Conseguir un mejor rendimiento del cerebro puede conllevar distintas actividades como la lectura periódica y la resolución de puzles y ejercicios matemáticos, pero la dieta también ayuda y mucho. Para ello, hay cinco alimentos naturales que no deberían de faltar en nuestro menú:
Nueces
Contienen una serie de compuestos neuroprotectores, vitamina E, ácido fólico, melatonina, grasas omega 3 y antioxidantes. El consumo regular de nueces puede ayudar a la salud mental. Se trata de un alimento rico en el antioxidante polifenol, que ligado a lipoproteínas inhibe el proceso oxidativo que conduce a la aterosclerosis.
Brócoli
Se trata de una verdura antioxidante extraordinaria para la salud con muchos folatos muy beneficiosos para la memoria. Un estudio publicado en la revista Neuroscience Letters reveló mejoras en el desempeño cognitivo asociadas al consumo de este vegetal. Se trata de un alimento que puede proteger el cerebro tras una lesión y sus nutrientes tienen la capacidad de potenciar la memoria además de preservar la buena salud de nuestro órgano pensante.
Arándanos
Es una baya que beneficia todos los niveles de la salud incluyendo funciones mentales como la memoria. Posee antioxidantes capaces de proteger a las neuronas de la acumulación de amiloide-beta, un tipo de proteína que se asocian con el riesgo de demencia. Los arándanos contienen flavonoides que estimulan la memoria y mejoran el aprendizaje y otras funciones cognitivas. Ayudan a mantener el cerebro activo, incluso en la vejez.
Cúrcuma
La cúrcuma es una planta que se usa como especia desde hace cientos de años y tiene una serie de aplicaciones positivas que han sido utilizadas en la Medicina Tradicional China, durante generaciones. Estudios actuales revelan que consumir extracto de cúrcuma o cúrcuma en polvo sirve para estimular el sistema nervioso, pero además, tiene efectos en el sistema inmune y en el estado de ánimo. La cúrcuma reduce los niveles de estrés y provoca un aumento en la producción de serotonina.
Té verde
Investigadores de la Universidad de Basilea sostienen que el extracto de té verde mejora las funciones cognitivas, especialmente la memoria de trabajo, relacionada con los procesos usados para los recuerdos a corto plazo y la manipulación de la información. Su compuesto principal estimula las ondas alfa del cerebro, que son las encargadas de aumentar la actividad cerebral, y con esto se logra incrementar la capacidad de aprendizaje, mejorar la memoria y mejorar la concentración.
