viernes. 19.04.2024

No nos pilla de sorpresa la noticia de que Pablo Criado ha finalizado segundo en las 100 millas de la Yukon Arctic Ultra, cuando se es seguidor de las aventuras de este ultrafondista cántabro, que de haber nacido en el vecino Euskadi probablemente sería ya una leyenda. Pero claro, aquí en Cantabria somos muy especiales para esas cosas de elevar a los altares a los de casa, incluso cuando se gana el oro olímpico, y más aún cuando se trata de deportes minoritarios como el trail.

Pero volvamos a lo que nos ocupa, que no es otra cosa que la fantástica noticia de que el Sr. Criado ha culminado con éxito y en un gran segundo puesto la Yukon Arctic Ultra, uno de sus grandes objetivos para este año. Formaba parte de su particular reto de completar las Five Legends, un circuito de carreras de mega-ultraresistencia del que también formaban parte la Transpyrenea (900 km.), la Spine Race de Escocia (430 km.), el Tor des Géants (330 km.), y la Transomania (300km.). El circuito no llegó a ser realidad por la suspensión de dos de sus carreras, la Transpyrenea que, aún suspendida, Criado realizó el verano pasado con su propia logística familiar, y la ultra de Oman que de momento ha quedado suspendida sine día. Las otras tres pruebas ya han sido completadas por este ultrafondista que parece no encontrar sus límites.

El ultrafondista cántabro Pablo Criado tras la Yukon Arctic Ultra | Foto: Tony Gonda El ultrafondista cántabro Pablo Criado tras la Yukon Arctic Ultra | Foto: Tony Gonda

Antes de comenzar mi conversación con él, meto mi mano en el congelador (-15 grados aprox.) simplemente para percibir una mínima sensación de lo que podría ser estar 31 horas corriendo a temperaturas que oscilaron entre los -20 y los -35 grados, sin duda un entorno extremo en el que la fauna capaz de sobrevivir es escasa y beligerante, un medio en el que la supervivencia es la razón de cada día.

Criado ha culminado con éxito y en un gran segundo puesto la Yukon Arctic Ultra, uno de sus grandes objetivos para este año, ya que formaba parte de su particular reto de completar las Five Legends

Con lo bien que se está tomando unas cañas con los amigos, ¿De dónde te surge esa inagotable locura de intentar romper cada vez nuevos límites?

Se trata de un estilo de vida. Me gusta viajar y cada carrera es la disculpa para descubrir nuevos sitios. En este caso era una gran ocasión para descubrir un sitio muy salvaje y buscar una verdadera aventura. No es solo una carrera más o menos dura, más o menos larga, sino una auténtica experiencia en la que explorar hasta donde soy capaz de funcionar con el frío y ver cómo soy capaz de manejar determinadas situaciones.

Has regresado sano y salvo, pero, ¿en algún momento tuviste problemas físicos que pusieran en riesgo alcanzar la meta?  Concretamente ¿Tuviste en algún momento riesgo de congelación en alguna parte del cuerpo?

He regresado bien dentro de lo que puede considerarse normal después de hacer una carrera de 166 km. Una tendinitis en una muñeca por apoyarme excesivamente en la correa del bastón, y una rodilla tocada (pata de ganso). El dolor en la rodilla comenzó prácticamente a mitad de carrera, lo que me impidió correr casi los últimos 70 km. pero de forma muy acusada los últimos 30, donde tuve que tirar de cabeza para poder acabar, siendo consciente de que parar supondría hacer un vivac y probablemente requerir de la evacuación por parte de la Organización, y muchas horas de espera. Por ello intenté ser fuerte de cabeza y seguir adelante aún con un cierto bloqueo en la rodilla izquierda.

"Yukon Arctic no es solo una carrera más o menos dura, más o menos larga, sino una auténtica experiencia en la que explorar hasta donde soy capaz de funcionar con el frío y ver cómo soy capaz de manejar determinadas situaciones", dice Criado

La congelación de alguna parte del cuerpo no ha sido mi principal problema, y durante toda la carrera he conseguido mantener una buena temperatura corporal. La organización disponía de 2 puntos de control donde además de ofrecerte comida caliente te hacen un control físico de píes, manos, temperatura corporal y estado físico general. En todo momento estuve bien en ese aspecto.

En este instante quien siente síntomas de congelación soy yo en mi mano. ¡Joder cómo duele el frío! Dos preguntas y tres minutos han sido suficientes para sacar la mano a toda prisa, ponerla a calentar y pensar en la tremenda sensación de soportar durante varios días un montón de estalactitas en la cara. Esto no va ya de correr largas distancias, ni siquiera de superar tremendos desniveles, esto va de mucho más, de supervivencia pura y dura.

En comparación con otras ultras “normales” de dificultad extrema ¿cómo valoras la dificultad de la Yukon?

No definiría la Yukon como una carrera, sino como una aventura. Para empezar lleva implícito un riesgo importante para la salud y la vida. En ninguna otra ultra te hacen firmar un documento en el que aceptas que puedes morir por la práctica deportiva en un entorno tan hostil y a temperaturas tan extremadamente bajas. El riesgo es real y ha habido numerosos casos de participantes que se han visto sometidos a amputaciones de dedos de píes o manos por congelación.

Para mi es algo muy diferente al resto de carreras de ultra fondo, no puedes venir aquí simplemente porque seas un gran corredor de ultras. Hay que tener experiencia y conceptos básicos de supervivencia en medio extremo. La mayoría de los abandonos se producen precisamente no por ser malos corredores o tener mala preparación para ultras, sino por esta falta de habilidades que te impiden superar situaciones muy difíciles y te provocan ataques de pánico o el llamado “cold estrés”, en que eres incapaz de calentarte por los propios nervios, y a medida que aumenta la sensación de frío disminuye la capacidad física, cognitiva y psicomotriz.

Algo significativo de que esta prueba tiene más perfil de experiencia y aventura que de carrera es que si bien se registran el orden y tiempos de llegada no se hacen podios de carrera, sino que todos reciben la misma medalla de finisher como símbolo de superación del reto. Acabarla y sobrevivir es el objetivo.

El ultrafondista cántabro Pablo Criado durante la Yukon Arctic Ultra | Foto: Tony Gonda El ultrafondista cántabro durante la Yukon Arctic Ultra | Foto: Pablo Criado

Después de sacar la mano del congelador, contemplo la comida que hay allí, y enseguida se me viene a la cabeza, como se puede gestionar la hidratación y la nutrición en un ambiente tan hostil en el que se te congela hasta el aliento. No será fácil mantener los líquidos y sólidos en situación de poder consumirlos de forma amable, una dificultad añadida para los participantes. Pablo se muestra agradecido a su nutricionista Clara Sánchez y a su sponsor Keepgoing, por ayudarle a  planificar una estrategia nutricional muy detallada para abordar una de las cuestiones más difíciles de esta carrera, la alimentación en autosuficiencia.

Con estas temperaturas tan bajas el gasto energético se dispara y es necesario comer y beber muy a menudo para mantener la temperatura corporal. Sobre una previsión de entre 30 y 36 horas de esfuerzo físico ininterrumpido, se calculó la ingesta necesaria cada hora, combinando geles y barritas keepgoing con alimentos más grasos como frutos secos, arándanos deshidratados recubiertos de chocolate o cereales también recubiertos de chocolate. En las previsiones se incorporaban las dos comidas calientes que ofrecía la organización hacia las 6 y 18 horas. Para hidratación llevaba un camel back de 2 litros en el interior de la ropa, separado del cuerpo solo por la camiseta de merino y cubierto por tres capas para que no se congelara. Además tres termos en el trineo, 2 de agua caliente y otro de una mezcla de bebida isotónica con proteínas y sales (alimento liquido).Aún así las cosas se congelan. En keppgoing ya habían probado el tema de congelación sometiendo el producto a -20 grados, pero a -35 la cosa cambia, y la textura del gel comienza solidificarse aunque aún en forma pastosa se puede tomar. Los cereales recubiertos de chocolate había que chuparlos un poco para calentarlos y deshacer el chocolate, pero con paciencia también se podían comer.

En toda carrera siempre hay un momento en el que te planteas: ¿Qué cojones hago aquí? y ¡joder lo que me queda aún! En la Yukon Arctic sin duda tiene que haber momentos malos o muy malos. ¿Hubo momentos de pensamientos negativos? ¿Pensaste en mandarlo todo a la mierda y tomarte un chocolate caliente con churros?

No definiría la Yukon como una carrera, sino como una aventura. Para empezar lleva implícito un riesgo importante para la salud y la vida. En ninguna otra ultra te hacen firmar un documento en el que aceptas que puedes morir por la práctica deportiva en un entorno tan hostil y a temperaturas tan extremadamente bajas

Siempre hay momentos negativos, si bien cada vez tenemos más experiencia para superar los estados de crisis y el estrés que provoca la dificultad severa. Resulta curioso que el mejor aliciente para evitar el abandono sea la propia dificultad del mismo. En la Yukon solamente hay dos puntos de evacuación cómodos en los km 30 y 50. Pero justo es el tramo donde mejor te encuentras. Después te tocará pulsar el botón de emergencia, hacer vivac y esperar a que te recojan en moto de nieve, trayecto igualmente poco agradable por el frío. En mi caso el momento peor fue en el km. 100 en el que el dolor de la rodilla se mostraba insoportable. Tome un par de antinflamatorios líquidos y casi congelados. La falta de sueño, unido al frío me provocó una especie de ligeras alucinaciones, y durante un buen trayecto tuve que ir discutiendo conmigo mismo, cantando en alto, y dándome ánimos en voz alta, consciente de que si paraba, la aventura se habría terminado sin llegar a meta.

El ultrafondista cántabro Pablo Criado, durante la Yukon Arctic Ultra | Foto: Tony Gonda El ultrafondista cántabro Pablo Criado, durante la Yukon Arctic Ultra | Foto: Tony Gonda

La satisfacción de haber cumplido el reto ni se pregunta, infinita, pero ¿cómo valorarías la carrera como experiencia en su conjunto, como experiencia de vida? ¿qué fue lo que mejor sabor de boca te ha dejado de la experiencia?

Este tipo de experiencias te sirven para dar bocados a la vida. Me ayuda a disfrutar de la vida y también a valorar las cosas cotidianas que tenemos como la familia, amigos. Lo necesito para disfrutar de la vida a tope, porque necesito vivir la vida y no que me la cuenten.

La Yukon ha sido una experiencia vital total y absoluta, con cosas buenas, muy buenas y malas también. Lo mejor sin duda ha sido haber llegado a meta superando todas las dificultades. Satisfacción por comprobar que he podido hacerlo mejor  de lo que esperaba, aunque los problemas físicos me hayan impedido hacerlo aún mejor. Saber que se puede mejorar mucho, porque he aprendido que se puede ir seguro con menos material, más ligero y por tanto más competitivo. Pero para ser una primera vez y en modo aprendizaje, estoy muy satisfecho.

¿Volverías?

Por el gusto que me ha dejado sí. Otra cuestión es que puedan darse las condiciones adecuadas. Es una carrera que solo te puedes plantear hacer si en el mes de diciembre estás perfecto y vas en las condiciones óptimas para que todo fluya. De otro modo la experiencia se puede convertir en un mal trago, por lo que es preferible renunciar que arriesgar la salud.

Despedimos aquí la conversación con este súper atleta, amable, simpático y de fácil comunicación, aunque seguiremos atentos al que sin duda será en un futuro cercano un nuevo y exigente reto. Porque aquellos que llevan debajo de la piel la necesidad de ponerse al límite para sentir el aliento de la vida, nunca abandonan el espíritu que les lleva a romper cada vez un nuevas fronteras.
 

Pablo Criado vence su batalla contra el frío extremo en la Yukon Arctic Ultra
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