El partido Santoñeses, a través de su portavoz Jesús Gullart, registró una moción de urgencia para pedir a la entidad propietaria del Faro del Caballo, Puertos de Cantabria, que implemente las medidas de seguridad, distanciamiento interpersonal y control de aforo en el faro y su entorno inmediato. Una moción presentada con la intención de ser tratada en el pleno celebrado ayer martes y que no llegó a ser debatida ya que la razón de urgencia fue rechazada por los votos del Partido Popular y del PRC.
Como efectos colaterales de esta sobreexplotación turística, han surgido problemas de aglomeraciones, suciedad, contaminación ambiental y riesgos para la integridad física de las personas
Este verano, además de los habituales problemas de seguridad que presenta el faro, hay que añadir los riesgos asociados a la pandemia del COVID-19, afirma el partido Santoñeses, que señala esta como la razón de la urgencia que ha motivado a la formación a presentar dicha moción. “El faro puede ser un lugar peligroso en este sentido, ante la escasez de espacio y la gran acumulación de personas que a menudo se produce”, señaló Gullart. En opinión de Santoñeses, el Faro del Caballo se ha convertido en los últimos años en un reclamo turístico de primer nivel para Santoña, con todos los beneficios que esto conlleva, tanto por la propia promoción turística de la villa como por su impacto económico en la misma. Pero a la vez, como efectos colaterales de esta sobreexplotación turística, han surgido problemas de aglomeraciones, suciedad, contaminación ambiental y riesgos para la integridad física de las personas. Son numerosos los accidentes de diversa gravedad registrados en los últimos años en el faro y su entorno inmediato, algunos de los cuales han dado lugar a diversas operaciones de rescate por parte del helicóptero del Gobierno de Cantabria (la última ocurrida este mismo lunes), señala Santoñeses en nota de prensa.
Esta situación supone ya “una preocupación creciente desde hace años para la ciudadanía de Santoña”, en opinión de Santoñeses. Pero, además a esta se le debe sumar este verano “el nuevo escenario provocado por la pandemia del COVID-19, que aún estamos lejos de superar y que está exigiendo, por parte de todos, una serie de cambios de hábitos y asunción de responsabilidades individuales y colectivas con el fin primordial de evitar nuevos contagios”. El final del estado de alarma y el inicio de lo que se ha dado en llamar “nueva normalidad”, que entró en vigor el pasado 22 de junio, sirvió para levantar las restricciones a los desplazamientos interprovinciales, por lo que desde Santoñeses creen que es previsible que la afluencia de visitantes al faro del Caballo aumente en los meses estivales, lo cual “puede suponer una situación de riesgo extremo de contagios, dadas las limitaciones de espacio y la dificultad para guardar las distancias de seguridad tanto en la plataforma donde está ubicado el faro como en las angostas escaleras que dan acceso al mismo”, sostienen.
La moción que buscaba velar por la seguridad en un entorno altamente visitado este verano como es el Faro del Caballo, no llegó finalmente a ser debatida en el pleno ya que la razón de urgencia fue rechazada por los votos del Partido Popular y del PRC. En opinión de Santoñeses “resulta curioso que PP y PRC apoyaran en el mismo pleno otra moción para el embellecimiento del faro y se negaran siquiera a debatir sobre la seguridad de las personas que lo visitan, lo cual da idea de cuáles son sus prioridades”. Santoñeses considera que la urgencia de la moción está más que justificada teniendo en cuenta que ya estamos en plena temporada turística y que, por parte del equipo de gobierno PSOE-PRC, aún no se ha concretado ninguna propuesta ni iniciativa sobre este emblemático lugar, aparte de la de la mencionada moción relativa a su embellecimiento.
