sábado. 20.04.2024

Desde que hace apenas dos semanas se conociera que el presidente del PP, Pablo Casado, eligió a la campeona olímpica y diputada del partido en Cantabria, Ruth Beitia, como candidata a la Presidencia de Cantabria, no han sido pocas las voces críticas con tal decisión, tanto interna como externamente. La trayectoria de la candidata en 15 días evidenció los motivos, y puso de manifiesto que la decisión de la Dirección Nacional podía deberse bien a una apuesta personal por un perfil mediático, bien a una imposición para elegir al bloque crítico con la gestión de la actual presidenta, María José Sáenz de Buruaga. Pero lo que nadie parecía dudar es que la elección era arriesgada en todos los frentes. Y así ha sido a tenor del desarrollo de los acontecimientos en estos días.

Beitia no ha nacido ayer en política. La ganadora del oro en salto de altura lleva dos legislaturas ocupando un escaño en el Parlamento de Cantabria. Apoyada por el anterior presidente del PP cántabro, Ignacio Diego, la exdeportista apenas ha tenidos dos intervenciones en la Cámara en estos ocho años. A pesar de eso, en septiembre de 2018 pasaba a formar parte de la Ejecutiva Nacional del PP como secretaria del área de Deportes bajo el mandato de Casado.

Su nombramiento el día 7 de enero supuso un duro golpe para la actual dirección autonómica, tanto que fuentes del partido aseguraron a este medio ese mismo día que la intención de Génova, una vez elegida a Beitia, era imponer en Cantabria una gestora que dirigiera el partido hasta las elecciones de mayo de 2019. Finalmente la decisión se paralizó, y el día 10 Ruth Beitia debutaba oficialmente como candidata con un discurso que fue leído íntegramente en unas tarjetas. Unas horas antes Sáenz de Buruaga había anunciado que no dimitiría de su cargo a pesar de lo ocurrido, aunque reconocía que era algo que no solo había pensado, sino que tenía decidido. Si no lo hizo fue, según sus palabras, porque el partido se lo pidió.

La intervención de Beitia puso de manifiesto la inexperiencia de la candidata, algo que terminó siendo lo más comentado del acto. Al día siguiente acudía a su primera entrevista, concedida a Onda Cero, y protagonizó un nuevo patinazo al afirmar que “se debe tratar por igual a un animal que está maltratado, a una mujer y a un hombre porque todos somos seres humanos, y hay que valorar cada caso por individual”.

Tras estos acontecimientos, el silencio. Fuentes del partido aseguraron que Beitia había desaparecido de los medios por motivos personales y familiares. Y en efecto, no fue hasta el 18 de enero cuando la exatleta volvió a aparecer, esta vez en la Convención Nacional del PP y sin tarjetas en las que leer lo que debía decir. En su intervención, de apenas 3 minutos, no mencionó ni una sola vez la palabra “Cantabria”, centrando su discurso en el deporte y el dopaje. Poco después de hablar, abandonó el acto.

Apenas cinco días después, la candidata no solo ha presentado su renuncia al puesto, sino que ha decidido abandonar la política, de nuevo por motivos personales y familiares.

Crónica de una candidatura efímera
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