jueves. 28.03.2024

La industria del cine y las series ha dado un vuelco con la crisis del coronavirus. Las producciones han estado más de tres meses paradas, por lo que se ha paralizado una maquinaria tan potente como la audiovisual. 

En el caso de los cines, su reapertura llegó en la segunda fase a mediados del mes de mayo. De esta forma, aquellas comunidades que pudieron avanzar en la desescalada fueron las primeras que tuvieron la posibilidad de abrir las salas de cine, aunque solo unas pocas lo hicieron. Además, la Federación de Cines de España cuenta con un protocolo muy estricto para preservar la salud de los ciudadanos.

Nacho Solana es director freelance desde 2010. Además de haber estado dedicándose a la docencia en el área audiovisual durante los últimos cuatro años, ha hecho publicidad para alguna marca y ha realizado una serie para el Canal Historia que tuvo una gran acogida. Pero sobre todo, Nacho es director de cortometrajes y productor de contenidos audiovisuales. Su éxito más reciente es su cortometraje Escalada, que en 2019 recorrió más de 40 selecciones a diferentes festivales nacionales e internacionales en su primer año de distribución. Actualmente va a grabar un nuevo cortometraje, No hay fantasmas, que irá ligado a Eco, un largometraje en el que está trabajando con su guionista.

“La producción ha bajado pero el consumo ha crecido”

El Covid-19 ha cambiado la sociedad tal y como la conocemos. La forma de ver la vida se ha envuelto en una cortina de miedo y desesperación que ha traído consigo la pandemia del coronavirus. ¿Cómo ha afectado esta crisis al mundo audiovisual?

Ha afectado de forma más fuerte sobre todo a la producción. Es decir, los rodajes se han parado en seco y ahora mismo se están reanudando con una pequeña incertidumbre de saber cómo van a ser. Parece que se van a acabar haciendo con normalidad antes de que acabe el verano.

Pero estos meses no se ha rodado prácticamente nada, sobre todo de publicidad, y eso nosotros como consumidores no nos damos cuenta, pero el ciclo de consumo de la publicidad y de las series es muy corto. Si estás tres meses sin grabar te puedes quedar sin contenido. En paralelo, el consumo ha crecido. La producción ha bajado pero el consumo ha crecido. Todo el mundo ha estado viendo series y películas en su casa. Las plataformas, incluso, han tenido que bajar la cantidad de datos que ofrecían.

Como has comentado, durante el confinamiento hemos podido acceder a múltiples contenidos audiovisuales a través de plataformas como Netflix, que aumentó el número de suscripciones, HBO, Filmin… ¿Estas plataformas pueden acabar provocando la desaparición de las salas de cine tal y como las conocemos?

No lo sé. Hace muchos años que se lleva hablando de esto. Desde luego, cada vez cobran más músculo las plataformas. Yo sospecho que seguirán existiendo salas de cine, aunque sin grandes estrenos como las películas de Marvel, por ejemplo. Las salas de cine acabarán siendo más como museos, van a ser para cinéfilos, mientras que las pantallas serán para consumo muy masivo. Pero de momento, no lo sabemos.

De momento este verano vamos a volver al cine y va a estrenar una película Christopher Nolan, Tenet, y todo el mundo va a estar allí.

Los cines han sufrido por la crisis económica derivada de la crisis sanitaria que se produjo con la llegada del coronavirus en España. Aunque algunos de ellos están comenzando a abrir sus puertas de nuevo, las condiciones de apertura son muy estrictas. En Santander, por ejemplo, aún no ha abierto ninguna sala de cine a excepción de la Filmoteca de Cantabria. ¿Qué ocurrirá con las salas más pequeñas que vivían del día a día?

Pues también es una incertidumbre. En realidad, el Centro Botín, por ejemplo, ya está proyectando alguna película. Esto afecta mucho a los cines Groucho, aunque no sé si por las prohibiciones que puedan tener las salas vayan a tener muchos problemas con su aforo. El problema que tienen las salas es adaptarse a las condiciones que ponga Sanidad. De hecho, la Filmoteca solo está haciendo un pase de tres porque para ellos es inviable hacer más. Me imagino que las grandes cadenas se conseguirán adaptar, pero las pequeñas lo pasarán peor.

En 2019, tu cortometraje Escalada recorrió más de 40 selecciones a diferentes festivales nacionales e internacionales en su primer año de distribución. ¿Estás trabajando en nuevos proyectos? ¿Qué ideas de futuro tienes?

Estoy trabajando en un cortometraje que se llama No hay fantasmas, que es una historia de fantasmas pero sin fantasmas. Es decir, juega con el género del terror, pero al final no hay espíritus. Es un proyecto que he desarrollado con el guionista con el que estoy desarrollando un largometraje que se llama Eco

En realidad, el cortometraje y el largometraje van un poco de la mano. No es que sea una continuación ni un resumen, pero digamos que ambos suceden en el mismo universo.

“Para mí esto es un poco comparable al 11S a nivel social”

Los abrazos, los besos, e incluso las caricias son gestos tan simples y tan humanos que antes los repartíamos sin darnos cuenta de que algún día se acabarían. ¿Estas muestras de cariño seguirán estando presentes en los guiones?

Yo creo que sí. Yo creo que el cine tiene la función de generarnos universos paralelos al nuestro, que se parecen mucho al nuestro, pero que no son exactamente igual. Generalmente, salvo algunos dramas, tienden a edulcorar, a hacer más amable el mundo en que vivimos. Yo creo que la gente va a querer ver películas donde la gente se pueda abrazar, mientras no podamos abrazarnos nosotros. A mí me cuesta creer que el cine, que las historias, vayan a olvidarse del contacto humano.

El mundo audiovisual ha cambiado a lo largo de los años. Ha pasado del blanco y negro, al color, del silencio al sonido, de las expresiones más exageradas del expresionismo alemán al realismo más puro … ¿Puede venir una corriente cinematográfica nueva en una era post covid?

No sé si a nivel formal, pero quizá a nivel narrativo sí. El lenguaje evoluciona mucho y ahora mismo estamos en una etapa con una riqueza de texturas muy grande. Tenemos películas sobre todo del cine de autor que buscan un realismo lo más cercano al mundo en el que vivimos posible, pero también tenemos mucho cine hiperestilizado. El lenguaje se seguirá estilizando. No sé si el Covid-19 será un detonante para cambiar el lenguaje. Lo que está claro es que las historias sí van a cambiar. Hay historias que ya no van a tener cabida y otras nuevas que van a aparecer. 

Para mí esto es un poco comparable al 11S a nivel social, a nivel de impacto en las historias que va a contar luego la gente. Se produjo un cambio. Después del 11S todos los malos de las películas eran terroristas, normalmente terroristas islámicos. Y la levedad del drama se encrudeció a partir de 2001. Yo que ya era cinéfilo entonces lo noté, y yo creo que con el coronavirus puede pasar algo similar, el miedo al caos social puede afectar a las historias de alguna forma. 

Tengo una teoría también y es que creo que las películas de zombies van a cambiar mucho. Creo que van a ser muy distintas. Estas películas estaban ahí un poco para reflejar nuestro miedo al desorden social, y ahora que hemos conocido cierto desorden social van a cambiar, no van a ser las mismas. 

El Gobierno propuso una serie de ayudas a la Cultura de 76,4 millones de euros. ¿Esta propuesta será suficiente para comenzar a producir nuevas series y películas? ¿Podrá reactivarse de nuevo el mercado audiovisual?

No conozco del todo bien la ayuda porque no me he acogido a ella. Imagino que los principales beneficiarios son todos los técnicos que participan en rodajes y que durante cuatro meses no han podido ingresar nada. Estoy hablando de atrezzistas, de auxiliares de cámara y de toda la gente que hace posible la cultura. Desde luego, una ayuda de ese tipo lo que permite es que vuelva a funcionar una maquinaria que de pronto se ha parado en seco. Y espero que esto sirva para que el arranque de esta maquinaria sea más sencillo. Yo creo que la ayuda no ha apoyado directamente a producciones concretas, pero sí ha sido una ayuda para que los técnicos puedan seguir viviendo, me parece genial.

"Las salas de cine acabarán siendo más como museos"
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