jueves. 25.04.2024

Nacido en Santoña en 1969, Pedro Hernando es Licenciado en Derecho por la Universidad de Cantabria y diplomado en Estudios Avanzados en Derecho Público, Financiero, Administrativo, Fiscal y Derechos Fundamentales. Su carrera como profesor universitario comienza en 1992, y actualmente es diputado y portavoz del Grupo Parlamentario Regionalista. Considera que el Estatuto de Autonomía debe ser reformado, pero dada la coyuntura política no es el momento, y aboga porque los grandes partidos busquen el consenso en el 80% de lo que defienden para empezar a trabajar y conformar un Gobierno.

Se ha reducido el número de diputados a 35, pero hay más partidos. ¿Cree que esto facilita la labor política?

Esta legislatura es un ejemplo claro de participación democrática. Los ciudadanos nos lo han dicho claramente, no querían un Parlamento de mayorías absolutas. Nos han dado un Parlamento atomizado desde el inicio, con diferentes planteamientos ideológicos, y una instrucción clara: aprendan a trabajar, a dialogar y a buscar lo que más nos beneficia a los cántabros.

Esa es la labor de los diputados, y hasta el momento creo que los partidos que apoyamos al Gobierno hemos hecho ese trabajo. Conseguir ser una de las comunidades autónomas de España que, sin mayorías, tiene el presupuesto aprobado el 1 de enero, es cumplir el objetivo que nos pusieron los ciudadanos, al menos hasta ahora.

La pluralidad que refleja el Parlamento regional no se corresponde con lo que ha ocurrido a nivel nacional. ¿A qué cree que se debe?

La situación de Cantabria en las elecciones generales es especial porque el papel del PRC, que no concurre a esas elecciones, altera cualquier imagen fija que se quiera hacer en la región. Los resultados no son extrapolables, pero sí marcan una tendencia: el PP ha seguido bajando y los postulados de los partidos progresistas han ido subiendo. En ese sentido, confirman que la decisión del PRC de llegar a un acuerdo de Gobierno con el PSOE y de firmar un acuerdo de gobernabilidad con Podemos fue la correcta. Supo interpretar ese mandato ciudadano.

El presupuesto del Parlamento se ha incrementado casi un 7% hasta los 7,4 millones de euros, pero las pensiones solo han subido un 0,25%. ¿Los políticos no están un poco alejados de la realidad?

El sueldo de los funcionarios se ha incrementado un 1%, el de los pensionistas, que ahora sustentan a muchas familias que no llegan a fin de mes, muy a mi pesar no llega a ese 1%. Todos los diputados de Cantabria tienen una congelación de su sueldo, y esa es la situación. No se debe hacer demagogia con el sueldo de los políticos. Creo que somos responsables.

Evidentemente se ha incrementado porque somos más grupos. Hay más necesidades y la participación de todos esos grupos tiene que contar con medios para que las nuevas fuerzas puedan tener la posibilidad de hacer bien su trabajo. Pero también se ha incrementado otros servicios que en legislaturas pasadas se trataron, en mi opinión, de forma escandalosa. Estamos hablando de personas en el servicio de limpieza o de seguridad a las que se contrataba por dos horas. Había que dignificar a todo ese personal, y eso al final cuesta algo más de dinero.

El Parlamento de Cantabria, al igual que el Gobierno, es uno de los más austeros de España, y queremos seguir siéndolo.

Los indicadores señalan que el Parlamento regional es el más transparente de España, pero todavía quedan reformas por hacer. ¿Le parece una prioridad?

La transparencia es una prioridad siempre. He de decir que los diputados, igual que el resto de cargos públicos, deben ser transparentes ante los ciudadanos en sus actividades y en sus ingresos para evitar las situaciones que se están dando en la vida política española de corrupción y falta de confianza.

Creo que es necesario cambiar el reglamento del Parlamento para posibilitar que se puedan incorporar nuevos documentos a esa transparencia. Es el momento de que los políticos hagamos ese plus de cara los ciudadanos para ganarnos su confianza. Nadie tiene porqué ocultar los sueldos, que están en el BOC, y con unas pautas generales se puede saber que cuando terminamos nuestra actividad política tenemos el patrimonio de cualquier otro ciudadano que gana ese dinero.

He de decir que las declaraciones de bienes de políticos de más de 50 años que indican que en la cuenta bancaria tienen 2.800 euros no me dan excesiva confianza. No sé si a una persona que lleva más de 30 años trabajando y ha conseguido ahorrar 2.800 euros, sin piso en propiedad, le dejaría mi dinero para que lo gestionara. Tenemos que ser un poco serios y rigurosos.

Los economistas y las entidades bancarias aconsejan 18 meses de política slow para mantener las políticas. En este sentido, ¿cómo ve la conformación del Congreso? ¿Cree que lograremos un Gobierno estable o estamos abocados a nuevas elecciones?

No me gusta hacer vaticinios, pero sí creo que las elecciones generales han dicho a los partidos que los ciudadanos no quieren mayorías absolutas, que no han sido buenas. Póngase de acuerdo, dialoguen, no fijen líneas que sean obstáculos y hagan algo que personalmente creo que existe en la conciencia de la sociedad pero que no acabo de ver en la clase política: ponerse de acuerdo en el 80% de las cosas en las que sí están de acuerdo, y que son las más importantes, y dejen el 20% restante para el final.

Esto es algo básico que se enseña el primer día, y tengo la percepción de que nuestros políticos se han saltado la clase. El acuerdo y el diálogo en un parlamento tan desestructurado como el actual, con tantas fuerzas políticas y que es un reflejo de la sociedad, es muy importante que exista esa iniciativa.

Los ciudadanos no verían razonable unas nuevas elecciones sin una opción clara de que fueran a dar un resultado sustancialmente diferente del actual, primero porque nos van a costar casi 200 millones de euros, la mitad de lo que cuesta el tren a Cantabria. Que se olviden de nuevas elecciones y nos manden ese dinero. Que nadie olvide que salga quien salga como líder del Gobierno, las reivindicaciones de la región van a estar allí el primer día.

¿No le parece que los políticos de este país, sobre todo a nivel nacional, no están acostumbrados a hacer una política de negociación y diálogo?

Los políticos o cambian o se van. No puedo ser más claro. Y no es una cuestión de edad o de años en política, sino de actitud, de comprender que la situación ha cambiado. Revilla es un ejemplo. Lleva muchos años en política y ha demostrado su capacidad de pacto y de diálogo hasta el punto de que ha gobernado en Cantabria siempre con gobiernos pactistas, estando en minoría y llegando a acuerdos.

Las nuevas maneras de hacer política pasan por el diálogo y la negociación, y por hacernos a la idea de que las mayorías absolutas no son buenas. Los últimos cuatro años lo han demostrado en Cantabria, con una mayoría absoluta en España y en la región del mismo color político. Una situación en teoría ideal para que Cantabria hubiese tenido todo lo que hubiera necesitado, pero cuya realidad por desgracia no tengo que explicársela a los ciudadanos.

Es bueno que los partidos se acostumbren a pactar y que el Gobierno se acostumbre a que alguna vez tiene que perder en el Parlamento. Los ciudadanos representan opiniones, y hay que escucharlas y tenerlas en cuenta.

Con lo que está ocurriendo en Cataluña muchas comunidades están aprovechando para modificar sus estatutos y mejorarlos. Solo Cantabria y Madrid no lo han hecho. ¿Cree que es necesaria alguna reforma?

Creo que hay que debemos estar muy contentos de celebrar el XXXIV aniversario del Estatuto de Autonomía, y creo que hay que tomar iniciativas para sacarlo a la calle. Desde el PRC puedo garantizar que vamos a hacer bastantes cosas en esta legislatura para llevarlo a todos los rincones de Cantabria.

En segundo lugar, nadie debe olvidar que el Estatuto de Autonomía es una Ley Orgánica y que lo aprueban las Cortes Generales. Por tanto, cualquier reforma del Estatuto no solo pasa porque lo apruebe el Parlamento de Cantabria, sino porque lo aprueben el Congreso y el Senado. Tenemos que ser responsables y no abrir aventuras que no conducen a ninguna parte. Debemos trabajar más en lo verdaderamente importante, en los problemas de los ciudadanos.

Eso no quiere decir que no haya cosas en el Estatuto de Autonomía que no se puedan mejorar. Hay reformas que hay que acometer, pero dada la situación política nacional no creo que sea urgente. Alguien puede decir que es necesario quitar el fuero a los diputados, y para eso es necesaria una modificación. Yo soy el primero que lo apoya, pero ese proceso, que comienza en el Parlamento y debe pasar por Congreso y Senado, no tiene tanta urgencia como que el Parlamento controle e impulse la actuación del Gobierno en materia de industria.

Es mucho más importante que se analice la situación de Sniace, que se impulse la Oficina de Mediación Hipotecaria para que funcione bien, que el Gobierno hable de los incendios, que analicemos si se puede mejorar el precio de la leche o que impulsemos el turismo de las cuevas. Y es más importante porque repercute directamente en los ciudadanos.

¿Estas son las iniciativas que el PRC va a defender de forma inmediata?

En esta legislatura y con este presupuesto, que no es el que nos hubiera gustado pero es el que tenemos, lo primero es lo urgente: las personas. La sanidad, la educación, las situaciones de emergencia social, la pobreza que viven 160.000 personas en la región. Eso es lo urgente.

Después de lo urgente, lo importante: la industria, el empleo, el turismo y el desarrollo rural como motores del cambio de modelo productivo de Cantabria.

Por último, lo deseable, que son otras medidas que nos gustaría ir implementando poco a poco. En el momento que podamos empezar a dedicar esfuerzos a lo importante, que yo creo que será en el próximo presupuesto, veremos cómo lo urgente irá reduciéndose. Cuando logremos crear empleo de calidad, no contratos de un día o de dos horas como ha generado esta reforma laboral, y logremos que no haya trabajadores pobres, podremos destinar menos dinero a servicios sociales y más a otros temas como la reducción de la deuda y aminorar el presupuesto para que haya más capacidad en la inversión privada.

Hay que ser razonablemente optimistas para los próximos años. Cantabria tiene potencial suficiente para hacerlo. Los datos industriales van a ser mejores que lo del año pasado, fundamentalmente porque fueron horribles, y los datos comerciales y turísticos pueden ser buenos. Y me gustaría que los datos del paro nos permitieran pensar que 2017 va a ser un buen año.

“Es el momento de que los políticos hagamos ese plus de transparencia de cara los...
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