jueves. 28.03.2024

El pasado "azul" y húmedo de Marte, y la posibilidad de que hubiera vida en su superficie, es uno de los objetivos de la primera misión del programa ExoMars, de la Agencia Espacial Europea (ESA), que partirá hacia Marte este lunes.

La misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA), es la primera europea con destino a la superficie de Marte. Cuenta con la colaboración de Roscosmos, la agencia espacial rusa. Ambos organismos intentarán resolver la vieja pregunta de si hubo alguna vez vida en el planeta rojo.

Integrada por dos partes: el orbitador TGO (Trace Gas Orbiter) y el módulo de descenso Schiaparelli, la misión es una de las más complejas y ambiciosas puestas en marcha por la ESA. "Es una misión impresionante, única, que pone a Europa dentro del esquema de exploración global de Marte", afirma Álvaro Giménez, director de Ciencia de la agencia.

Según ha explicado la ESA, la primera parte de ExoMars despegará desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán) a bordo de un cohete Protón, y está previsto que llegue a su destino el próximo mes de octubre. Su primera tarea allí será "dejar caer" el EDM, apodado Schiaparelli, sobre la superficie, tres días antes de alcanzar la atmósfera marciana, y estudiar su descenso.

El aspecto de demostración de tecnología lo realizará el módulo Schiaparelli, durante los seis minutos que dure su descenso a la superficie, pero TGO también incluye algo que una misión de la ESA hará por primera vez, como es utilizar la técnica del aerofrenado para alcanzar su órbita científica alrededor de Marte, a una altitud de 400 kilómetros sobre su superficie.

Una vez que la sonda esté en esa órbita, comenzará su fase de ciencia, que durará un año marciano (687 días terrestres), y que está orientada a caracterizar la atmósfera del planeta y a buscar respuestas a la pregunta de si llegó a haber vida en el pasado de Marte.

Hace 3.500 millones de años, había agua líquida en la superficie de Marte y, posiblemente, vida también


El aspecto tecnológico, de hecho, es uno de los más relevantes de ExoMars (una colaboración entre ESA y Roscosmos, la agencia espacial rusa), ya que TGO es la nave más grande enviada por la agencia a Marte, con más de 3.700 kilos de masa, y es la primera vez que se utiliza una arquitectura de misión de este tipo, con una sonda que despliega un aterrizador, desde las misiones Viking de la NASA en la década de los 70. Como comparación, Mars Express tenía una masa en el lanzamiento de 1.000 kilos.

"Esto implica que el módulo de entrada se tiene que separar tres días antes de la llegada de la nave al planeta" explica Silvia Bayón, ingeniera de sistemas del satélite, que añade que "TGO tiene que hacer una maniobra para no seguir una trayectoria de colisión con Marte y, tres días después, hace la maniobra de captura de Marte, que dura dos horas y consume la mitad del combustible".

ExoMars es, en realidad, dos misiones. La primera de ellas, la que se lanza este lunes. La segunda de estas misiones volará hacia el planeta rojo en 2018 y desplegará allí un rover.

La relevancia de este proyecto queda clara en las palabras de Leo Metcalfe, responsable científico de ExoMars, que explica que "conjuntamente, las misiones de 2016 y 2018 continuarán el éxito de la misión de la ESA, Mars Express, y la historia de la exploración, ya sustancial, en la búsqueda de bioseñales de vida marciana tanto en la atmósfera global (TGO en 2016) y en el subsuelo planetario hasta una profundidad de dos metros (rover en 2018), ayudando así a comprender mejor la evolución y la habitabilidad de Marte".

Vida en Marte

"Hace 3.500 millones de años, había agua líquida en la superficie de Marte y, posiblemente, vida también", explica Leo Metcalfe, responsable de operaciones científicas de ExoMars 2016. De hecho, el planeta rojo y la Tierra empezaron teniendo condiciones similares, y favorables a la vida, al principio del origen del Sistema Solar, hace unos 4.600 millones de años, pero durante el periodo del Bombardeo Intenso Tardío, hace unos 4.000 millones de años, la superficie marciana comenzó a volverse más parecida a como la conocemos hoy, y se transformó en un entorno muy hostil para la vida.

Para determinar hasta qué punto es así, TGO analizará la presencia de metano en la atmósfera marciana, gas traza que en la Tierra tiene origen biológico o geológico, por procesos volcánicos. Metcalfe señala que "el metano no sobrevive mucho tiempo en la atmósfera de Marte, es destruido por la radiación ultravioleta, así que si se encuentra metano en su atmósfera, tiene que haber fuentes. Si son geológicas, volcánicas, son también importantes porque en la Tierra, la combinación de actividad volcánica y agua líquida es fundamental para la vida".

El programa ExoMars tiene, en conjunto, un presupuesto de 1.300 millones de euros, en el que la participación española es de un 6,7%

Y sí parece haber, actualmente, agua líquida en la superfcie de Marte. Metcalfe apunta que "en los últimos diez años se han acumulado bastantes evidencias de que se puede encontrar todavía en la superficie de Marte agua líquida. Debería ser altamente salina para no congelarse. También hay cavernas, de origen volcánico, de las que no se sabe lo que hay debajo. Es posible que las condiciones bajo la superficie sean más compatibles con la existencia de vida".

La posibilidad de que Marte aún pueda tener condiciones favorables a la vida es la que abre la puerta a que ExoMars sea un primer paso en la futura puesta en marcha de una misión tripulada a Marte. Así lo ha expresado Pedro Duque, que señala que TGO puede representar un antes y un después en este aspecto.

"La atención de todos los astronautas está puesta en esta misión. La medición de los gases de Marte se va a conseguir con varios órdenes de precisión mayor de lo que se ha logrado hasta ahora. Esto es importante para determinar si merece la pena ir". Pero lo que no es sencillo es dar una fecha aproximada de cuándo podríamos ver una misión de este tipo. "No es una cuestión de tiempo medido en años, sino de tiempo medido en cantidad de gente que podamos dedicar a ello", explica Pedro Duque.

El programa ExoMars tiene, en conjunto, un presupuesto de 1.300 millones de euros, en el que la participación española es de un 6,7%. Empresas como ELECNOR Deimos, GMV, SENER, Airbus, RYMSA, Thales Alenia Space España y CRISA han contribuido en diferentes aspectos tanto de TGO como del módulo Schiaparelli, y algunas de ellas también participarán en la misión de 2018, en la que se llevará un rover a la superficie marciana.

ExoMars prepara el terreno

Esta primera misión ExoMars tiene unos claros objetivos científicos de estudio de la atmósfera marciana pero, al mismo tiempo, también servirá para preparar el terreno a futuras exploraciones del planeta rojo.

La labor de Schiaparelli de demostración de la tecnología para el descenso y aterrizaje, especialmente de la capacidad para controlar su orientación y velocidad en el contacto con la superficie, será muy útil para la misión de retorno de muestras programada para 2020.

Trace Gas Orbiter, por su parte, se mantendrá estudiando el planeta durante, como mínimo, un año marciano (un poco menos de dos años terrestres), y para sus observaciones utilizará cuatro instrumentos: NOMAD, que incluye dos espectrómetros de infrarrojo y uno ultravioleta para la identificación de los componentes en la atmósfera de Marte; ACS, que estudiará la estructura y la química de la atmósfera; CaSSIS, una cámara de alta resolución para ayudar a identificar las fuentes de los gases detectados en la atmósfera, y FREND, un detector de neutrones para mapear el hidrógeno en la superficie y en el subsuelo de Marte.

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