión, una orquesta creada antes del COVID-19 y que no ha tenido ocasión, todavía, de darse a conocer al público, como estaba previsto para marzo, poco antes de decretarse el Estado de Alarma. 

CREATOR: gd-jpeg v1.0 (using IJG JPEG v62), quality = 85Cartel del grupo La Rebelión

Aunque La Rebelión se presenta como orquesta nueva, sus componentes han tenido que buscarse la vida, y Ángela, una de las artista, siente que para su pasión “no hay verano”. “Yo, por ejemplo, combino la música con mi trabajo en una agencia de marketing y estoy viviendo un verano que no vivía hace 10 años, donde estoy pasando tiempo con mi familia y amigos y creo que también es una pausa para reflexionar, coger aire y volver con más fuerza”, confía la cantante. 

“Las playas están llenas, pero no puede haber verbenas", reivindica La Rebelión

“La música es una de las hijas peor paradas de esta pandemia”, reivindica La Rebelión que, como todos sus compañeros de profesión, coinciden en que “las playas están llenas, pero no puede haber verbenas, algo que se está debatiendo en la calle todos los días. Lo que sí agradece es que pequeños hosteleros están brindando espacios para “poder hacer lo que más nos gusta y, así, alegrar y divertir a la gente”. “No tenemos más ayudas que esas”, matiza sobre este tema la orquesta. 

La Rebelión indica que con aforos limitados y demás medidas de seguridad “podrían estar celebrándose verbenas desde inicios de verano”, pero en cambio no se está haciendo así y por ello, las orquestas y verbenas son las grandes olvidadas. 

Para La Rebelión ha sido un golpe duro porque no han podido ni presentarse como grupo. “Estábamos nerviosos, ilusionados, preparando coreografías, las voces, el vestuario, con un espectáculo que lleva muchas horas de ensayo, muchos dolores de cabeza, de piernas, de brazos... pero de repente tuvimos que frenar en seco”. Esta orquesta prematura no ve viable el despegue, pero confían en que las medidas cambien. 
 

Orquestas y verbenas, las grandes olvidadas de este verano
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